La incertidumbre se adueña de Gran Bretaña: los boca de urna dejan mal parada a May
Según los datos provisionales, los comicios anticipados terminaron jugándole en contra a la primera ministra conservadora, que no lograría la mayoría absoluta parlamentaria
LONDRES.- Este país vivió una noche de terremoto político. Los primeros sondeos de boca de urna dieron un triunfo de los conservadores de Theresa May, pero proyectaban que no lograría la mayoría para gobernar sin aliados.
De confirmarse, se estaría frente a un costoso desenlace para la mujer que convocó elecciones anticipadas justamente para fortalecer su posición política. Si los números no se dan vuelta, ella misma habría propiciado su ocaso.
En medio de la confusión que había anoche, los laboristas de Jeremy Corbyn llegaron a insinuar que May "debería considerar su situación", en lo que parecía la primera manifestación de que estaban dispuestos a intentar formar gobierno.
"Podría nacer una alianza de corte progresista", decían desde el gabinete en las sombras del laborista de izquierda Jeremy Corbyn. Había enorme confusión y desasosiego inicial entre los conservadores.
De acuerdo con los primeros sondeos, los conservadores ganaban 314 escaños de los 650 que posee el Parlamento. De confirmarse, significa un retroceso en toda la línea.
Son 17 menos de los que tienen ahora y, sobre todo, doce menos que los necesarios para los 326 indispensables para tener mayoría.
Los laboristas parecían tener una buena noche. Cosechaban 34 bancas más y pasaban de 232 a 266. Una proyección que, de confirmarse, les abría la posibilidad de intentar formar gobierno.
Las otras fuerzas se proyectaban con resultado dispar. Los alicaídos demócrata liberales hacían una buena colecta al pasar de 8 a 14 bancas, mientras que los nacionalistas escoceses (SNP), que fueron la estrella en las elecciones de hace dos años, perdían 22 bancas, y pasaban de 56 a 34.
Si se confirma, podría ser todo un golpe para las apetencias de su líder, Nicola Sturgeon, de convocar a una nueva consulta por la independencia de la nación.
En lo nacional, se trata de elecciones cruciales porque de ellas surgirá el gobierno que guiará al país en las complejas negociaciones para su salida de la Unión Europea (UE), el proceso conocido como Brexit
Más allá de que el apabullante boca de urna se confirme, lo que queda claro es que una mayor presencia laborista en el Parlamento dará paso a una negociación de salida muy diferente al "Brexit duro" y hasta "eventual portazo" con el que amenazaba May.
Eso es, tal vez, el dato más contundente que surgió de las primeras y confusas horas de desconcierto que se vivían en esta ciudad.
En aval de esa posición figura también el hecho de que, anoche, el Partido por la Independencia de Gran Bretaña (UKIP) fundado en su momento por Nigel Farage, un euroescéptico a ultranza, no lograba, siquiera, una sola banca en el Parlamento.
Era un abrupto portazo para la fuerza que fue la principal promotora del Brexit y toda una paradoja política. El país ahora enfrenta las derivaciones de una decisión promovida, en buena medida, por una expresión política poco menos que en vías de extinción.
Así como la forma y futuro del Brexit es el gran enigma, en igual medida, entre los desafíos del próximo gobierno figurará hacer frente a la amenaza terrorista.
Por primera vez en la historia, una campaña electoral en este país es suspendida dos veces por otros tantos ataques de ese tipo.
En mayo pasado ocurrió en Manchester, donde murieron 22 personas, mientras que el sábado hubo otro zarpazo de esa naturaleza que costó la vida a 9 personas.
Todo era incertidumbre y sorpresa anoche por bocas de urna mucho más desfavorables que lo esperado para May. Por momentos su propia carrera parecía en juego.
En una noche dramática, pronto empezaron a asomar cuchillos y voces de venganza dentro del partido conservador. "Si esto se confirma, estamos ante una noche catastrófica para la primer ministra May y para los tories", dijo el ex ministro de Finanzas y actual director del Evening Standard, George Osborne.
Al igual que el actual canciller Boris Johnson y que el ex ministro de Educación Michael Gove, Osborne es insistentemente citado como un potencial aspirante a reemplazar a May en la conducción del partido.
"Esto es malo. Es peor que malo. Es espantoso", decían otros, al señalar que la tambaleante líder del partido había cometido "un espantoso error estratégico".
Para sumar confusión, Peter Kellner, director de la encuestadora YouGov, sostuvo que las cosas estaban muy abiertas. "Más allá de lo que indicó el boca de urna, los resultados finales no están siendo favorables para los laboristas", matizó.
"Si el boca de urna está equivocado en todo el país, entonces es posible que los conservadores de May todavía tengan posibilidad de ganar con mucha diferencia", añadió. Era, por entonces la medianoche.
Desde su perspectiva, el error podría estar en el voto por correo, que es mayoritariamente conservador y que, por supuesto, no puede ser computado en el boca de urna.
Del otro lado, todo parecía fiesta en el laborismo, que hace diez semanas no podía ni soñar con esto.
May, que llegó al poder en los tumultuosos días que siguieron a la renuncia del conservador David Cameron, había convocado a elecciones anticipadas el pasado 18 de abril en busca de una mayoría más amplia que reforzara su posición negociadora ante Europa.