Más de 12 millones de personas atravesarían la frontera que trazó el abogado, en una de las migraciones más grandes y mortíferas de la historia
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Cinco semanas. Ese fue el tiempo que le dieron las autoridades británicas al abogado Cyril Radcliffe para que trazara una de las fronteras más polémicas de la historia: la división entre India y Pakistán. Este año se cumplen 75 años de aquella partición, que es un foco de tensión entre los vecinos asiáticos.
Todo comenzó al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cuando Reino Unido le dio la independencia a India, su excolonia. También aceptó las demandas para crear una nación separada para los musulmanes de esa región.
Fue así que el 15 de agosto de 1947, nacieron India, de mayoría hindú, y Pakistán, de mayoría musulmana. Radcliffe, quien fue nombrado presidente de la Comisión de Límites, recién dio a conocer su trazado un par de días después de la independencia.
Sangriento
Cuando se dio a conocer la partición de India, millones de personas tuvieron que abandonar sus hogares en ambos lados, y cerca de un millón murieron en la violencia que se desató con la división. Comunidades enteras, que durante siglos convivieron, decidieron mudarse.
Se estima que más de 12 millones de personas atravesaron la línea que trazó Radcliffe en busca de un nuevo hogar, en la que es recordada como una de las migraciones más grandes y mortíferas de todos los tiempos.
La frontera que trazó Radcliffe se extendía por 2900 kilómetros, y aún hoy es motivo de polémica. La principal controversia en 1947 fue en torno a dos provincias con cantidades similares de pobladores musulmanes y no musulmanes: Bengala, en el este, y Punjab, en el oeste. Radcliffe debió decidir cómo partir esas provincias, que estallaron en un conflicto religioso que dejó cientos de miles de muertos.
Otra zona en problemática fue Cachemira, una región del Himalaya étnicamente diversa, famosa por la belleza de sus lagos, praderas y montañas cubiertas de nieve. Incluso antes de que India y Pakistán obtuvieran su independencia en agosto de 1947, el área fue muy disputada.
Según el plan de partición proporcionado por la Ley de Independencia de India, Cachemira era libre de adherirse a India o Pakistán. El maharajá (gobernante local), Hari Singh, inicialmente quería que Cachemira se independizara, pero en octubre de 1947 decidió unirse a la India, a cambio de su ayuda contra una invasión de miembros de una tribu de Pakistán.
Estalló una guerra e India solicitó la ayuda de la ONU. En 1949, India y Pakistán firmaron un acuerdo para establecer una línea de alto el fuego recomendada por la ONU y la región se dividió. Siguió una segunda guerra en 1965. Luego, en 1999, India libró un breve pero amargo conflicto con las fuerzas respaldadas por Pakistán.
Para entonces, India y Pakistán ya se declararon potencias nucleares.
Hoy, Delhi e Islamabad reclaman Cachemira en su totalidad, pero controlan solo partes de ella, territorios reconocidos internacionalmente como “Cachemira administrada por India” y “Cachemira administrada por Pakistán”. Con una población de aproximadamente 13 millones de personas, el valle de Cachemira es uno de los focos de disputas internacionales más importante de la actualidad.
Primer viaje a India
Radcliffe nunca había estado en la India británica cuando aceptó liderar la Comisión de Límites. Según sus críticos, tampoco entendía la cultura social o política de ese país. Llegó a India el 8 de julio, apenas un mes antes de que se declarara la independencia de esa nación.
En su poema Partition de 1966 -dedicada a la tarea de Radcliffe en India- el escritor británico W. H. Auden consideró: “Al menos era imparcial cuando llegó a su misión, / Ya que nunca había visto esa tierra antes de hacer su partición”.
Aparte de la falta de tiempo, su tarea se vio aún más complicada por el hecho de que los mapas en los que se basó estaban desactualizados. Los censos que usó también eran inexactos. Y debió apoyarse en consejeros -dos jueces musulmanes y dos hindúes-, que no lograban ponerse de acuerdo entre sí.
El secreto de Lahore
Años después de concluir su trabajo, Radcliffe reveló un dato histórico muy significativo. Contó que en su trazado original le dio la ciudad de Lahore, en la provincia de Punjab, a India.
“Luego me di cuenta de que Pakistán no tendría ninguna ciudad grande, y ya reservé Calcuta (en Bengala) para India”, le dijo en 1971 al periodista Kuldip Nayar, autor del libro Scoop, Inside Stories from Partition to the Present (Exclusiva, historias desde la partición hasta el presente). Hoy Lahore es la segunda ciudad más grande de Pakistán.
El adiós definitivo
Radcliffe se fue de India apenas concluyó su tarea, y quemó todas sus notas antes de partir. Jamás volvió a visitar India o Pakistán. Sabía lo que pensaban de él los locales. “Hay unas 80 millones de personas con quejas buscándome”, señaló, “no quiero que me encuentren”.
A su regreso a Londres, se lo nombró Caballero de la Orden del Imperio Británico. Algunas versiones indican que se rehusó a cobrar las 3000 libras esterlinas (hoy unos US$3600) que el gobierno le ofreció por su trabajo.
En su entrevista con Nayar, Radcliffe fue consultado sobre si quedó satisfecho con la frontera que trazó. “No tuve alternativa”, respondió. “El tiempo que me dieron fue tan breve que no fue posible hacer un mejor trabajo”, agregó. No obstante, reconoció que “si me hubieran dado de dos a tres años, quizás podría hacer algunas mejoras”.
Se estima que entre 500.000 y un millón de personas murieron como consecuencia de la violencia religiosa que se desató tras la partición de India y Pakistán. Y, 75 años después, la “Línea Radcliffe” -como la llaman muchos- sigue generando malestar entre ambos países.
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