La misteriosa civilización perdida descubierta en Honduras
Después de diez días perdidos en lo más profundo de la jungla en Honduras, un grupo de científicos regresó con la noticia del descubrimiento de un tesoro: una misteriosa ciudad precolombina perdida
Y aunque no es poca cosa encontrarse en la región de Mosquitia con una ciudadela que ha permanecido intacta al menos durante 600 años, no resolvieron el gran misterio arqueológico de Centroamérica: no hallaron las legendarias Ciudad Blanca o del Mono Dios.
El valor de Ciudad Blanca es que le muestra a los hondureños que hay grandes partes de su país que son básicamente jungla virgen, un laboratorio viviente que tal vez podamos poner en el centro de atención para ayudar a preservarlo
Chris Fisher, arqueólogo de la Universidad Estatal de Colorado
"Para mí Ciudad Blanca no es un lugar, es la idea de selva prístina que existe allí", le dice a BBC Mundo Chris Fisher, arqueólogo que participó en la expedición.
"El valor de Ciudad Blanca es que le muestra a los hondureños que hay grandes partes de su país que son básicamente jungla virgen, un laboratorio viviente que tal vez podamos poner en el centro de atención para ayudar a preservarlo", agrega.
"Encontramos una ciudad perdida y sabemos que hay muchas otras en la región. Una zona que no ha sido tocada por personas durante muchos siglos es de por sí un tesoro ecológico".
El hallazgo
Las ruinas fueron identificadas primero en mayo de 2012 durante una expedición aérea sobre un valle remoto en La Mosquitia, una vasta región de pantanos, ríos y montañas que contiene algunos de los últimos sitios del planeta que no han sido explorados científicamente.
La parte superior de 52 artefactos se asomaba desde la tierra. Muchos otros se encuentran, evidentemente, bajo tierra, junto a posibles sitios funerarios. Entre ellos hay asientos de piedra ceremoniales (llamados metates) y vasijas talladas con sumo detalle y decoradas con serpientes, figuras zoomórficas y buitres.
Fisher, de la Universidad Estatal de Colorado, Estados Unidos, explica que encontraron "los restos de una ciudad precolombina con numerosos montículos, plazas, formas piramidales y otras características".
En el lugar, hay también lo que los expedicionarios ven como una especie de sitio ceremonial en el que registraron unos 50 artefactos que creen que llevan enterrados unos 400 o 600 años.
"También nos encontramos con lo que pensamos es un paisaje completamente modificado por el ser humano hasta el punto que cuando estaba habitado debió parecerse más a un jardín inglés que a la selva que es hoy", añade.
Oscar Neil Cruz, el arqueólogo local que acompañó la expedición, cree que por el tipo de artefactos encontrados, el sitio debió haber sido ocupado al menos entre el año 1.000 antes de Cristo y el 800 a.C.
Lugar secreto
Al lugar, por supuesto, no llegaron por casualidad. Lo iban buscando por las pistas conseguidas en 2012 en una exploración aérea financiada por los cineastas Bill Benenson y Steve Elkins.
Lo que hicieron fue emplear unos aviones provistos con equipos para hacer un mapeado tridimensional de la superficie.
Y la conclusión a la que llegaron fue que se trataba de un área selvática intacta con evidencias de construcciones humanas.
Benenson le explicó a BBC Mundo que prefieren no revelar el lugar del hallazgo para evitar que el lugar sea saqueado.
Lo que sí reveló es que se trata de un sitio tan remoto que "sólo hay una manera de entrar y salir, y es por helicóptero".
No hay carreteras, no hay infraestructura de ningún tipo, nadie vive allí, no hay asentamientos humanos tampoco. Es una verdadera jungla salvaje.
Benenson cuenta que el equipo contó con la ayuda de tres exmilitares británicos que, para que pudieran aterrizar los helicópteros, se descolgaron y limpiaron la maleza.
Los exmiembros de las fuerzas especiales también ayudaron a instalar un campamento base a unos pocos kilómetros del enclave arqueológico. Y también se encargaron de despejar la densa selva con machetes.
¿Quiénes eran?
Si la ubicación permanece en secreto, es un misterio también quiénes eran los habitantes de esa ciudadela.
"Sabemos que (los habitantes de esta ciudad) eran socialmente complejos, que tenían recursos y habilidades para modificar el entorno, para conseguir estabilidad y producir comida", Chris Fisher, arqueólogo de la Universidad Estatal de Colorado.
"No sabemos demasiado de ellos, sobre todo en comparación con los Mayas que debieron estar entre sus vecinos", le dice Fisher.
"Sabemos que eran socialmente complejos, que tenían recursos y habilidades para modificar el entorno, para conseguir estabilidad y producir comida. Sabemos que estaban conectados íntimamente con sus vecinos", agrega.
¿Por qué desaparecieron? Tampoco se sabe. De momento, los arqueólogos no se ponen de acuerdo, pudo haber sido porque agotaron los recursos del lugar o porque llegaron europeos con enfermedades.
Es tan poco lo que se sabe, que ahora mismo es una civilización perdida que ni siquiera tiene nombre.
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