La ofensiva rebelde eleva la escalada militar en Libia
El general Haftar, enfrentado con el gobierno de Trípoli reconocido por Occidente, tomó el control del aeropuerto
EL CAIRO.- Dividida en facciones que luchan desde hace años por el control del país, Libia fue escenario ayer de una nueva y peligrosa escalada militar cuando las fuerzas del general Jalifa Haftar -un mariscal antiislamista que aspira a convertirse en el nuevo Khadafy- anunciaron que tomaron el control del aeropuerto antiguo de Trípoli y otras áreas claves que rodean la capital.
El vocero de las fuerzas del general rebelde, Ahmed al-Mismari, señaló que también tenían bajo su control las localidades de Aziziya, Gharian y Tarhuna, en los alrededores de Trípoli, según informó la cadena de televisión saudita Al Arabiya.
"La operación no se detendrá hasta lograr los objetivos", manifestó el vocero rebelde, antes de recalcar que "trabajan de forma diligente para proteger los intereses y la seguridad de la población".
Desde que grupos armados derrocaron a Muammar Khadafy en 2011, la violencia en Libia fue en aumento y diversas facciones luchan por el control del país, que es hoy una nación dividida entre dos "gobiernos": uno es respaldado por la comunidad internacional y tiene su base en Trípoli; el otro, el del comandante Haftar, está apoyado por Rusia y Egipto, tiene sede en Tobruk, y controla la mayor parte del territorio nacional que está formado por gigantescos desiertos y es rico en petróleo. Además de esas dos facciones hay un tercer grupo, conformado por pequeños conjuntos armados que se disputan el control territorial en el sur.
El gobierno en Trípoli que comanda Fayez Serraj -primer ministro del gobierno de unidad apoyado por la ONU - lanzó ayer una operación para frenar el avance de las fuerzas de Haftar.
La operación, denominada Uadi Dum 2, se concentra en un perímetro de unos 50 kilómetros en la periferia de la capital, donde aproximadamente 150 efectivos del general fueron detenidos en los últimos días por las fuerzas leales a las autoridades de Trípoli.
De lograr el control de la capital libia, Haftar, miembro de la cúpula militar que en 1969 llevó al poder a Khadafy, reclutado años después por la CIA y convertido en su principal opositor en el exilio, se convertiría en el nuevo hombre fuerte.
La ofensiva de las fuerzas de Haftar fue anunciada apenas unos días después de que el mariscal de campo mantuviera una reunión en Riad con el rey saudita Salman, país que apoya la rebelión.
Frustración de Guterres
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó ayer en Libia su "profunda preocupación" ante la nueva escalada militar, tras reunirse con Haftar.
Guterres, que anteayer se había reunido con el primer ministro Serraj en Trípoli, viajó apresuradamente a Benghazi, en el este del país, donde tiene uno de sus feudos el mariscal Haftar, para intentar evitar "la confrontación militar".
Pero el secretario general de la ONU abandonó Libia horas más tarde expresando su "profunda preocupación".
"Abandono Libia con inquietud y profundamente preocupado. Aún espero que sea posible evitar un enfrentamiento sangriento en Trípoli y sus alrededores", indicó.
El Consejo de Seguridad de la ONU tenía previsto reunirse anoche de forma urgente, a solicitud de Gran Bretaña.
Una conferencia nacional bajo la égida de la ONU está prevista a mediados de abril en Gadamés (sudoeste), para establecer una "hoja de ruta" que incluya elecciones para intentar sacar al país del callejón sin salida.
El 31 de marzo, la Unión Africana (UA) anunció la celebración en julio en Adis Abeba de una conferencia de "reconciliación" entre los bandos.
Haftar y Serraj se reunieron hace cinco semanas en la capital emiratí, Abu Dhabi, donde ambos se mostraron de acuerdo en la celebración de elecciones para poner fin a la guerra civil en el país.
Pero los esfuerzos diplomáticos están siendo vanos para resolver la crisis libia. "El riesgo de escalada es creciente", opina Jalel Harshaoui, investigador del Instituto Clingendael de La Haya.
"Apoderarse de Trípoli [...] sigue siendo una posibilidad" para Haftar, con el apoyo de varios países del Golfo, agregó Harshaoui, aludiendo a Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Arabia Saudita, donde el mariscal fue recibido a fines de marzo.
Agencias AFP y ANSA
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