La infanta Cristina ya no será duquesa
Su hermano, el rey Felipe VI, ordenó revocarle el título
MADRID (EFE).- Felipe VI de España dio ayer una de las mayores sorpresas de su primer año de reinado: ordenó retirar el título de duquesa de Palma a su hermana Cristina de Borbón, quien será juzgada por dos delitos fiscales, en el marco de un caso de corrupción en el que también está procesado su marido, Iñaki Urdangarin.
Según un comunicado difundido por la Casa Real española, el Boletín Oficial del Estado publicará hoy un Real Decreto por el que el monarca revoca el uso del título nobiliario a la infanta, quien lo obtuvo en 1997 por deseo de su padre.
La hija del medio del rey emérito Juan Carlos será el primer miembro de la familia real que se siente ante un tribunal en el banquillo de los acusados en un juicio para el que todavía no hay fecha fijada.
Está imputada como cómplice necesaria de dos delitos fiscales cometidos presuntamente por su esposo, quien será juzgado por haberse apropiado supuestamente de seis millones de euros de dinero público junto a su ex socio en el Instituto Nóos, una entidad sin fines de lucro vinculada al mundo del deporte.
A raíz del escándalo, la infanta y su esposo fueron apartados de la agenda oficial de la Casa Real española a finales de 2011, cuando se produjo la imputación del ex deportista. El llamado "caso Nóos" supuso el mayor golpe en las casi cuatro décadas de reinado de Juan Carlos I, quien abdicó hace un año en su hijo.
Tras la proclamación de Felipe VI como rey, Cristina también dejó de formar parte de la familia real junto con su hermana, la infanta Elena. Los nuevos monarcas han guardado desde entonces las distancias con el matrimonio Urdangarin-Borbón.
Limpiar la imagen real
Distintos sectores han pedido en los últimos meses que Cristina renuncie a sus derechos dinásticos, algo que de momento no ha sucedido. La infanta, sexta en la línea de sucesión al trono español, reside desde 2013 en Ginebra (Suiza) junto con Urdangarin y sus cuatro hijos.
Desde que fue coronado hace un año, Felipe VI se puso como objetivo limpiar la imagen de la corona, desprestigiada por el caso Nóos y por algunas actitudes del rey Juan Carlos I.
Entre otras cosas, Felipe VI ordenó una auditoría de las cuentas de la Casa Real, se acercó a nuevos sectores de la sociedad española y acudió a decenas de actos y viajes oficiales.
Logró así una pequeña mejora en la imagen de la monarquía: 4,34 puntos sobre diez en un sondeo de abril del estatal Centro de Investigaciones Sociológicas, frente a 3,72 en el momento de la abdicación de Juan Carlos I. Pero todavía no consiguió superar la barrera de los cinco puntos por encima de la cual estuvo la corona española hasta 2010 y está lejos de los siete que tenía a mediados de los años 1990. Tal vez despojar a su hermana de su título nobiliario antes del juicio ayude.
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