La nueva ola de Sudáfrica es una posible vista previa del próximo capítulo de la pandemia
En la última semana, los casos se triplicaron, las tasas de positividad aumentaron y las hospitalizaciones también aumentaron
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NUEVA YORK.- Los casos de coronavirus están aumentando nuevamente en Sudáfrica, y los expertos en salud pública están monitoreando la situación, ansiosos por saber qué está impulsando el aumento, qué dice sobre la inmunidad de infecciones anteriores y cuáles son sus implicancias a nivel mundial.
Sudáfrica experimentó una disminución en los casos después de alcanzar un pico pandémico impulsado por la variante ómicron en diciembre. Pero en la última semana, los casos se triplicaron, las tasas de positividad aumentaron y las hospitalizaciones también aumentaron, según funcionarios de salud. El aumento hace que el país se enfrente a una posible quinta ola.
El nuevo pico está vinculado a BA.4 y BA.5, dos subvariantes que forman parte de la familia ómicron.
Tulio de Oliveira, director de la Plataforma de Secuenciación de Innovación e Investigación KwaZulu-Natal de Sudáfrica, dijo que las subvariantes BA.4 y BA.5 demuestran cómo el virus evoluciona de manera diferente a medida que aumenta la inmunidad global.
“Lo que estamos viendo ahora, o al menos tal vez los primeros signos, no son variantes completamente nuevas que emergen, sino que las variantes actuales están comenzando a crear linajes por sí mismas”, dijo de Oliveira.
Desde su identificación inicial en Sudáfrica y Botswana en noviembre, la variante ómicron produjo varias subvariantes.
Algunos científicos están tratando de entender qué dice el pico de casos de BA.4 y BA.5 en Sudáfrica, que se concentra principalmente en las provincias de Gauteng, Western Cape y KwaZulu-Natal, sobre la inmunidad de infecciones previas por ómicron. La variante ómicron altamente contagiosa apareció por primera vez en Sudáfrica a fines del año pasado y luego se extendió rápidamente a nivel mundial.
En Sudáfrica, los investigadores estiman que alrededor del 90% de la población tiene cierta inmunidad, en parte por la vacunación, pero en gran parte debido a una infección previa. Sin embargo, la inmunidad contra la infección generalmente comienza a disminuir alrededor de los tres meses. Es natural ver una reinfección en esta etapa, particularmente dados los comportamientos cambiantes de las personas, como usar menos barbijos y viajar más, dijo Ali Mokdad, investigador de salud pública de la Universidad de Washington, y anteriormente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Los datos emergentes muestran que en personas no vacunadas, los subtipos BA.4 y BA.5 evaden las defensas naturales producidas por una infección con la variante ómicron original, conocida como BA.1, que disparó el número de casos en Sudáfrica el invierno pasado, dijo de Oliveira. El resultado son infecciones sintomáticas con las nuevas subvariantes.
“Esa es la razón por la que está comenzando a impulsar una ola en Sudáfrica”, dijo de Oliveira.
Los científicos todavía están estudiando si esta nueva ola crea una enfermedad más leve o más grave, y no está claro si las dos subvariantes podrían surgir en otras partes del mundo.
“Estamos en un momento global incómodo en el que el pasado realmente no puede predecir el futuro”, dijo Kavita Patel, médica de atención primaria que dirigió la respuesta de preparación para la pandemia del virus de la gripe porcina H1N1 durante la administración de Barack Obama.
Los patrones familiares (una ola en un país significa otra ola en otro lugar) ya no necesariamente funcionan como un reloj, dijo Patel. Pero monitorear situaciones y datos provenientes de países como Sudáfrica ofrece señales confiables para comprender la evolución del virus.
Actualmente, otra subvariante de ómicron, la BA.2, es dominante en los Estados Unidos, y la BA.2.12.1 también gana velocidad, aunque los funcionarios de salud pública han identificado que las BA.4 y BA.5 circulan en niveles bajos.
Cualquiera que sea la variante dominante, “la lección aquí es que detener la transmisión es lo más importante”, dijo Eric Feigl-Ding, investigador de salud pública que es el jefe del grupo de trabajo COVID-19 en la Red Mundial de Salud.
Por Alexandra E. Petri
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