La oposición condena el golpe y le hace oír su voz a Erdogan
Miles coparon la plaza Taksim para repudiar el intento de los militares, pero también para advertir sobre la deriva autoritaria del gobierno islamista
ESTAMBUL.- Una marea de banderas rojas cubrió ayer la céntrica plaza Taksim en Estambul, con decenas de miles de personas que marcharon para condenar el fallido golpe militar del 15 de julio, pero también para advertir veladamente sobre el autoritarismo del presidente Recep Tayyip Erdogan.
La manifestación fue congregada por el principal partido de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CPH, laico y de centroizquierda), considerado un heredero de Ataturk, y cuyos parlamentarios no apoyaron la instauración del estado de emergencia el 21 de julio. Pero el llamado fue más transversal y miles de personas se acercaron a la plaza, vigilada por un helicóptero, acordonada por blindados y vehículos antidisturbios. Para entrar había que someterse a tres registros. Incluso participaron integrantes del partido islamista AKP, al que pertenece Erdogan.
Aparte de "Turquía laica", se oyó el grito "Taksim en todas partes, en todas partes resistencia", el lema de las manifestaciones antigubernamentales del parque Gezi en 2013, las últimas que se pudieron celebrar en la plaza hasta que Erdogan autorizó las de ayer.
En una acción inusual, canales de televisión oficialistas emitieron un discurso en vivo del principal líder opositor, Kemal Kilicdaroglu.
"Éste es un día para unirnos, un día para manifestarnos en contra de golpes y regímenes dictatoriales, un día para dejar que se escuche la voz del pueblo y permitir que las plazas estén abiertas a todos", dijo en una alusión a la tendencia autoritaria de Erdogan en los últimos años y a la constante represión de las manifestaciones de signo opositor.
"No al golpe" era la frase más frecuente en las señales que enarbolaban los manifestantes, pero también "La soberanía incondicional pertenece a la nación", el lema del Parlamento turco, en una velada oposición a los planes presidencialistas de Erdogan.
Desde la madrugada misma del golpe del 15 de julio, los seguidores de Erdogan ocupan Taksim noche tras noche, tal y como les pidió el gobierno para "evitar futuros golpes", y el presidente se dirige a ellos casi cada noche a través de las inmensas pantallas instaladas en la plaza.
Pero los manifestantes de ayer tenían muy poco en común con los de las noches anteriores. Había igual número de hombres que de mujeres y casi ninguna llevaba el velo islámico.
Los críticos de Erdogan temen que el presidente esté usando el golpe fallido para ejercer una represión indiscriminada contra los disidentes.
Desde el 15 de julio fueron detenidas con relación al golpe 13.165 personas, entre ellas 8838 soldados, de los que 123 tienen el rango de general, según cifras adelantadas anteayer por el propio Erdogan durante su discurso a sus seguidores en varias plazas del país.
También hay 2101 jueces y fiscales y 1485 policías arrestados, precisó.
Del total de personas detenidas, 5863 ya pasaron a prisión preventiva por decisión de un juez, mientras que el resto aún espera comparecer en el juzgado.
La organización internacional Amnistía Internacional (AI) denunció ayer en un informe que durante esta fase de detención en dependencias policiales se documentaron numerosos abusos y torturas, sobre todo dirigidos contra militares de rangos superiores.
Muchos detenidos fueron abandonados sin comida, ni agua ni asistencia médica y fueron forzados a mantener posturas agotadoras hasta durante 48 horas o sufrieron incluso violaciones anales, denuncia AI, que se apoya en las observaciones de los abogados.
Agencias DPA, EFE, Reuters
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