La muerte de otro afroamericano eleva la tensión racial en EE.UU.
En Atlanta, policías le dispararon a un hombre que se resistió a un arresto; instituciones y empresas se suman a los reclamos
WASHINGTON.- Tres semanas después del asesinato de George Floyd, los llamados a la justicia racial en Estados Unidos se expandieron de las protestas en las calles a todo un abanico de instituciones, desde los medios hasta la educación y el deporte, mientras anteanoche se produjo la muerte de otro afroamericano a manos de la policía en Atlanta.
Rayshard Brooks, de 27 años, fue baleado por la espalda por la policía luego de no pasar una prueba de alcoholemia y resistirse al arresto, informaron las autoridades de Georgia. El Buró de Investigaciones del estado indicó que el Departamento de Policía local le pidió que investigue el incidente en que murió Brooks, en un restaurante de la cadena Wendy's. Horas más tarde, y ante la nueva conmoción, la alcaldesa de Atlanta, Keisha Lance Bottoms, anunció la renuncia de la jefa de policía de la ciudad, Erika Shields.
El episodio ocurre en momentos de gran tensión en Estados Unidos por la muerte de Floyd en Minneapolis, que se sumaron a la crisis económica y sanitaria por el coronavirus que enfrenta el gobierno de Donald Trump, hostil a las protestas.
Firmas como Nike, la cadena de noticias ABC, la franquicia de carreras de autos Nascar y otras marcas icónicas tomaron medidas de índole racial, dando señales de haber entendido la agitación social y el reclamo de fondo por un clima de convivencia pacífica e igualitaria.
Las protestas ya produjeron algunos cambios tangibles. El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, firmó un paquete de proyectos contra el maltrato policial, mientras que la ciudad prohibió el uso de estrangulamientos por parte de la policía y derogó una ley que mantenía en secreto los registros disciplinarios de los oficiales.
El alcalde de Boston, Martin Walsh, anunció por su parte la transferencia de tres millones de dólares del presupuesto policial a programas de salud pública.
Pero la lucha también es cultural. Una serie de libros sobre el racismo trastocó la prioridad de las obras más vendidas, llevando a la cima títulos como Cómo ser un antirracista y Fragilidad blanca.
"Una de las cosas emocionantes de este momento es que los negros están expresando al mundo que esto no es solo un problema del Estado que literalmente nos está matando, sino que también se trata de la muerte psíquica", dijo Jeremy O. Harris, un dramaturgo cuyo Slave Play aborda el hecho de que los liberales blancos no admiten su complicidad en las continuas desigualdades raciales de Estados Unidos.
Muchos estadounidenses negros se animaron a compartir, desde el incidente de Floyd, dolorosas historias en las redes sociales sobre el racismo y el maltrato en el lugar de trabajo, relatos que no se atrevían a revelar.
La sensación de un dique que se rompe suscitó analogías con lo sucedido en 2017 cuando las acusaciones de abuso sexual contra Harvey Weinstein desencadenaron una avalancha de relatos inquietantes de mujeres y provocaron conversaciones francas en las que amigos, colegas y vecinos se confesaban.
La efusión de confesiones también está relacionada con la terrible naturaleza de la muerte de Floyd: un policía blanco arrodillado en su cuello durante casi nueve minutos, capturado en un video en un momento de frustración nacional con el manejo del gobierno de la pandemia.
A raíz de las protestas por Floyd, todos, desde ejecutivos de Wall Street y Adidas hasta el snack de frutas Gushers y una compañía que vende pistolas paralizantes, emitieron declaraciones de apoyo a la diversidad. Pero muchos denunciaron esos mensajes como mera hipocresía, una pompa circunstancial y publicitaria, señalando que las empresas que los emitieron no suelen practicar los valores que pretenden defender públicamente.
En varias empresas, los empleados reaccionaron a las respuestas inadecuadas a la muerte de Floyd abriendo nuevos debates internos sobre cuestiones de equidad racial. En Adidas, docenas de empleados dejaron sus puestos de trabajo para asistir a las protestas diarias fuera de la sede de la compañía en Estados Unidos, en Portland. PayPal, Apple y YouTube prometieron colectivamente 730 millones de dólares a los esfuerzos de justicia racial y equidad.
A medida que las empresas se enfrentan a empleados inquietos, también aumenta la presión en contra de quienes hicieron declaraciones ofensivas. Adam Rapoport renunció como editor jefe de la revista Bon Appétit, después de que una foto de 2004 que lo mostraba con un traje ofensivo reapareció en las redes sociales.
Y Greg Glassman, director ejecutivo de CrossFit, renunció luego de sus comentarios sobre Floyd en una llamada de Zoom con dueños de gimnasios. "No estamos de luto por Floyd, no creo que yo ni nadie de mi personal lo esté", dijo. "¿Pueden decirme por qué debería llorar por él, aparte de que los blancos ?lo tienen que hacer'?".
Mientras se daba esta discusión a nivel nacional, la realidad en las calles siguió ayer su inercia con la muerte de Brooks en Atlanta, que estaba durmiendo en su auto en el estacionamiento de Wendy's cuando la policía llegó al lugar. Después de dar positivo en la prueba de alcohol, se rebeló contra el arresto de los agentes, que intentaron neutralizarlo con la pistola paralizante y luego, cuando salió corriendo, lo derribaron de tres disparos en la espalda. Murió en el hospital.
Trump pidió superar los "prejuicios"
- El presidente Donald Trump pidió ayer superar "pasiones y prejuicios" y confiar en las instituciones, durante la ceremonia de graduación de los cadetes de la academia de West Point y en medio de una controversia con los mandos militares norteamericanos.
- Trump, que leyó un discurso sobrio, no se pronunció sobre las diferencias que mantiene con la cúpula militar por la forma en que se utilizaron las Fuerzas Armadas en la respuesta a las manifestaciones y los disturbios.
- "Lo que hace a Estados Unidos único es la durabilidad de las instituciones frente a pasiones y prejuicios del momento", dijo ante más de 1000 cadetes. Anteanoche, y tras una ola de críticas, el presidente había cancelado el acto que tenía previsto para relanzar su campaña, el viernes próximo, en la ciudad de Tulsa, Oklahoma.
Diario The New York Times y agencias AP y ANSA
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