El corazón energético de EE.UU., en la línea de fuego del huracán Laura
NUEVA YORK.- La industria energética de Estados Unidos se prepara para enfrentar mareas ciclónicas y rachas de viento catastróficas al acercarse peligrosamente el huracán Laura a las costas de Texas y Luisiana.
El huracán arrecia en dirección a la costa del Golfo de México como una tormenta de categoría 4 que se espera que cause daños catastróficos y "una tempestad ineludible" en la frontera entre esos dos estados sureños, dijo el Centro Nacional de Huracanes (NHC).
Los productores de petróleo y gas evacuaron plataformas y torres de perforación en el golfo, y algunas empresas cerraron refinerías en la ruta del huracán. Muchas ya lo habían hecho debido a la tormenta tropical Marco. Las compañías de electricidad se preparan para atender cables caídos e interrupciones en el suministro de energía.
"Estos huracanes pueden atacar toda la infraestructura de energía", dijo Jim Burkhard, director de investigación para mercados de petróleo crudo en IHS Markit. "Y no es solo el cierre de una refinería, sino que si un oleoducto se cierra, o si la red eléctrica se daña, ello muestra cuán integrados están todos estos sistemas: oleoductos, refinerías, electricidad. Y es ese daño conjunto el que puede ser tan difícil de superar".
La industria petrolera ya estaba en problemas desde que el año empezó debido a los bajos precios por un declive en la demanda a consecuencia del coronavirus.Al mismo tiempo, la OPEP estuvo inundando el mercado con crudo para sacar del negocio (y lo logró) a los productores petroleros norteamericanos.
Los precios del crudo se recuperaron un poco, pero continúan por debajo de lo que la mayoría de los productores necesitan para mantenerse en el mercado. Este año, 60 compañías de petróleo y gas solicitaron protección por bancarrota, según el estudio jurídico Haynes and Boone.
Los expertos consideran improbable que Estados Unidos vaya a enfrentar una severa escasez de petróleo o de nafta debido al huracán, porque otras regiones compensarán los faltantes o recurrirán a sus reservas de crudo. Pero podría haber algunas alteraciones debido a la alta demanda que suele haber en el verano.
"Los inventarios han estado estrechándose durante el verano", dijo Peter McNally, director de sector global en Third Bridge, una firma investigadora de inversiones. "Hay un excedente, pero todavía quedan un par de semanas de alta demanda en el verano, así que podríamos ver cómo el superávit desaparece con mucha rapidez".
Casi la mitad de las plataformas de petróleo y gas en el Golfo de México, cerca de 300, ya fueron evacuadas, al igual que la mayoría de las instalaciones marítimas. Los productores suspendieron el 84% de la extracción de petróleo en la región, equivalente a retirar aproximadamente 1,6 millones de barriles diarios del mercado. La región del golfo habitualmente aporta alrededor de 15% de la producción petrolera en Estados Unidos. Los productores también pararon la extracción de aproximadamente 61% de gas natural en el golfo.
"El nivel de riesgo es alto", dijo Stewart Glickman, analista de valores de energía en CFRA. "Las plataformas del golfo pueden resultar dañadas, las refinerías (en su mayoría situadas en tierras bajas) pueden quedar inundadas, en especial si una tormenta permanece estática varios días como el huracán Harvey en 2017".
Aunque parte de la extracción petrolera fue suspendida temporalmente, los expertos consideran improbable que eso genere problemas de abastecimiento en Estados Unidos. Existe un superávit de producción este año, y la demanda de combustible continúa muy por abajo de los niveles anteriores a la pandemia. Los productores externos a la región pueden compensar el faltante.
Más de la mitad de la capacidad de refinación en Estados Unidos se encuentra en la costa del Golfo de México, hacia donde se dirige la tormenta. Seis refinerías, que en conjunto tienen una capacidad de procesamiento de unos 2,2 millones de barriles diarios, fueron cerradas, entre ellas algunas operadas por Valero, Total y Citgo.
En 2017, el huracán Harvey se mantuvo estático sobre Houston, arrojando tanta lluvia que las inundaciones paralizaron casi una cuarta parte de la capacidad refinadora del país. Esto causó escasez de nafta, compras de pánico y largas filas en estaciones de servicio en Texas.
"Sin duda, en la zona que se vea afectada se trastocarán todos los negocios, incluida la venta de nafta", declaró Burkhard. "¿Será ésta tan destructiva como Harvey? No creo que lo sepamos aún, pero Harvey causó grandes daños solo porque se mantuvo estático por tanto tiempo, así que esperemos que éste no se prolongue tanto con graves inundaciones".
Agencia AP
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