La mayor pesadilla: una peligrosa lucha de poder
LONDRES.- A corto plazo, la preocupación suscitada por Corea del Norte tras la muerte de Kim Jong-il se centra en una potencial lucha interna por el poder, que podría aumentar el riesgo de un nuevo conflicto en la península coreana.
Sin embargo, a largo plazo, la muerte del líder también podría plantear un desafío diferente: el de una costosísima reunificación de Corea y la reintegración de la economía global del Estado más aislado del mundo.
Los próximos días podrían estar colmados de señales contradictorias. Ayer, los medios surcoreanos informaron que el Norte había hecho un lanzamiento de prueba de un misil de corto alcance, un primer ejemplo de la clase de bravuconada beligerante que temen muchos analistas.
Todos los ojos estarán puestos en el heredero declarado, Kim Jong-un, para tratar de determinar si realmente puede asumir el lugar de su padre como indiscutido líder nacional y comandante de un ejército de 1,2 millones de hombres y tal vez en posesión de ocho cabezas nucleares. Muchos dudan de que pueda.
"La principal tarea, tanto internamente como para el régimen, sería establecer claridad en el liderazgo", dijo Michael Denison, director de investigación de la consultora de riesgos Control Risks, con sede en Londres. "Existe un riesgo real de inestabilidad interna, particularmente dentro de la elite? por el momento no está claro si Kim Jong-un podrá asumir con claridad el control", añadió.
El joven Kim, de alrededor de 28 años, fue presentado como sucesor de su padre hace apenas un año, lo que le dio poco tiempo para conseguir apoyo, particularmente dada su falta de experiencia militar. Eso hará que sea dependiente de otros, por lo menos durante un tiempo.
"Existe una verdadera preocupación de que el heredero designado no haya tenido suficiente tiempo como para implementar en su país las alianzas que le permitan consolidar su futuro como líder", dijo Sarah McDowell, analista especializada en Asia en IHS Global Insight. "Hay un mayor riesgo de que aumenten las tensiones entre las facciones de la elite política norcoreana, ya que las figuras políticas prominentes, dudando de la capacidad de Kim Jong-un, podrían iniciar una lucha por el poder", indicó.
Muchos esperan que el tío del joven, Jang Song-thaek, siga siendo una fuerza clave, tal vez, incluso, gobernando entre bambalinas mientras Kim Jong-un acumula experiencia? pero tal vez también enfrentándose con él. Otras fuerzas, además, pueden sentir la necesidad de reafirmarse o correr el riesgo de ser expulsadas en lo que rápidamente podría convertirse en una sanguinaria lucha por el poder.
Los analistas sospechan que esos movimientos empezaron a producirse antes de la muerte de Kim Jong-il, que quizás explican algunas operaciones agresivas emprendidas por Corea del Norte en los últimos años.
En el peor caso concebible, se podría ver al menos a algunos elementos de Corea del Norte que intentarían provocar una lucha con la esperanza de usarla para reforzar su posición en el frente doméstico. Por lo tanto, no es extraño que el ejército surcoreano, junto con alrededor de 28.000 soldados norteamericanos desplegados en una base en la península hayan sido puestos en estado de alerta.
"Hay potencial para que se produzcan tensiones entre Kim Jong-un y Jang Song-thaek, que podrían resultar en que uno de ellos o los dos precipitaran una crisis para demostrar el poder del nuevo gobierno a otros líderes importantes, aunque a corto plazo es muy improbable que cualquier lucha interna sea revelada públicamente", dijo Brittany Damora, analista especializada en Asia de la consultora de riesgo AKE, con sede en Londres.
"Preveo mayores tensiones en la política exterior y existe la posibilidad de que se produzcan ataques militares en pequeña escala contra Corea del Sur", agregó.
Esa actitud también podría alimentar las tensiones entre Estados Unidos y China, con quien Corea del Norte tiene una larga y compleja relación de dependencia.
Desarme nuclear
La falta de una estructura de seguridad regional coherente, que aúne a Estados Unidos, China, Corea del Sur, Japón y otros poderes vecinos, podría complicar los intentos de manejar la situación. Pero también hay algunos factores potencialmente estabilizadores.
Algunos expertos afirman que en el futuro inmediato no se plantearán nuevos problemas. Esa hipotética estabilidad dejaría la puerta entreabierta para sostener conversaciones sobre el desarme nuclear con China y Estados Unidos y, en última instancia, para establecer relaciones más estrechas con Corea del Sur.
Tras cinco décadas de aislamiento del mundo exterior, las necesidades de desarrollo son colosales. Sin embargo, tal vez China se muestre reticente a permitir una futura unificación completa de las dos Coreas, y el electorado surcoreano puede desear un acercamiento, pero, seguramente, no querrá pagar toda la factura que eso implique.
Si alguna vez fuera políticamente factible, la reunificación demostraría ser una tarea colosal. La brecha divisoria entre las dos Coreas empequeñece la que existía entre Alemania oriental y Alemania occidental en 1989.
Si la muerte de Kim Jong-il marca el principio del fin del aislamiento de Corea del Norte, no será un proceso rápido.
Traducción de Mirta Rosenberg
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