La lección de Crimea cambia el foco de los espías occidentales
A medida que los países de Occidente ingresan en una nueva era de posible conflicto con Moscú, empiezan a enfrentar una realidad incómoda. Un cuarto de siglo después de la caída del Muro de Berlín, el conocimiento que tenían de Rusia tanto las agencias de inteligencia como los gobiernos disminuyó drásticamente.
La creciente preocupación por el espionaje de Moscú, que incluye ciberataques y "spyware" de computadoras cada vez más sofisticados, despertó un renovado interés, sobre todo por parte de las agencias de contrainteligencia.
Pero el modo en que Washington y sus aliados fueron tomados de sorpresa por la anexión de Crimea por parte del presidente Vladimir Putin parece demostrar la necesidad de un rotundo cambio de enfoque.
La conclusión, según ex y actuales funcionarios, es que después del 11 de septiembre de 2001 el centro de atención estuvo puesto en el terrorismo islámico y en Medio Oriente, y luego en el ascenso de China, mientras la ex Unión Soviética pasó a ser una especialidad irrelevante para la carrera de los espías.
Comparado con la época de la Guerra Fría, cuando gran parte del territorio ruso resultaba inaccesible para los occidentales, los especialistas en la región dicen que no falta experiencia y conocimientos sobre Rusia en el mundo académico y empresario. Pero hasta el momento no fueron utilizados.
"Hay bastantes expertos en cuestiones rusas dando vueltas por ahí, gente que vivió ahí y que tiene mucha experiencia, pero no fueron requeridos por el gobierno", dice Fiona Hill, funcionaria de inteligencia norteamericana sobre Rusia entre 2006 y 2009 y actual directora del Centro para Estados Unidos y Europa de la Brookings Institution. "Sobre todo el Pentágono perdió gran parte de su saber sobre Rusia, al igual que la Casa Blanca."
Ahora son más los expertos externos que pueden encontrar trabajo en agencias de inteligencia y ministerios de defensa. Pero en una época de restricciones presupuestarias, concentrarse en Rusia equivale a derivar recursos destinados a otras áreas.
Hasta que se produjo la crisis en Ucrania, ésa no parecía ser la opción natural de los expertos disponibles, dicen allegados a discusiones internas sobre el tema.
"El principal problema es de capacidad, en un momento en que el contraterrorismo, Irak, Afganistán y las primaveras árabes consumieron gran parte de la energía", señala un ex oficial de inteligencia que prefirió no revelar su identidad.
En principio, Rusia es sólo una amenaza para sus vecinos, pero sigue siendo una potencia que requiere más vigilancia que la que se le dedicó durante las últimas dos décadas. Pero la capacidad y los recursos son sólo parte del problema. Las legiones de expertos en temas rusos, salvo pocas excepciones, no advirtieron las señales del colapso de la Unión Soviética en 1989.
De todos modos, los funcionarios y analistas dicen que existe la creciente sensación de que Occidente debería haber prestado más atención a Rusia, en particular cuando Moscú aumentó en un 30% su presupuesto de defensa desde la guerra de 2008 en Georgia.
Una de las razones por las que Occidente fue tomado por sorpresa por los hechos de Crimea es que durante el crecimiento militar ruso no hubo señales o indicios de una inminente invasión.
Sin embargo, Moscú había movilizado sus tropas unos días antes, supuestamente para realizar maniobras militares. Que esas claras evidencias pasaran desapercibidas sugiere que los analistas habían perdido su olfato para evaluar y predecir las acciones del Kremlin.
En principio, Rusia es una amenaza para sus vecinos, pero aún es una potencia que requiere más vigilancia que la que se le dedicó
Mientras los funcionarios norteamericanos monitorean ahora la concentración de tropas rusas en la frontera oriental de Ucrania, los expertos difieren sobre si Putin planea o no invadir la región.
Para Estados Unidos, dos incidentes de espionaje de la última década ayudaron a que el centro de atención de la contrainteligencia volviera a enfocarse en Moscú.
El primero fue el descubrimiento, en 2008, de un sofisticado software de espionaje llamado Agent BTZ, que infectó las computadoras del Pentágono tras haber ingresado, al parecer, en un dispositivo USB. El ataque es una de las fallas de seguridad más graves de la inteligencia norteamericana.
Un perfil más alto tuvo el arresto y posterior expulsión, en 2010, de 10 espías "infiltrados encubiertos" en Estados Unidos. La información provino de un desertor ruso tras una investigación del FBI.
Algunos de los problemas para entender a Rusia, sin embargo, podrían ser de tipo social, más que militar. "Como somos un país tan patriota, puede resultarnos muy intolerable el patriotismo de otros", dice Elbridge Colby, el ex funcionario del Pentágono, en referencia a Estados Unidos. "Su patriotismo no nos resulta especialmente válido."
Traducción de Jaime Arrambide
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