Casi cuatro millones de trabajadores, equivalentes al 2,7% de toda la fuerza laboral, dejaron sus puestos en abril pasado
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Mientras millones de trabajadores alrededor de todo el mundo se aferran como pueden a los empleos que les permitieron mal que bien sortear la crisis económica causada por la pandemia del coronavirus, en Estados Unidos las cifras de renuncias voluntarias están superando su récord histórico.
Casi cuatro millones de trabajadores, equivalentes al 2,7% de toda la fuerza laboral, dejaron sus puestos en abril pasado: la cifra más alta desde que se comenzó a llevar este registro en el año 2000. El dato parece confirmar la materialización de un reacomodo en el mercado laboral que el académico estadounidense Anthony Klotz bautizó como “la Gran Renuncia”.
La pandemia del coronavirus impactó con una fuerza brutal el empleo en Estados Unidos. En apenas dos meses, entre febrero y abril de 2020, la cifra de desempleados subió de 5.717.000 hasta 23.109.000, desde donde comenzó un descenso paulatino en la medida en la que gobiernos, empresas y trabajadores encontraban la manera de adaptarse y de mantener la economía en marcha.
Pese a la aún parcial reactivación de la economía, la tasa de desempleo se ubicó en mayo pasado en 5,8%, muy por debajo del 14,8% que alcanzó en abril de 2020, pero aún por encima del 3,5% en el que se encontraba antes de la pandemia. Así, la ola de renuncias contrasta con el hecho de que en Estados Unidos hay aún más de 9,3 millones de personas desempleadas, según cifras del departamento del Trabajo correspondientes a mayo.
La “Gran Renuncia” puede convertirse también en un fenómeno global, a juzgar por los resultados de un estudio encargado por Microsoft que revela que más de 40% de la fuerza laboral global está evaluando la posibilidad de cambiar de empleador este año.
Pero, ¿a qué se debe que tanta gente esté abandonando su empleo?
Renuncias postergadas, agotamiento laboral y epifanías
Aunque los motivos por los que cada trabajador en particular puede decidir renunciar son innumerables, Anthony Klotz, quien es profesor asociado de gerencia en la Escuela de Negocios Mays de la Texas A&M University, afirma que hubo cuatro factores concretos que le llevaron a anticipar este fenómeno.
El primero de ellos es que muchos empleados que tenían planes de dejar sus cargos en 2020 optaron por retrasar esa decisión.
“Entre 2015 y 2019, la cifra de renuncias en Estados Unidos crecía año tras año, pero ese número se redujo mucho en 2020, lo que tiene sentido debido a la incertidumbre de la pandemia. Estas personas se quedaron en su empleo, aunque querían dejarlo”, dijo Klotz a BBC Mundo.
Se estima que en 2020 hubo en Estados Unidos casi seis millones de renuncias menos de las que se preveían. El experto explicó que una vez que se avanza en la vacunación y que la economía mejora, era de esperarse que estas personas que ya habían decidido renunciar finalmente dieran ese paso.
“Las estadísticas más recientes del departamento del Trabajo que muestran que en abril se produjo un récord histórico de renuncias me llevan a pensar que mucha de esa gente ya empezó a abandonar sus puestos”, señaló Klotz.
El segundo factor que impulsaría este fenómeno es el agotamiento laboral. “Sabemos gracias a numerosas investigaciones que cuando la gente se siente agotada en el trabajo tiene más probabilidad de renunciar. Y vimos numerosas historias de trabajadores esenciales, pero también de mucha gente trabajando desde casa al tiempo que intentan lograr un equilibrio entre su familia y su empleo, que están experimentando altos niveles de agotamiento. En estos momentos hay más trabajadores ‘quemados’ de los que existe normalmente”, señaló Klotz.
Este experto en psicología organizacional asegura que la única cura para este tipo de desgaste es tomarse un buen descanso, por lo que es probable que quienes no tengan la opción de hacerlo vean en la renuncia una posible solución a su situación.
Un tercer factor que impulsaría esta ola de renuncias, según Klotz, son las revelaciones o epifanías. Explica que en ocasiones las personas están contentas con su trabajo y ocurre algo repentino que les hace pensar en dejar el cargo, como el no obtener un ascenso que esperaban, la renuncia de un compañero y situaciones por el estilo.
“Ahora con la pandemia casi todos sufrimos un impacto que nos puso a revaluar nuestras vidas, por lo que muchas personas han tenido estas epifanías: algunos se dieron cuenta de que quieren pasar más tiempo con la familia; otros sienten ahora que su trabajo no es tan importante como pensaban o quieren hacer su propio emprendimiento”, explicó.
“Creo que hay muchas personas que están considerando hacer un cambio en sus vidas y eso con frecuencia implica un giro en sus carreras”, agregó.
El auge del trabajo remoto
El cuarto factor detrás de la “Gran Renuncia” tiene que ver con aquellas personas que durante la pandemia se adaptaron a trabajar desde casa y ahora no quieren regresar a la oficina, aunque para Klotz se trata de un porcentaje más pequeño.
