LA NACION en Ucrania: al menos 35 muertos y 134 heridos en un ataque ruso a una base cercana a Polonia
Se trata del primer bombardeo a Lviv, adonde en las últimas semanas se mudaron varias embajadas extranjeras que fueron evacuadas de Kiev
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LVIV.- “Era de noche pero de repente el cielo era como un fuego, se iluminó como si fuera de día, hubo un estallido y tembló todo. Caían del cielo trozos de misil”.
Es domingo, decimoctavo día de invasión y la guerra llegó también a Lviv, la capital “espiritual” de Ucrania occidental, cercana a la frontera con Polonia. A partir de las 3 y media de la mañana, cuando sonaron las sirenas que llamaron a todos a bajar a los refugios, un ataque ruso sobre esta zona hasta ahora “invicta”, indemne, causó pánico entre la población. Y volvió a demostrar que Vladimir Putin, arrinconado por el mundo, el nuevo paria de la comunidad internacional, no escucha a nadie y está determinado a seguir con su absurda guerra.
Casi 4 am, hace unos 20’ sonaron sirenas (esta vez las oí y me desperté…) y en el refugio del seminario greco-católico de Lviv se reza ante un ícono de la Virgen #UkraineUnderAttaсk pic.twitter.com/XfcoN2PYGn
— Elisabetta Piqué (@bettapique) March 13, 2022
Tal como había amenazado el Kremlin ayer, cuando advirtió que iba a considerar “objetivos” militares los envíos logísticos de armas a Ucrania, en un nuevo giro en esta invasión que trastocó al mundo, lanzó un ataque con misiles contra una base en la localidad de Yavoriv, cerca de esta ciudad, que al parecer la OTAN utilizaba no solo para enviar armas, sino también, como centro de instrucción. El gobernador de la región aseguró que en el ataque hubo 35 muertos y 134 heridos. Se trata del primer ataque en esta zona de Ucrania, donde también se han mudado en las últimas semanas diversas embajadas extranjeras que evacuaron de Kiev. Ya el viernes, al ampliarse la ofensiva rusa a esta parte de Ucrania, con bombardeos en los aeropuertos militares de Lutsk, al norte e Ivano-Franzisek, al sur, Rusia dejó claro el objetivo de cortar los suministros que, desde aquí, son enviados al este, para ayudar con armas, medicamentos y demás elementos a los frentes de Kiev, la capital, Kharkiv, Mariupol y demás ciudades al centro de pesadísimos combates y sitios desde hace días.
“Rusia atacó el Centro Internacional para la paz y la Seguridad cerca de Lviv. Instructores extranjeros trabajan aquí. La información sobre las víctimas está siendo verificada”, indicó, en un tuit el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, “Este es un nuevo ataque terrorista sobre la paz y la seguridad cerca de la frontera con la OTAN y la Unión Europea”, denunció. “Deben tomarse acciones para detener esto. ¡Cierren los cielos!”, clamó, en un nuevo llamado a una zona de exclusión aérea, como reclama dese hace día el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. Un pedido que la OTAN hasta ahora rechazó en su intento de evitar una “tercera guerra mundial” que, en los hechos, en verdad ya está ocurriendo. A Ucrania no sólo llegan armas, municiones y ayuda de diversos países de la OTAN, sino también centenares de extranjeros dispuestos a acompañar a los ucranianos en su lucha por los valores de libertad y democracia.
russia has attacked the International Center for Peacekeeping&Security near Lviv.Foreign instructors work here.Information about the victims is being clarified.This is new terrorist attack on peace&security near the EU-NATO border.Action must be taken to stop this.Close the sky!
— Oleksii Reznikov (@oleksiireznikov) March 13, 2022
“Mis padres, mi familia, mi hermano, viven a 7 kilómetros del polígono de Yavoriv... Me llamó esta mañana mi hermano y me dijo que escucharon explosiones, las ventanas y las puertas se movieron y entraron en pánico”, dijo a La Nación Andrei, que, como todos en Lviv -incluso esta enviada-, también oyó, pero de más lejos, las explosiones, a las 6 de la mañana.
Más allá de los misiles sobre esta base militar, que causaron muerte y destrucción, la batería antiaérea ucraniana logró interceptar otros misiles que cayeron a 20 kilómetros al este de Lviv. Fueron otras explosiones que, también, causaron pavor.
“Volaban los trozos de los misiles interceptados sobre los techos de las casas, era de noche, pero parecía de día... El estruendo fue tremendo, vi un fuego como nunca vi en mi vida, pero nuestro ejército logró eliminarlos”, contó a LA NACION Rosteslav, describiendo la llegada de la guerra a Lviv.
Horas más tarde, en una ciudad de un millón de habitantes que en las últimas dos semanas fue “invadida” por 200.000 desplazados llegados del este, que prefieren quedarse y no cruzar la frontera, el ambiente era lúgubre. Nadie en las calles y todo cerrado.
Aunque, reflejando ese espíritu de resistencia, de resiliencia y, también, de gran religiosidad, muchos se animaron, de todos modos, a ir a misa. La Iglesia de Santo Espíritu de los greco-católicos -mayoría en Galizia, como se llama históricamente esta zona occidental- estaba llena en la misa de las 10. Los rostros de los fieles, la mayoría mujeres, niños, ancianos y adolescentes, es decir, los que no debieron enrolarse para ir a combatir el enemigo, eran elocuentes. Rostros de personas que pasaron la noche en el refugio, sin dormir, preocupados porque la guerra ahora llegó hasta sus casas.
En medio a un rito bizantino con cantos, el padre Evgeny durante su homilía no habló de la basa atacada muy cerca de aquí, donde se cuentan muertos y heridos. Pero aludió a esta guerra que, de un día para el otro, les cambió la vida a todos, dejándolos sin certeza alguna. Dijo que hay que tener confianza en Dios y que “también la muerte no puede hacernos nada si hay fe”.
Nueva sirena 11.25 am, al final misa en Lviv, algunos se van, otros se quedan #UkraineUnderAttack pic.twitter.com/q8TxSXGB0h
— Elisabetta Piqué (@bettapique) March 13, 2022
A las 11.30, cuando estaba por terminar la celebración, volvió a sonar una sirena de alarma. Algunos se pusieron rápidamente sus tapados y se fueron corriendo. Pero la mayoría se quedó. Y al final, como me explica mi intérprete, entonó, de pie, como suele siempre hacerse también en teatros y eventos, que un himno en el que se le ruega a Dios “grande y único”, salva a Ucrania.
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