La muerte de Ebrahim Raisi: cómo sigue la sucesión de poder en Irán y por qué el régimen no necesariamente sufrirá una crisis
La muerte del presidente Raisi desata un periodo de interinidad, pero la estructura constitucional del país asegura una transición sin crisis política significativa
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ESTAMBUL.- La muerte del presidente de Irán, Ebrahim Raisi, en un accidente de helicóptero el domingo en la provincia de Azerbaiyán Oriental, ha sumido al país en un periodo de interinato. Este periodo será encabezado por su primer vicepresidente, Mohammad Mokhber, durante un máximo de 50 días hasta que se celebren nuevas elecciones.
Incluso antes del accidente de helicóptero, el régimen había estado consumido por luchas políticas y religiosas internas mientras el líder supremo, Ali Khamenei, de 85 años, el jefe de Estado con más años en el cargo en Medio Oriente, sufre problemas de salud.
Pero dados los temores de inestabilidad en un momento en que la República Islámica enfrenta protestas internas, una economía débil, corrupción endémica y tensiones con Israel, los analistas esperan pocos cambios en las políticas internas y externas de Irán. Khamenei ha marcado la dirección del país y cualquier nuevo presidente no la alterará mucho.
El sistema “ya está en una trayectoria para garantizar que el sucesor del líder supremo esté completamente en línea con su visión para el futuro del sistema”, dijo Ali Vaez, director de Irán del International Crisis Group.
A pesar de la gravedad de este evento, la estructura del régimen iraní está diseñada para manejar transiciones abruptas en el poder, lo que disminuye la posibilidad de una crisis política inmediata. Con un sistema constitucional robusto y mecanismos establecidos para la sucesión, Irán se prepara para enfrentar este desafío sin grandes alteraciones en su administración.
Raisi fue elegido presidente en 2021 tras una victoria aplastante, marcando el regreso de los ultraconservadores al poder después de los dos mandatos del moderado Hassan Rohani.
Según el artículo 131 de la Constitución iraní, en caso de muerte, dimisión o enfermedad prolongada del presidente, el primer vicepresidente asume las funciones presidenciales con la aprobación del líder supremo.
Luego se forma un consejo compuesto por el presidente de la Asamblea Consultiva, el jefe del Poder Judicial y el primer vicepresidente, para organizar nuevas elecciones en un plazo máximo de 50 días. El líder supremo, Ali Khamenei, ya ha aprobado la formación de este consejo.
Será el primer vicepresidente, Mohammad Mokhber en este momento, quien asuma el cargo de jefe de gobierno hasta las nuevas elecciones presidenciales, que se llevarían a cabo en un Irán asediado por sanciones económicas, especialmente por parte de Estados Unidos, impuestas desde la fundación de la República Islámica en 1979, pero revitalizadas en múltiples ocasiones.
El artículo 132 garantiza la estabilidad durante este periodo al prohibir la interpelación de ministros y la revisión de la Constitución. Este marco, establecido en 1979 y enmendado en 1989, está diseñado para evitar cualquier interrupción en la gobernabilidad y asegura que el trágico destino del presidente de línea dura de Irán no altere la dirección de la política iraní ni sacuda a la República Islámica de manera significativa
Proceso “sin interrupción alguna”
Khamenei dijo que la administración se mantendrá estable y declaró cinco días de duelo nacional. “La nación no debe estar preocupada o nerviosa, ya que la administración del país no sufrirá alteraciones”, había publicado ayer en su red social X, horas antes de que las autoridades hallaran los restos del aparato y confirmaran el fallecimiento de Raisi.
Recen todos por la salud de ese grupo de servidores públicos, y que no se preocupe ni se inquiete el pueblo de Irán: no habrá ninguna perturbación en la actividad del país.
— Ayatolá Jameneí (@es_Khamenei) May 19, 2024
Mokhber, ahora presidente interino, convocó una reunión de emergencia con los principales funcionarios para discutir la preparación de las elecciones, reiterando el compromiso del gobierno con la continuidad.
De esta forma, el nuevo “consejo” tripartito deberá anunciar próximamente la fecha para las presidenciales, que se celebrarán meses después de unas parlamentarias que ratificaron el poderío de los ultraconservadores, si bien estuvieron marcadas por el boicot por parte de la oposición y la tasa de participación más baja desde el establecimiento de la Revolución Islámica.
Impacto sobre el proceso de sucesión de Khamenei
La muerte de Raisi también afecta la sucesión del Khamenei, que cumplió 85 años el mes pasado. Raisi era un candidato principal para suceder a Khamenei, junto con Mojtaba Khamenei, el hijo del líder supremo.
La Asamblea de Expertos- un consejo de clérigos de 86 miembros que selecciona al líder supremo- jugará un papel crucial en este proceso. Históricamente, el líder supremo tiene la máxima autoridad sobre los asuntos políticos, militares y religiosos de Irán.
Aunque el presidente supervisa la gobernanza diaria, el líder supremo ostenta el mayor poder: establece la agenda política de Irán, comanda las fuerzas armadas y controlan importantes organizaciones financieras. La influencia del presidente es limitada y subordinada a la autoridad del líder supremo.
De esta forma, el fallecimiento de Raisi podría allanar el camino para que Mojtaba Khamenei, de 54 años y profesor de teología en un seminario de Qom, asuma este rol. Pero el funcionamiento interno de la política interna y religiosa de Irán es deliberadamente misteriosa, y la decisión al final la tomará un consejo de clérigos de alto rango conocido como Asamblea de Expertos. Aunque Mojtaba Khamenei es considerado el favorito del clero, aún pueden decidir elegir uno de los suyos o tener un liderazgo más colectivo.
Desafíos y oportunidades
Ahora, Irán se prepara para las elecciones presidenciales en medio de sanciones económicas y un conflicto en aumento con Israel.
El fallecimiento de Raisi deja un aparente vacío en la sucesión en la propia presidencia, ya que aparentemente no existe un sucesor claro para el cargo. Así, está por ver quién será el principal candidato de los ultraconservadores a las próximas elecciones, especialmente debido a que uno de los principales dirigentes del país, Amirabdolahian, murió junto a él en el siniestro aéreo.
Hasta ahora, los posibles candidatos son: Ali Larijani, de 66 años, político moderado que fue presidente del Parlamento pero fue inhabilitado para presentarse en 2021; el expresidente Hassan Rohani, de 75 años, más moderado; el más duro Mahmoud Ahmadinejad, de 66 años; y el conservador Mohammad Bagher Ghalibaf, de 63 años, exalcalde de Teherán y actual presidente del Parlamento.
La elección de Raisi en 2021 tuvo la participación más baja en la historia de Irán, reflejando el desencanto público. Las recientes elecciones parlamentarias también vieron una baja participación debido a la descalificación de muchos candidatos reformistas y la dura represión de las protestas tras la muerte de Mahsa Amini en 2022.
Los analistas sugieren que unas nuevas elecciones podrían revitalizar el movimiento de protesta que surgió tras la muerte de Mahsa Amini. Además, grupos disidentes y vinculados al Estado Islámico podrían intentar aprovechar la situación.
El campo ultraconservador buscará un candidato afín a Raisi para continuar su legado, mientras que el líder supremo ha intentado tranquilizar a la población, subrayando que la administración del país no sufrirá alteraciones.
Agencias AP, ANSA y AFP, y diario The New York Times
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