“Como seres humanos tenemos la necesidad fundamental de disfrutar de autonomía. Cuando trabajas de forma remota puedes estructurar tu jornada como quieres y tienes mucha más flexibilidad que en la oficina. Por eso, para mucha gente que no quiere perder esa libertad. Renunciar para buscar un empleo remoto o híbrido puede ser una opción”, dijo el experto.
Un estudio internacional encargado por Microsoft revela que 70% de los empleados quieren que las empresas mantengan las opciones flexibles de trabajo remoto y que, de hecho, 45% de quienes están trabajando de forma remota tienen planes para mudarse a un nuevo lugar ahora que pueden ganarse la vida sin asistir a la oficina.
Y cada vez hay más empresas que están dispuestas a ofrecer esa posibilidad a sus empleados. Según datos provistos por LinkedIn a BBC Mundo los anuncios ofreciendo puestos de trabajo remoto en esa plataforma se quintuplicaron entre mayo de 2020 y mayo de 2021.
El sector de medios y comunicación lidera las ofertas de trabajo remoto (27%), seguido por la industria de software y tecnologías de la información (22%). Al mismo tiempo, casi 25% de todas las aplicaciones a empleos hechas entre finales de abril y mayo son para posiciones de trabajo remoto.
Oportunidades para los peor pagados
Un quinto factor que estaría impulsando esta ola de renuncias, según muchos analistas, tiene que ver con la situación de muchos de los trabajadores peor pagados como los empleados de restaurantes y hoteles.
De acuerdo con cifras del departamento del Trabajo, entre quienes dejaron sus puestos en abril pasado hubo más de 740.000 personas que procedían del ocio, la hostelería y la restauración. Esa cifra equivale al 5,3% de todos los trabajadores de ese sector. La abrupta reapertura de la economía ha creado una gran demanda de este tipo de empleados, lo que forzó a las empresas a ofrecer distintos tipos de incentivos (incluyendo mejores salarios) para intentar llenar las vacantes.
“Hay mucha rotación en los puestos de bajos salarios donde la gente realmente no tiene una progresión profesional. Si encuentras un trabajo que te ofrece solo un poco más, cambiarlo no tiene ningún costo para ti”, explicó Julia Pollak, economista laboral de ZipRecruiter, a The New York Times.
Un sacudón en el mercado laboral
Klotz afirmó que todo este panorama implica una situación muy compleja para las empresas, aunque destaca que estas ya están diseñadas para lidiar con las exigencias de retener a sus trabajadores y encontrar nuevos talentos. “Lo que hace de esto un reto único es el tipo de arreglo laboral (postpandemia) porque para la mayor parte de las compañías no hay una respuesta correcta en términos de cuánta flexibilidad deberían darle a sus empleados”, comentó.
“Esperemos que muchas organizaciones estén hablando con sus trabajadores para entender qué es lo que ellos quieren, pero al final las empresas tendrán que tomar una decisión y decir ‘esto es lo que vamos a hacer’. Y habrá algunos empleados que no van a estar contentos, incluyendo -probablemente- a varios de los mejores”, dijo.
“Esto es como una suerte de gran reorganización: habrá empresas que querrán volver totalmente al trabajo presencial, algunas optarán por hacerlo completamente remoto y otras escogerán un formato híbrido y los trabajadores buscarán empleo en aquellas que ofrezcan la forma de trabajo que ellos desean”, agregó.
Cassie Whitlock, jefa de Recursos Humanos de la plataforma de gestión de talentos BambooHR, considera que las empresas que quieran obligar a los trabajadores a volver a las oficinas son las que corren mayor peligro de perderles. “Los empleados han trabajado de forma remota durante un año y ha funcionado. Ellos querrán saber por qué no pueden seguir haciéndolo. Si les vas a pedir que vuelvan, más te vale que tengas una argumentación convincente”, advirtió Whitlock a Fast Company.
Klotz no ve necesariamente nada de malo en el hecho de que algunas organizaciones quieran retomar la forma “normal” de trabajo anterior a la pandemia, pero advierte que muchas descubrirán que sus empleados quieren una “nueva normalidad”.
“Puede ser que la vuelta a la oficina sea lo correcto para su tipo de negocio, pero probablemente correrán el riesgo de perder a los empleados que quieren esa nueva normalidad. Estas compañías también perderán oportunidades en términos de competir por los talentos en el mercado laboral pues aquellos que ofrezcan mayor flexibilidad en términos de trabajo remoto e híbrido tienen más posibilidades de reclutar trabajadores de forma global”, aseguró.
Klotz consideró que una de las consecuencias a largo plazo de todos estos cambios en el mercado laboral será que los trabajadores tendrán muchas más opciones en términos de los distintos arreglos de jornada laboral: presencial, remoto e híbrido.
“Es posible imaginar que en diferentes etapas, podrás escoger la fórmula que mejor te sirva. Probablemente cuando tienes 20 años querrás estar en la oficina; a los 30 años, con una familia joven buscarás un modelo híbrido y más adelante, optarás por el trabajo remoto. Así, podrás forjarte este tipo de carrera, algo que realmente era muy difícil de hacer antes de la pandemia”, concluyó.
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