La maquinaria de censura se expande a los diarios de Occidente
The Washington Post y The Guardian, bloqueados por la Muralla Cortafuegos
PEKÍN.- Los sitios web de los diarios The Washington Post y The Guardian parecen estar actualmente bloqueados en China, mientras el gobierno de Pekín ajusta aún más las clavijas de un aparato de censura al que llama Gran Muralla Cortafuegos y atraviesa un período políticamente muy sensible.
Hasta este fin de semana, The Washington Post y The Guardian eran de los pocos últimos grandes medios de habla inglesa a los que se podía seguir ingresando desde China continental sin necesidad de un software de red privada virtual, según la organización de rastreo de censura Greatfire.org.
En las últimas semanas, en vísperas del 30° aniversario de la masacre del 4 de junio de 1989 en la Plaza de Tiananmen, las autoridades de la internet china trabajaron contra reloj para bloquear cualquier posteo en la popular red social china WeChat que contuviese imágenes o palabras claves relacionadas con aquel luctuoso hecho.
A mediados de mayo, bloquearon el acceso a los artículos de Wikipedia sobre el hecho en todos los idiomas. Un periodista de CNN dijo que el sitio web de esa cadena fue bloqueado nuevamente esta semana, después de que CNN realizara un exhaustivo informe para conmemorar el hecho de 1989.
Los sitios web de Bloomberg, The New York Times, Reuters y The Wall Street Journal están bloqueados desde hace años, al igual que las redes sociales como Facebook, Twitter, y todos los servicios de Google, incluido YouTube. Otros servicios muy populares, como Dropbox, Slack y WhatsApp, también están prohibidos.
Las multinacionales, los grupos defensores de la libertad de prensa y los gobiernos occidentales -incluidos los negociadores comerciales norteamericanos- aseguran que la Gran Muralla Cortafuegos no implica solo una restricción de la libertad de expresión, sino también de las prácticas de honestidad comercial.
Actualmente, la censura es tan vasta que abarca a más de 10.000 dominios web y, gracias a la potencia de un software algorítmico de inteligencia artificial, actualiza y agudiza su capacidad de rastrear las redes privadas virtuales.
Pekín dice que la censura atañe a la "soberanía sobre internet" de China, algo no negociable con gobiernos extranjeros. Pero en los últimos años los funcionarios han ido mucho más lejos, no solo en la defensa de su modo de entender la censura, sino también promocionando su éxito como un modelo que los gobiernos autoritarios bien podrían adoptar.
Si bien un reducido número de usuarios chinos descargan el software de redes privadas virtuales para ingresar a sitios web y redes sociales bloqueadas, el gobierno siempre parece encontrar la forma de mantener la prohibición, incluso a través de la intimidación física.
Traducción de Jaime Arrambide