La guerra encubierta contra Irán, multifacética y poco silenciosa
El régimen acusa a Estados Unidos e Israel de los ataques a sus científicos nucleares
WASHINGTON.- Mientras en Israel y Estados Unidos sube la temperatura de las discusiones sobre un posible ataque militar contra las instalaciones del programa nuclear de Irán, toma impulso una campaña de acciones encubiertas -como el asesinato de líderes, atentados con bombas, ciberataques y deserciones- que parece destinada a convertir ese debate en una cuestión estéril, según afirman funcionarios norteamericanos y expertos en cuestiones iraníes.
La campaña, que, de acuerdo con los expertos, es llevada adelante sobre todo por Israel, se cobró aparentemente una nueva víctima cuando una bomba mató anteayer al científico nuclear Mostafa Ahmadi Roshan, de 32 años, en Teherán. Roshan es, por lo menos, el quinto científico relacionado con asuntos nucleares que es asesinado desde 2007.
Las autoridades iraníes salieron de inmediato a responsabilizar a Israel y a Estados Unidos de esta última muerte, que se produjo menos de dos meses después de una sospechosa explosión en una base de misiles iraní, donde murieron un alto general y 16 personas más. Aunque los funcionarios norteamericanos niegan toda participación en los asesinatos, se cree que Estados Unidos está detrás de una campaña de ataques encubiertos contra el programa nuclear de Irán.
El asesinato de Roshan mereció una condena inusitadamente enérgica por parte de la Casa Blanca y el Departamento de Estado, que desmintieron toda complicidad norteamericana en los hechos.
Las declaraciones de los funcionarios norteamericanos parecieron reflejar su profunda preocupación por la ola de ataques, que, según algunos expertos, podría perjudicar posibles negociaciones o incluso alentar a Irán a redoblar el paso de la supuesta ambición militar nuclear.
"Estados Unidos no tiene absolutamente nada que ver con esto", dijo Tommy Vietor, vocero del Consejo de Seguridad Nacional.
Al igual que los ataques teledirigidos que el gobierno de Obama adoptó contra Al-Qaeda, la multifacética campaña de acciones encubiertas contra Irán parece haber ofrecido una alternativa a la guerra. Pero como mucho demoró, pero no detuvo, el programa de enriquecimiento de uranio de Irán. Y algunos escépticos creen que podría endurecer la postura iraní o sentar el peligroso precedente de una estrategia que luego sería utilizada contra Estados Unidos y sus aliados.
Ni los israelíes ni los norteamericanos están dispuestos a revelar detalles de la campaña, lo que siembra dudas acerca de sus ejecutores y sus motivaciones. Karim Sadjadpour, por ejemplo, un experto en Irán del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, cree que algunos de los científicos fueron víctimas del propio gobierno iraní. Algunos de ellos mostraban simpatía por la oposición, señaló Sadjadpour, y al parecer no todos eran expertos de alto rango.
La opinión más extendida, sin embargo, es la que expresa Patrick Clawson, director de la Iniciativa por la Seguridad de Irán del Instituto de Política de Medio Oriente, que prefiere una campaña encubierta a los ataques aéreos de Estados Unidos e Israel sobre instalaciones nucleares en Irán. "Siempre que se pueda, es mejor el asesinato y el sabotaje", aseguró. "Para empezar, no despiertan una reacción nacionalista en el pueblo iraní, que podría terminar fortaleciendo al régimen. Y además le permite a Irán pisar el freno si siente que el precio por seguir con su programa nuclear es demasiado alto."
Un ex alto funcionario israelí, que habló bajo condición de anonimato, dijo que la incertidumbre acerca de los responsables era de mucha utilidad. "No alcanza con adivinarlo dijo-. Como no se puede probar, no se puede contraatacar."
Los historiadores dicen que Israel también recurrió al asesinato como política de Estado, desde su creación en 1948, con la muerte a docenas de palestinos y a algunos científicos extranjeros, militares o personas acusadas de colaborar con el Holocausto.
Pero no existen precedentes exactos de la aparente campaña actual contra Irán, que involucra a Israel y Estados Unidos, y que exhibe una gran variedad de métodos.
Según actuales y ex funcionarios de la CIA, esa agencia ha intentado repetidas veces entorpecer el programa de enriquecimiento de uranio iraní con acciones encubiertas, como introducir partes saboteadas en la cadena de suministros de Irán.
William C. Banks, experto en legislación sobre seguridad nacional de la Universidad Syracuse, dijo que incluso proporcionarle a Israel datos de inteligencia para matar a un científico sería para Estados Unidos la violación de un viejo decreto que excluye el método del asesinato.
Gary Sick, especialista en cuestiones iraníes de la Universidad de Columbia, dijo que, a su entender, la campaña, sumada a las sanciones comerciales, no persuadirá a Irán de abandonar su programa nuclear.
"Sería importante tomar distancia y pensar cómo nos sentiríamos en Estados Unidos si nuestras ganancias fueran recortadas, si nuestros científicos fuesen asesinados y estuviésemos bajo ataque cibernético", dijo Sick. "¿Nos rendiríamos acaso? ¿Nos doblegaríamos? Yo creo que nos defenderíamos, y es lo mismo que va a hacer Irán."
Traducción de Jaime Arrambide