En febrero de 1916 se envió una misiva muy personal dirigida a una mujer llamada Katie que por alguna razón nunca llegó a sus manos
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En febrero de 1916 se envió una carta muy personal dirigida a “Mi querida Katie” que por alguna razón nunca terminó llegando a sus manos. Y pasaron más de 100 años para que el sobre con el cual fue enviada llegara a la dirección en la que entonces se encontraba Katie, en un apartamento de Crystal Palace, en el norte de Norwood, zona ubicada en el sur de Londres.
Fue en 2021 cuando Finlay Glen recibió en su casa en Hamlet Road, en Crystal Palace, el sobre con un matasellos de Bath y una estampilla con la imagen del rey Jorge V por el valor de 1d, como se denominaba a un penique hace un siglo.
“Obviamente, nos quedamos bastante sorprendidos y desconcertados de cómo pudo haber estado por ahí durante más de 100 años”, dijo Glen. El servicio de correos británico, el Royal Mail, reconoció que seguía “sin saber qué ocurrió en este caso”.
Nadie sabe cómo una carta -que se envió dos años antes de que se introdujera el racionamiento en la Primera Guerra Mundial en Reino Unido y cuando el rey Jorge V llevaba solo cinco años en el trono- permaneció tantos años sin ser entregada.
Curiosidad
Aunque la Ley de Servicios Postales de 2000 tipifica como delito la apertura de correo no dirigido a uno mismo, Glen dijo que le pareció “justo” abrirlo cuando se dio cuenta de que era de 1916 y no de 2016.
“Si he cometido un delito, solo puedo pedir disculpas”, añadió el director teatral de 27 años.
La carta fue escrita a “mi querida Katie”, la esposa de un comerciante de sellos conocido como Oswald Marsh.
Según Stephen Oxford, editor de Norwood Review, una revista trimestral de historia local, Marsh era muy reconocido por su trabajo y a menudo era requerido para testificar como experto en casos de fraude de sellos.
La carta fue escrita por Christabel Mennell, una amiga de la familia e hija de Henry Tuke Mennell, un acaudalado comerciante local de té, durante unas vacaciones en Bath, ciudad al suroeste de Inglaterra.
En el texto, Mennell afirmaba sentirse “bastante avergonzada” de sí misma “después de haber dicho lo que dije”, y que se había sentido muy miserable como consecuencia de “un resfriado muy fuerte”.
Mirada al pasado
Al hablar sobre el hallazgo, Oxford dijo que es algo “muy inusual y en realidad muy emocionante en términos de darnos una pista en la historia local y las personas que vivían en Norwood, que era un lugar muy popular para las clases medias altas a finales de 1800″.
“Crystal Palace generó una enorme afluencia de gente muy adinerada, por lo que averiguar sobre alguien que se trasladó a la zona posiblemente por esa misma razón es absolutamente fascinante”, agregó el historiador.
A la pregunta de qué haría si los familiares del remitente o del destinatario se pusieran en contacto con él, Glen respondió que se trata de “una parte increíble de su historia familiar que ha aparecido. Si quieren, pueden venir”.
Un portavoz del Royal Mail comentó que “incidentes como este ocurren muy de vez en cuando, y no estamos seguros de lo que pasó en este caso”.
“Somos conscientes de que la gente estará intrigada por la historia de esta carta de 1916, pero no tenemos más información sobre lo que podría haber sucedido”, lamentó.
*Por Harry Low
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