La inflación en Venezuela: por qué en marzo registró casi la mitad que la de la Argentina
Los expertos señalan que el indicador de 4,2% el mes pasado es un alivio momentáneo; se prevé una inflación anual en torno al 400%
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MEDELLÍN.- “Alegría de tísico”. El frenazo a la deriva inflacionaria en Venezuela, al contabilizarse en marzo una suba de los precios de sólo el 4,2% frente al 7,7% de la Argentina (que así en esa medición mensual le arrebató el liderato continental), no supone más que un alivio momentáneo para la mayor inflación del planeta, señala a LA NACION el economista José Noguera.
La principal clave, además de que marzo sea un mes tradicionalmente comedido con los precios, es que “se gastaron una divisas que tenía el Banco Central de Venezuela (BCV), porque la producción de petróleo aumentó algo con el regreso de la petrolera estadounidense Chevron al país”, acota Noguera.
“Pero de allí a que eso sea sostenible hay un gran trecho. La inflación no se va a controlar hasta que el gobierno [de Nicolás Maduro] encuentre una fuente estable de financiamiento que no sea imprimir dinero“, sentencia Noguera.
El ente estatal intervino varias veces en lo que va de año en el mercado bancario con inyecciones de dólares, que fuentes financieras calculan han superado los 800 millones. De esta forma se ha logrado contener en parte la tendencia alcista de enero y febrero, peligroso “coqueteo” con la hiperinflación, según el Observatorio Venezolano de Finanzas.
Con una suba del 20% en febrero, la inflación interanual alcanzó 537,7%, lo que puso a sonar todas las alarmas. Las últimas predicciones del Fondo Monetario Internacional l(FMI) y de expertos venezolanos sitúan la inflación nacional a final de año por encima del 400%.
Uno de los principales retos ahora para el gobierno de Maduro es cómo encajar la inminente suba del salario mínimo (se espera que se anuncie el 1 de mayo) en su política de contención. El actual salario mínimo se mueve en torno a los cinco dólares mensuales en un país con precios exagerados. “Será un aumento relevante en moneda extranjera”, vaticina Luis Vicente León, presidente de Datanálisis.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez volvió a reivindicar su política durante la cumbre virtual de la Alianza de Países de América Latina y el Caribe contra la Inflación. Una política que depende directamente de los avances de la producción petrolera, estabilizada hoy en 700.000 barriles de oro negro al día. Una cifra muy baja en relación a los tres millones de las mejores épocas, pero que hace unos meses había caído hasta el medio millón.
“Se desinfla el crecimiento económico de Venezuela. Según la fuente del gobierno, la producción petrolera cayó 3,4% en el primer trimestre de 2023, mientras que según fuentes secundarias la producción aumentó apenas 1,6%. Y todo eso incluyendo el aumento de la producción de Chevron”, precisó el economista José Guerra, antiguo funcionario del BCV.
Pese a ser el peor ejemplo posible (el gobierno de Maduro rompió entre 2017 y 2021 todos los récords, con alzas de precios de 233% en un solo mes y una interanual por encima de los 2.000.000%), Rodríguez se jactó frente a sus aliados de la política que ella misma dirige desde el Ministerio de Economía. La apuesta del chavismo es conformar una gran alianza de integración energética para frenar “la hidra de mil cabezas que es la inflación”.
Contexto regional
La realidad es que tanto Venezuela como la Argentina son la gran excepción en una región que ha logrado contener en parte la deriva inflacionaria del año pasado. Sólo Perú, Chile y Colombia han superado en marzo la barrera del 1%.
Sin embargo, la gran asignatura pendiente para todos es la inflación en el rubro de los alimentos: América Latina y el Caribe encabezan este ranking a nivel mundial. Una espada de Damocles sobre gobiernos y sociedades cuando la región se ha convertido en el mayor polvorín social y político del planeta.
El impacto de la inflación durante el primer trimestre en Venezuela también forzó el ajuste del FMI en cuanto al crecimiento económico del país sudamericano, que ahora sitúa en torno al 5%. Una cifra alta en relación al resto de los países de la región, pero que se explica por la pérdida del 75% del PBI tras la década desastrosa de Maduro.
“No creo que haya una política económica mas allá de ver cómo financian el presupuesto y le meten la mano a los pocos recursos que quedan del petróleo y esos fondos turbios que están circulando”, aclaró Noguera.
Es algo que el presidente venezolano y la propaganda revolucionaria no comparten. “Los logros que hemos sumado a lo largo de estos 10 años de lucha han sido extraordinarios. ¡Nada ni nadie nos detendrá!”, arengó Maduro el viernes durante los festejos por su polémica victoria electoral sobre el opositor Henrique Capriles de hace una década.
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