La guerra en Ucrania empuja a la OTAN a mejorar su infraestructura de transporte militar
La alianza atlántica trabaja con la Unión Europea para facilitar el traslado de suministros militares a través de Europa.
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BUCAREST.- En septiembre, cuando Francia intentó enviar tanques Leclerc para reforzar las defensas de Rumania, miembro de la OTAN, otro socio de la alianza atlántica, Alemania, se opuso a que esos vehículos militares utilizaran sus rutas. El problema no era de oposición política ni de temor a los manifestantes pacifistas: el problema era el peso descomunal de los transportadores de tanques franceses.
Las autoridades alemanas argumentaron que el peso en cada eje de esos camiones con plataforma excedía los límites legales de la mayoría de las rutas de Alemania, y a cambio propusieron una ruta que al gobierno de París le resultó inaceptable. Así que Francia envió los tanques por ferrocarril, demorando considerablemente la entrega.
La invasión rusa a Ucrania dejó expuestas las debilidades y falencias militares europeas, desde la permeabilidad de sus defensas aéreas hasta la insuficiencia de sus arsenales de municiones. También fue un crudo recordatorio de un punto débil que los planificadores de la OTAN vienen advirtiendo desde hace años: la dificultad de transportar equipamiento militar a través del continente europeo.
Durante la Guerra Fría, la OTAN siempre estuvo preparada para luchar contra la Unión Soviética, no solo para disparar las balas, sino también para hacerlas llegar eventualmente a sus tropas. Los miembros de la alianza organizaron incansables simulacros de batalla y de logística, utilizando camiones, trenes, aviones y barcos que tenía a disposición.
Pero cuando colapso la Unión Soviética, también colapsó esa infraestructura de suministro que tenía montada la OTAN. Los intendentes y las autoridades de transporte civil dejaron de coordinar su trabajo, los empresas de trenes de Europa occidental vendieron material rodante destinado a tiempos de guerra y los gobiernos aprobaron regulaciones que restringían el movimiento de municiones, explosivos y otros materiales peligrosos a través de las fronteras europeas.
Descalabro
A partir de 1999, la expansión de la OTAN a los países del antiguo Pacto de Varsovia terminó de complicar las cosas, porque ya nadie sabía qué rutas o líneas de tren eran mejores para usar en un momento de crisis. Nunca se realizó el relevamiento de puntos críticos, como puentes y túneles, de las nuevas naciones de la OTAN, simplemente porque a nadie le pareció necesario: la posibilidad de un conflicto bélico en plena Europa parecía demasiado remota.
Pero en 2014, cuando Rusia le arrebató la península de Crimea a Ucrania y fogoneó el movimiento separatista en Ucrania Oriental, el espectro de una guerra cerca del ámbito de la OTAN volvió a despertarse: Europa tenía que desempolvar su logística militar.
La Unión Europea (UE), que evita participar de manera directa en combates pero se esfuerza por mantener operativas y eficientes a sus Fuerzas Armadas, comenzó a centrarse en la movilidad militar. El proyecto liderado por los holandeses de la Agencia Europea de Defensa de la UE ahora también incluye a los miembros de la OTAN que no pertenecen a la UE, como Noruega, Canadá y Estados Unidos, y una señal de la seriedad con la que todas las partes se toman el tema de la movilidad militar es que la UE permitió que el Reino Unido se uniera al proyecto, a pesar de las gélidas relaciones post-Brexit.
Pål Jonson, ministro de defensa de Suecia, que acaba de asumir la presidencia pro tempore de la UE, dice que para la UE y para la OTAN es crucial mejorar la movilidad militar, además de ser un área que está lista para la cooperación entre sus miembros. “Es un tema crucial para cumplir con el artículo 5°”, dijo en referencia al tratado de la OTAN, según el cual el ataque contra cualquiera de sus miembros representa un ataque contra todos.
Pero la urgencia de la OTAN por reaccionar con celeridad tras la invasión a Ucrania en febrero fue un duro recordatorio de cuánto trabajo queda por delante. Armar a las tropas de Kiev y reforzar las defensas en los miembros de la OTAN que con vecinos de Rusia, como Polonia, Bulgaria y Rumania, obligó a implementar soluciones puntuales para superar obstáculos logísticos y burocráticos, según admiten los funcionarios europeos.
“Es hora de pasar de un abordaje caso por caso a soluciones más estructurales”, dice el informe de la UE publicado en noviembre Plan de acción sobre movilidad militar 2.0.
Días después de su publicación, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se reunió con los ministros de defensa de la UE para discutir la movilidad y logística militar, calificándolas como “una parte central de la cooperación entre la OTAN y la UE”. Stoltenberg se reunió el mes pasado con el Comisionado de Mercados Internos de la UE, Thierry Breton, para avanzar en la coordinación del bloque regional con la alianza atlántica.
Esas reuniones se basaron en los esfuerzos recientes para superar la histórica cautela entre ambas organizaciones multinacionales, que en tiempos de paz se miraban mutuamente como potenciales invasores de su territorio. Ahora, la OTAN y la UE intentan que la superposición de sus planes y gastos de seguridad sea más eficiente.
Alineamiento
La UE invierte miles de millones de euros al año en infraestructura de transporte, pero la movilidad militar casi nunca le ha importado. Ahora, las dos organizaciones han comenzado a coordinar planes para que la financiación de la UE se alinee con las necesidades de la OTAN. “Se avanza, pero es un tema complejo”, dice Jan Jireš, viceministro de Defensa de la República Checa.
Jireš dice que el mayor desafío es para su país y sus vecinos, debido a las características de su infraestructura física. Los tanques y vehículos militares del Pacto de Varsovia eran más pequeños y livianos que los occidentales, o sea que los puentes y pasos elevados podían ser diseñados para soportar el equipo de Moscú, pero colapsar bajo el peso de los blindados de la OTAN. “El equipo soviético era deliberadamente más liviano”, dice Jireš. Ahora, los planificadores de la OTAN y de la UE se desvelan para encontrar solución a esos problemas reales de infraestructura física.
Pero la infraestructura física es problemática incluso para los miembros occidentales históricos de la OTAN. Según funcionarios franceses, un camión Renault que transporta un tanque Leclerc supera el límite de peso de 12 toneladas por eje que rige en muchas carreteras de Alemania.
La UE intenta eliminar tales obstáculos por su propio interés. Tras la entrada ya prevista a la OTAN de Finlandia y Suecia, ambas miembros de la UE, la alianza abarcará a más del 96% de la población de la UE. A partir de ese momento solo habrá cuatro miembros de la UE que no sean parte de la OTAN: Austria, Irlanda, Chipre y Malta.
Las dos organizaciones multinacionales están trabajando para acordar juntas los requisitos de transporte, para que los planos de infraestructura vial, ferroviaria y marítima civil contemplen las necesidades militares. También está elaborando formularios digitales de aduana, a los que pueden acceder tanto las autoridades civiles como militares para agilizar los envíos.
De hecho, hasta la normativa tributaria tuvo que ser revisada: los miembros de la UE decidieron eximir del IVA y de impuestos especiales los bienes y servicios relacionados con la defensa colectiva.
Daniel Michaels
The Wall Street Journal
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