La ofensiva israelí en el sur de Gaza enfurece a Egipto y pone en riesgo unas relaciones ya frágiles
El Cairo expresó su absoluto rechazo a la operación militar en Rafah y advirtió que implicaría una violación a un tratado de paz de cuatro décadas
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JERUSALÉN.- En su primera incursión en la densamente poblada ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, las tropas de Israel tomaron el control del paso fronterizo con Egipto, cortando así el flujo de ayuda humanitaria a la franja y desatando un éxodo masivo de civiles que enfureció al gobierno de El Cairo. Un funcionario de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dijo que las tropas de infantería y un batallón de blindados habían tomado el “control operativo” del lado palestino del paso fronterizo.
La avanzada pone en riesgo las ya frágiles relaciones israelíes con El Cairo, que le ha advertido repetidamente a Tel Aviv que cualquier operación militar en la frontera implicaría una violación al tratado de paz que rige desde hace cuatro décadas entre ambos países.
“Egipto expresa su absoluto rechazo a la operación militar israelí en la ciudad de Rafah y a la toma de control por parte de Israel del lado palestino de la frontera”, manifestó el Ministerio de Relaciones Exteriores egipcio a través de un comunicado.
El comunicado describe la incursión como una “escalada peligrosa” que amenaza los esfuerzos para lograr un alto el fuego, y agrega que la operación militar pone en peligro las vidas de millones de palestinos que dependen del paso fronterizo para recibir ayuda humanitaria y que representa “una vía de salida segura para que los heridos y enfermos reciban atención médica”.
Según funcionarios israelíes y palestinos, ahora han quedado cerrados por los combates tanto el cruce de Rafah como el de Kerem Shalom, los dos principales puntos de ingreso de ayuda humanitaria al sur de la franja.
En una foto que circula por las redes y cuya geolocalización fue verificada por el diario The Washington Post pueden verse dos banderas de Israel izadas del lado palestino del paso fronterizo, y un video muestra un vehículo blindado tumbando un cartel que dice “Gaza” y flanqueado por dos banderas palestinas en el sector de ingresos.
Presión militar
Pero Israel parece decidido a aumentar la presión sobre Hamas, cuya capacidad militar se ha propuesto destruir, y al mismo tiempo tener más poder de negociación cuando envíe mediadores a El Cairo para llegar a un acuerdo sobre la liberación de los rehenes que siguen cautivos. Pocas horas antes de la incursión israelí en Rafah, Hamas había aceptado la propuesta de alto el fuego presentada por Egipto y Qatar, una noticia que reabrió la esperanza de una larga pausa en los combates.
El proceder de Israel pone al gobierno egipcio “en una situación muy incómoda”, dice un exdirigente político egipcio al tanto del pensamiento oficial, y agrega que El Cairo está bajo presión de la opinión pública para que responda con alguna medida, como suspender el acuerdo de paz entre los dos países.
Egipto viene advirtiéndolo a Israel desde hace meses que no invada Rafah, preocupado básicamente por la perspectiva de un éxodo masivo de palestinos hacia la península egipcia del Sinaí, que para el gobierno de El Cairo es “la línea roja”. La población de Egipto es abrumadora e incondicionalmente propalestina, y al gobierno le preocupa ser considerado cómplice del desplazamiento forzado de miles de palestinos. El Cairo tampoco quiere quedar envuelto en el conflicto: le preocupa que los militantes de Hamas escapen al Sinaí o que los enfrentamientos a lo largo de la frontera terminen librándose en territorio egipcio.
El Cairo también ha advertido específicamente contra cualquier operación israelí tendiente a asegurarse el control de una franja de 15 kilómetros de largo conocida como Corredor Filadelfia, la tierra de nadie entre Gaza y Egipto que Israel controló hasta retirarse de la zona en 2005.
Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha dicho repetidamente que Israel no puede eliminar a Hamas sin ejercer autoridad sobre la región fronteriza, incluido el cruce de Rafah.
Por enojados que estén en El Cairo, el tratado de paz con Israel es un pilar central de la arquitectura de seguridad regional y es poco probable que Egipto quiera ponerlo en peligro, señala H. A. Hellyer, especialista en seguridad de Medio Oriente del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, y agrega que Egipto tiene un rango “bastante limitado” de medidas de censura contra Israel.
Estados Unidos, Egipto y Qatar siguen presionando por un alto el fuego para evitar una invasión a gran escala y estaba previsto que delegaciones de Israel y de Hamas llegaran a El Cairo el martes por la noche.
En la primera de las tres fases del acuerdo en discusión, las milicias de Hamas liberarían a 33 mujeres, niños y ancianos que tienen de rehenes, y a un ritmo de tres liberaciones cada tres días y a cambio de decenas de prisioneros palestinos. El acuerdo también incluye disposiciones para que los palestinos puedan regresar a sus hogares y las tropas israelíes se retiren de las zonas pobladas.
“Alto el fuego total”
Pero un funcionario israelí que habló bajo condición de anonimato debido a la sensibilidad de la negociación en marcha dice que la última propuesta de Hamas incluye elementos que Israel no ha aceptado.
La oferta de Hamas plantea el punto a partir del cual ambas partes negociarían un alto el fuego total, y la agrupación además dice no estar en condiciones de liberar a 33 rehenes vivos en la primera fase. También exige que Israel levante el veto sobre qué prisioneros palestinos está dispuesto a liberar a cambio de rehenes.
El exfuncionario egipcio, sin embargo, dice que la propuesta “fue acordada previamente por el gabinete israelí y luego se la enviamos a Hamas”.
Si bien las FDI han afirmado que la “gran mayoría” de los más de 100.000 civiles que vivían en la zona de evacuación ya han abandonado sus hogares, muchos de los consultados en Rafah dicen no tener a dónde ir, y las organizaciones de ayuda internacional advierten que la zona de Mawasi, en el oeste Gaza, a donde le han dicho a la gente que se traslade, no está preparada para recibir ese flujo de desplazados.
Abeer Maher, de 36 años, que fue desplazada del barrio Rimal de Ciudad de Gaza a principios de la guerra y huyó a Rafah con sus tres hijos, dice que para muchos de ellos escapar es imposible por el costo del transporte. Un auto que los lleve hasta la ciudad sureña de Khan Yunis, por ejemplo, hoy cuesta más de 300 dólares, dice Abeer, y agrega que muchos se fueron a pie, con sus pocas pertenencias en bolsas o en carretillas.
Es probable que la toma de control del cruce fronterizo por parte de Israel complique seriamente la entrada de ayuda humanitaria al enclave asediado, incluso al norte de la franja, donde es más grave el riesgo de hambruna.
“Si dejan de recibir víveres, el hambre que está sufriendo la gente se agravará, sobre todo en el norte de Gaza”, advierte Inas Hamdan, vocera de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente.
Loveday Morris, Heba Farouk Mahfouz, Claire Parker y Shira Rubin
Traducción de Jaime Arrambide
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