La muerte de Felipe, ¿un impulso para ayudar a cerrar heridas en la familia real?
En medio de una de las etapas más convulsionadas de la monarquía británica, se abre otro capítulo incierto para los Windsor; revelan que Harry viajará al funeral, pero no Meghan, por su embarazo
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LONDRES.- El mes pasado, mientras el mundo estaba expectante de la entrevista del príncipe Harry y Meghan, duquesa de Sussex, los ojos de muchos británicos estaban puestos en otra persona: el príncipe Felipe, abuelo de Harry, que había sido internado varias semanas antes por problemas cardíacos.
En febrero, las tapas de los diarios británicos habían mostrado al príncipe Carlos con los ojos enrojecidos al salir de visitar a su padre en su lecho de enfermo. The Daily Mail fustigó a Harry y Meghan por sus declaraciones acerca de su defección de la realeza, que el tabloide describió como “una falta de respeto” dada la condición de salud del príncipe Felipe. “¡No respetan nada!”, gritaba uno de esos titulares.
Ese periodo de preocupación nacional por la salud de Felipe le prestó a la familia real un poco de solidaridad de la opinión pública en un momento de inusual virulencia dentro de la institución, una gresca que puso a hermano contra hermano cuando en la entrevista con Oprah Winfrey, Harry acusó a su familia de racismo y abandono emocional.
Con ese conflicto todavía abierto, la muerte de Felipe a la edad de 99 años abre una nueva etapa de incertidumbre en la turbulenta vida de la Casa de Windsor, un capítulo que podría ayudar a acercar posiciones o a volar los puentes para siempre.
La mayor incógnita de los observadores de la realeza se centraba en el funeral privado que está planeado para el príncipe. ¿Se reencontrará Harry con su hermano, el príncipe Guillermo, tras un mes de discordia familiar? ¿Irá con Meghan?
Harry volará al Reino Unido para asistir al funeral, y Meghan, que está embarazada en estado avanzado, no viajará. Lo confirmó el Palacio de Buckingham. A pesar de hacer “todos los esfuerzos” para acompañar a su esposo, Markle, que está esperando una niña para principios del verano, no recibió la autorización médica para volar, revelaron otras fuentes al New York Post. Será la primera vez que Harry regrese a su tierra natal desde que la pareja dejó la familia real el año pasado y se mudó a California.
“Harry va a venir”, había dicho Penny Junor, historiadora de la realeza. “Y con un poco de suerte, ese reencuentro entre hermanos en torno al abuelo muerto tal vez facilite una reconciliación.” O tal vez no.
“Puede salir de cualquier manera”, aclara Junor. “En este mismo momento hay una especie de guerra en el seno de la familia, pero que se está desarrollando frente a los ojos del mundo, y no hay nada que a esa familia le guste menos.”
Echar leña al fuego con una entrevista televisiva justo durante la internación de Felipe terminó generando un extraño efecto de “pantalla partida”, que los defensores del Palacio de Buckingham usaron para atacar a Harry y Meghan por tratar de llamar la atención a toda costa y distraer a la opinión pública del tema de la salud del patriarca.
Arrepentimiento
En la explosiva entrevista concedida por la pareja, cuando Oprah preguntó si se arrepentían de algo, Meghan se refirió a la salud de Felipe y dijo que esa misma mañana había recibido la noticia de su internación.
Ella y Harry, sin embargo, pintaron una triste y doloroso cuadro de su vida dentro de “la Firma”, esa institución familiar que Felipe se dedicó durante tantos años a tratar de preservar.
La pareja dijo que miembros de la familia había expresado su preocupación por el color de piel que tendría su hijo Archie, todavía por nacer. Meghan dijo que sus intentos por buscar ayuda psicológica fueron rechazados por los funcionarios del palacio, quienes aducían que podía perjudicar a la monarquía. Y Harry dijo que sus parientes estaban en realidad “atrapados”, y se permitió especular en voz alta que tal vez ellos también tenían dolorosos debates internos.
