La nueva aristocracia rusa: los herederos de Putin suman millones
Encabezados por Katerina Putin, la hija del presidente, los llamados "príncipes" tienen fortunas de origen oscuro
MOSCÚ.- Desde que Vladimir Putin comenzó a consolidar su poder en la década de 1990, muchos de sus amigos se hicieron muy ricos. Pero no así el presidente, dicen sus partidarios, que insisten en que Putin está por encima de la tendencia de acaparar capital que caracteriza a su administración.
Sus finanzas muestran a un hombre de medios modestos. El año pasado declaró ingresos por el equivalente a 119.000 dólares, un departamento en Moscú y otro en San Petersburgo, y una participación en un estacionamiento.
A su hija Katerina le va considerablemente mejor, ya que cuenta con el apoyo de varios de los amigos adinerados del presidente ruso, según una investigación de Reuters. Y no es sólo ella. A los 29 años, Katerina forma parte de una generación de rusos que viven un rápido ascenso debido a los buenos contactos de sus padres.
Se trata de una nueva aristocracia crecida a la sombra de Putin, semejante a lo que sucede en China, donde los hijos y nietos de líderes del Partido Comunista ganaron poder y amasaron grandes fortunas.
Katerina escapó de la atención pública desde que su padre se convirtió en presidente en 2000. Once años más tarde, Putin dijo en declaraciones a la televisión rusa que su hija había cursado Estudios Orientales, con especialidad en Japonés e Historia, en la Universidad de San Petersburgo. Pero no hubo más.
Tan reservada era su vida que la prensa no tenía certeza sobre su verdadero nombre. Según diversas fuentes, sin embargo, ahora se sabe que lleva el apellido Tikhonova.
Además este año Katerina se describió a sí misma como la mujer de Kirill Shamalov, hijo de Nikolai Shamalov, un viejo amigo del presidente y accionista en el Banco Rossiya, que según altos funcionarios de Estados Unidos es el banco personal de la elite rusa.
Kirill y Katerina sumarían participaciones corporativas por unos 2000 millones de dólares, según estimaciones de analistas financieros. Esa riqueza se basa mayormente en una participación en una compañía petroquímica y de gas que Kirill compró a Gennady Timchenko, otro antiguo amigo de Putin.
Entre las propiedades de la joven pareja también figura un chalet en Biarritz, Francia, de 300 metros cuadrados cubiertos y 2000 metros de jardín, cuyo valor estimado es de 3,7 millones de dólares. Kirill se lo compró a Timchenko, un empresario multimillonario que conoce al presidente desde la década de 1990.
Katerina también tiene éxito en el mundo académico y maneja varios proyectos de fondos públicos en la Universidad Estatal de Moscú. Según consta en documentos públicos, firmó contratos de varios millones de dólares para que entidades que ella dirige realicen trabajos en esa casa de estudios.
La adquisición de acciones, acuerdos con empresas estatales, la propiedad francesa y las conexiones con la oligarquía ofrecen un inusual vistazo de la vida de Katerina
Tiene una posición destacada en la universidad y ayuda a dirigir un plan de 1700 millones de dólares para ampliar su campus. Sus asesores en la institución incluyen a cinco miembros del círculo íntimo de Putin, entre ellos dos ex oficiales de la KGB que la conocieron cuando era niña. Ambos sirvieron con su padre en la década de 1980 cuando fue destinado a Dresden, Alemania Oriental.
Además de la universidad y los negocios, Katerina compitió durante años como bailarina de rock'n'roll acrobático. En 2013 salió quinta con su compañero en un campeonato mundial en Suiza.
Consultado para esta nota sobre datos personales de Katerina, el vocero presidencial, Dimitri Peskov, dijo que en los últimos años "ha habido una enorme cantidad de chismes sobre el tema de la familia de Vladimir Putin, y, en particular, sus hijas. La proporción de información verdadera en todas esas publicaciones es risiblemente pequeña".
