La guerra sin fin: En Siria más de medio millón de personas fueron desplazadas en dos meses
BEIRUT.- Lejos de la idea de que la guerra en Siria haya llegado al final, los acontecimientos demuestran que el conflicto escala. En los últimos dos meses unas 520.000 personas fueron desplazadas en el noroeste de Siria, uno de los principales focos de abandono en ese país a causa de la guerra causada por una ofensiva del régimen de Bashar al Asad contra yihadistas y rebeldes.
Desde diciembre pasado, la provincia de Idlib y sus alrededores se conformó como el gran bastión de los yihadistas y rebeldes, y por eso se convirtió en el blanco de ataques y bombardeos que sucedieron casi de forma diaria, en el que el régimen de Bashar al Asad, con el respaldo de la fuerzas aéreas rusas, tomó el territorio de decenas de ciudades y localidades.
"Desde el 1 de diciembre unas 520.000 personas fueron desplazadas. La gran mayoría –un 80%– son mujeres y niños", detalló David Swanson, un vocero de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Este éxodo es uno de los más importantes desde que comenzó el conflicto sirio en 2011, que dejó en el exilio a más de la mitad de la población que antes de la guerra era de 20 millones de habitantes.
El enfrentamiento en ese epicentro del conflicto produjo un desplazamiento masivo de civiles que buscaban nuevos lugares para refugiarse en zonas más al norte, cerca de la frontera con Turquía. "La violencia casi cotidiana" causó "sufrimientos injustificables para centenas de miles de personas que viven en esta zona", consideró Swanson.
En tanto, agregó que la mayoría de los desplazados huyen de "las zonas del frente" en el sur de la provincia de Idlib. "La mayoría de los nuevos desplazados se trasladan a las zonas urbanas y los campos de refugiados en el noroeste de Idlib" y otros a los territorios del norte de la provincia de Alepo, cerca de la frontera con Turquía.
Más de la mitad de la provincia de Idlib y algunas zonas de las provincias vecinas de Alepo, Hama y Latakia están bajo el control del grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (ex rama siria de Al Qaida), que convive con algunos grupos rebeldes. Sin embargo, la mitad de los cerca de tres millones de habitantes de la región de Idlib ya fueron desplazados y huyeron a otros bastiones.
Pero eso no es todo. La continuación de la ofensiva del régimen provocó en enero el cierre de al menos 53 establecimientos médicos en la región, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Turquía, que apoya a algunos rebeldes y despliega tropas en el noroeste sirio, no está de acuerdo con el avance del régimen de Bashar al Asad. El motivo es la preocupación por alejar a los militantes kurdos de la frontera turca y la intención del presidente turco de crear una "zona segura" a la que los refugiados sirios puedan retornar.
Ayer, soldados turcos y sirios libraron un enfrentamiento horas después de que una enorme caravana militar turca ingresó a Idlib. Según Ankara, cinco militares y tres miembros del personal civil turco murieron. Del lado sirio, 13 soldados fueron abatidos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), aunque la agencia oficial siria Sana negó que hubiera muertos. Este fue el duelo más grave entre Damasco y Ankara desde la intervención de Turquía en Siria, desde 2016, para combatir al grupo Estado Islámico (EI) y contrarrestar el avance de las fuerzas kurdas cerca de su frontera.
Entre abril y agosto de 2019, la región de Idlib ya fue epicentro de una ofensiva que dejó unos 1000 civiles muertos, según el OSDH. El frente de Idlib representa la última gran batalla estratégica para el régimen de Asad, que controla más del 70% del territorio, tras haber multiplicado sus victorias, con la ayuda de Rusia, frente a los yihadistas y rebeldes.
Desencadenada por la represión de manifestaciones prodemocracia antes de complicarse con las intervenciones extranjeras, el conflicto en Siria dejó más de 380.000 muertos desde 2011.
Agencia AFP
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