Los comentarios causaron conmoción en Gran Bretaña y desataron un debate abierto sobre el racismo y el legado colonial del país. De hecho, el historial de comentarios intolerantes del propio príncipe Felipe era sacado a relucir desde hace tiempo como un ejemplo de las actitudes anacrónicas que prevalecerían en la familia.
Tan preocupado estaba Harry por el efecto de la entrevista en Felipe y la reina Isabel que poco después de su emisión se puso en contacto con Winfrey.
“Quería que yo supiera, y que si tenía la oportunidad lo compartiera, que no eran ni su abuela ni su abuelo los que habían hecho esos comentarios”, dijo Oprah Winfrey a la cadena CBS News, en referencia a los comentarios sobre el color de piel del pequeño Archie.
La entrevista casi no fue mencionada en la cobertura excluyente que tuvo la muerte de Felipe en los medios del país. De hecho, para algunos británicos fue el momento ideal para dejar atrás las turbulencias de la realeza de los últimos meses.
“Obviamente que lo de Meghan y Harry fue un escándalo”, dice Lottie Smith, de 18 años, que se enteró de la muerte de Felipe mientras iba a Londres en tren y aprovechó para pasar por el Palacio de Buckingham a presentar sus respetos. “Creo que con su muerte van a dejar tranquilo el otro tema.”
Su amiga Catherine Vellacott, de 19 años, dice tener la esperanza de que “esto sirva para unir más al país”.
Así lo ve también el primer ministro Boris Johnson, que consideró la muerte de Felipe como un recordatorio de la adhesión indisoluble de Gran Bretaña a su monarquía desde hace tanto tiempo.
“Como el experto conductor que era”, dijo Johnson el viernes, frente a la puerta de Downing, “ayudó a conducir a la familia real y a la monarquía para que sigan siendo una institución indiscutidamente vital para el equilibrio y la felicidad de nuestra vida nacional.”
Prueba de fuego
De todos modos, la prueba de fuego será el funeral: ahí se verá realmente si la muerte de Felipe alcanza para reconciliar a la familia.
Tanto por los deseos expresos del difunto príncipe como por las restricciones a las reuniones masivas por la pandemia, Felipe no tendrá un velatorio público y su funeral será privado, en la capilla San Jorge del Castillo de Windsor.
El sitio web del gobierno británico informó el viernes que el periodo de duelo nacional será de ocho días y concluirá con un funeral el 17 de abril, pero luego esos detalles fueron eliminados de la página. Se espera que en los próximos días el Palacio de Buckingham anuncie los arreglos definitivos para la despedida del príncipe.
En cuanto a Harry, los medios británicos informaron que estaba preparando su viaje desde California, donde vive con su esposa Meghan, para asistir al funeral de su abuelo. No queda claro si también irá Meghan, que está embarazada y espera dar a luz al segundo hizo de la pareja dentro de unos meses.
El periodo de autoaislamiento obligatorio que se exige a todo aquel que llega al Reino Unido también podría cumplir cualquier reencuentro, aunque hay maneras de acortar la cuarentena, si el viajero se paga su propio testeo al llegar.
De todos los condimentos de la disputa de Harry con su familia, lo que más lamentan los británicos es su distanciamiento con su hermano Guillermo, con quien siempre se dijo que tenía una relación muy estrecha.
“Si vuelven a verse en el funeral y esos chicos, esos dos hermanos pueden hablar, perdonar y olvidar, entonces hay esperanzas de que la muerte de Felipe ponga fin a una disputa que de otra forma podría prolongarse durante décadas”, dice Junor, historiadora y autora de La Firma: la tormentosa vida de la Casa de Windsor. “Pero eso todavía no pasó”, señala Junor. “Y tal vez no pase”.
The New York Times
Traducción de Jaime Arrambide
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