La adquisición de acciones, acuerdos con empresas estatales, la propiedad francesa y las conexiones con la oligarquía ofrecen, sin embargo, un inusual vistazo de la vida de Katerina. Las transacciones también dan una idea de las finanzas familiares del hombre más poderoso de Rusia y la elite que formó en torno de él.
Otros descendientes del círculo de Putin con creciente influencia son: Boris Kovalchuk, hijo de Yuri Kovalchuk, el mayor accionista del Banco Rossiya; Gleb Frank, hijo del ex ministro de Transporte Sergei Frank; Igor Rotenberg, hijo del multimillonario Arkady Rotenberg y ex compañero de judo de Putin, y Sergei Ivanov, hijo del jefe de gabinete del Kremlin del mismo nombre.
En comparación con esta nueva generación de jóvenes rusos, Putin sigue siendo un hombre de clase media, según su declaración de bienes. Sólo cuenta con su salario y sus dos departamentos
Olga Kryshtanovskaya, socióloga y ex miembro del partido Rusia Unida, de Putin, señaló que estaba emergiendo una "nueva aristocracia" en la política y las compañías estatales, en la que una segunda generación heredaba el estatus del actual círculo del presidente. "Muchos en la sociedad piensan que no se lo ganaron y cuestionan quiénes son realmente estas personas."
El líder opositor Alexei Navalny describió por su parte lo que llamó un "sistema neofeudal" que amenaza dominar cargos estatales y grandes negocios en el país.
"Hoy en Rusia es absolutamente normal que los directorios de los bancos sean encabezados por los hijos de funcionarios del servicio de seguridad, que ni siquiera tienen 30 años cuando son nombrados", dijo.
"Es más que una sucesión dinástica. Los hijos no sólo heredan los cargos de sus padres, sino también el derecho de elegir otro cargo que quieran. El peligro es que muy pronto todos los recursos clave terminarán en las manos de cinco a siete familias", agregó.
En comparación con esta nueva generación de jóvenes rusos, Vladimir Putin sigue siendo un hombre de clase media, según su declaración de bienes. Sólo cuenta con su salario y sus dos departamentos. No mencionó propiedades en el exterior.
El vocero del presidente negó en varias ocasiones que una lujosa propiedad construida en el mar Negro y conocida como "el palacio de Putin" fuera para el mandatario. Pero la mansión fue financiada en parte por Nikolai Shamalov, padre de Kirill, el marido de Katerina.
La oligarquía rusa, segunda generación
Katerina Tikhonova
Hija del presidente Vladimir Putin, ella y su marido tienen un capital de 2000 millones de dólares en acciones de empresas, según estimaciones de analistas financieros
Kirill Shamalov
Es marido de Katerina e hijo de Nikolai Shamalov, un viejo amigo del presidente ruso y accionista senior del Banco Rossiya, el banco personal de la elite del país, según altos funcionarios norteamericanos. Entre las propiedades de la joven pareja figura un chalet en Biarritz (Francia), cuyo valor estimado es de 3,7 millones de dólares
Boris Kovalchuk
Es el hijo de Yuri Kovalchuk, el principal accionista del Banco Rossiya y estrecho socio de Putin. Yuri fue uno de los sancionados por el gobierno de Estados Unidos a raíz de la crisis de la península de Crimea del año pasado
Gleb Frank
Es hijo del ex ministro de Transporte Sergei Frank y yerno del millonario Gennady Timchenko, fuerte operador de materias primas y amigo de Putin desde la década del 90
Igor Rotenberg
Es hijo del millonario Arkady Rotenberg, ex compañero de judo de Putin y copropietario del gigante de la construcción de oleoductos y del transporte de electricidad SGM
Sergei S. Ivanov
Es hijo de Sergei B. Ivanov, ex agente de la KGB -donde conoció y se hizo amigo de su colega Putin en la década del 90-, ex ministro de Defensa y actual jefe de gabinete del Kremlin
A. Kuzmin, E. Piper y S. Grey
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