La NASA, bajo la lupa por la astronauta celosa
Revisará los tests psicológicos que realiza
HOUSTON.- Bajo la lupa por no haber detectado los problemas emocionales que tenía la astronauta que fue acusada de intento de asesinato, la NASA decidió ayer revisar los tests psicológicos que realiza a su personal, suspendió a Lisa Nowak por 30 días y la excluyó de la lista de astronautas que pueden ser seleccionados para volar.
Con el argumento de que no se involucra "en los problemas personales" de sus empleados, la agencia espacial había respaldado en un principio a Nowak, que elaboró un plan digno de una película de suspenso para "asustar" a la ingeniera militar Colleen Shipman. La astronauta, que el año pasado tripuló el transbordador Discovery y ahora podría ser condenada a prisión perpetua, afirmó que Shipman también mantenía una relación con su amante y colega, Bill Oefelein.
La NASA pareció reaccionar ayer así a la lluvia de críticas que pusieron en duda la capacidad de la agencia para evaluar la estabilidad emocional de la gente que envía al espacio. Supuestamente sus astronautas, que atraviesan un proceso de selección y entrenamiento muy riguroso, deben demostrar una sangre fría a toda prueba.
La agencia espacial, que cuenta actualmente con un cuerpo de élite de 135 miembros, anunció que analizará los exámenes psicológicos a los que se somete su personal para determinar si hay "lecciones que aprender" de este episodio y hacer algunos cambios. Shana Dale, responsable de las relaciones públicas de la NASA, explicó en conferencia de prensa que se revisarán los criterios de selección de los astronautas y se observará cada cuánto son evaluados a lo largo de su carrera.
"Estamos muy tristes por este acontecimiento trágico. Las acusaciones contra Lisa Nowak son graves y deben ser determinadas por el sistema judicial. Está oficialmente suspendida durante 30 días y está excluida de la lista de astronautas susceptibles de ser seleccionados para volar", había dicho horas antes Michael Coats, director del centro espacial Johnson en Houston.
Un amplio debate en los medios estadounidenses analizó ayer las fallas del sistema. "Si alguien hubiera supervisado a esta gente un poco más de cerca, tal vez se hubiera detectado el problema", dijo por ejemplo el ex astronauta Buzz Aldrin, el segundo hombre que caminó sobre la superficie lunar después de Neil Armstrong, en el programa de Larry King.
Lo cierto es que, antes del lunes pasado, ni los más allegados a Nowak sospechaban que podría conducir más de 1500 kilómetros desde Houston (Texas) a Orlando (Florida) con pañales puestos -para evitar detenerse a orinar-, disfrazarse con una peluca y rociar con gas pimienta a otra mujer. La Justicia la acusó de pretender secuestrar y asesinar a Shipman, ya que tenía en su poder una pistola de aire comprimido, guantes de látex, un cuchillo y un martillo.
"Estoy shockeado. Nunca imaginé que había un gramo de maldad en ella", confesó Dennis Alloy, amigo y ex compañero de colegio de Nowak.
Casada y madre de tres hijos, Nowak se había separado hace pocas semanas de quien fue su marido durante 19 años, Richard Nowak, también empleado de la NASA. Tras haber pagado una fianza de 25.000 dólares para ser liberada, regresó ayer a su hogar en Houston con un dispositivo electrónico en el pie que la Justicia le obligó a usar para estar siempre localizable.
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