CARACAS (Reuters) - Desde peluquerías a comercios estuvieron cerrados ayer en algunas ciudades de Venezuela a la espera de una eliminación de cinco ceros a la moneda, una medida que despierta temor e incertidumbre.
La reconversión monetaria, pospuesta dos veces por el gobierno de Nicolás Maduro este año, entrará en vigencia el lunes 20 de agosto bajo una severa escasez de efectivo y en un país que vive su primera hiperinflación desde octubre del 2017.
Sin billetes suficientes, en la nación petrolera colapsan a menudo los sistemas de pago de los bancos, que han visto multiplicar los montos en bolívares de las transferencias y cada compra exigía la entrega de fajos y fajos de billetes.
La razón oficial para la reconversión es tratar de combatir la recesión y los elevados precios, pero analistas han dicho que las medidas son insuficientes para cortar la espiral inflacionaria.
"El domingo a partir de las 6 de la tarde se van a suspender los servicios de la banca electrónica ya que tienen que reiniciar los sistemas", dijo el jueves el ministro de Interior, Néstor Reverol, y confirmó que la banca recibió las remesas de billetes de los nuevos "bolívares soberanos".
Por orden del Gobierno las clínicas entre domingo y lunes deberán recibir las emergencias sin procesar los pagos, agregó el ministro.
Con el anuncio, peluquerías, gimnasios y licorerías -entre otros comercios en Caracas- optaron por suspender actividades desde el viernes para evitar inconvenientes en el inicio de la reconversión y algunas de las principales ciudades lucían con el tráfico de un día feriado y sólo sorprendían algunas filas en las estaciones de gasolina.
"Estamos en el limbo", dijo Carmen Hernández, de 63 años, dueña de un local que vende zapatos en la ciudad al sur del país, Puerto Ordaz. "Si no se puede usar el punto (de venta) tendremos que cerrar", agregó preocupada por los pagos electrónicos en las horas previas a la medida.
La banca solicitó cerrar sus oficinas comerciales el viernes y el Gobierno también decretó el lunes como día no laborable.
"Si el cambio va en serio, no abro (...) Se va a paralizar el país", dijo María López, dueña de un puesto de golosinas en un mercado municipal en Caracas.
Los bancos adelantaron en la semana las últimas pruebas a sus sistemas pero según fuentes del sector, hay riesgos. Las grandes empresas y las redes de supermercados han adecuado sus plataformas. "Solo ha sido lento el entrenamiento de las cajeras", apuntó Jacinto Moreno, un sindicalista de ese ramo.
Aumentos y confusión
Comerciantes y consumidores fueron sorprendidos por el Gobierno hace unas semanas cuando anunció que se eliminarían cinco ceros a la moneda, y no tres como había dicho inicialmente, así como los billetes de 100 y 500 bolívares.
El Banco Central informó que la nueva familia de billetes y monedas circularán junto con el resto de las viejas piezas por un tiempo más para facilitar las transacciones.
La compañía telefónica estatal ajustó sus tarifas hace dos semanas, después de años sin revisarlas. El plan básico de Internet fue fijado en 100.000 bolívares o 1 bolívar soberano. "Si ya la situación económica es fea, ahora se pondrá más fea", dijo Reynaldo Díaz, un líder sindical del sector eléctrico en medio de una protesta por mejoras salariales en Caracas. "Al quitarse los ceros vendrán ajustes en los servicios", apuntó.
Las tarifas del servicio eléctrico están congeladas desde el 2000 y el sindicalista dijo que las estarían revisando porque las familias cancelan unos 100 bolívares mensuales por tener luz en sus hogares, un monto que no podría pagarse con los billetes y monedas que quedarán vigentes.
Los conductores de transporte público evalúan cobrar 50.000 bolívares a cada usuario la semana que viene, un aumento de 150 por ciento frente a la tarifa actual, que permite pagar con la nueva moneda de 50 centavos de bolívar, la más pequeña de las nuevas piezas, dijo un sindicalista bajo anonimato.
Pero desde hace días los conductores de varias ciudades dejaron de aceptar los billetes que saldrán de circulación, complicando aún más la rutina en un país con poco efectivo. En la fronteriza ciudad de San Cristóbal los transportistas sí aceptan pesos colombianos, dijeron testigos.
"Estamos descontrolados. ¿Cómo vamos a pagar el pasaje de la camioneta que cobra 10.000 bolívares? No entendemos nada, no sabemos nada", dijo Antonio Omaña, un profesor jubilado en una fila de bancos en la capital.
En el caso del combustible, la petrolera estatal vende a máximo 6 bolívares el litro, por lo que un tanque de gasolina de 40 litros cuesta menos del billete de menor denominación que circula actualmente: el de 1000 bolívares.
Los consumidores consultados dicen confundirse con la eliminación de cinco ceros y temen que aumenten todavía más los precios, en un país que registra una inflación diaria de 2,7 por ciento, según la reciente medición del Congreso en julio.
"Ayer compré y no sabía si estaba pagando 200.000 bolívares o 2 millones de bolívares, porque la bandejita de cebollas costaba 2,60 bolívares soberanos", dijo Luis Pérez, un comerciante de 53 años mientras miraba como compradores nerviosos buscaban comida en un supermercado de la central ciudad de Valencia.
Mayela Armas y Shaylim Castro
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