"La gente le teme a los fundamentalistas"
La única monja argentina en Kenya advierte sobre el auge del islamismo radical
NAIROBI.- Wanda Klaric, 32 años, rosarina, ayer se destacaba con una enorme bandera albiceleste en la multitudinaria misa que celebró el Papa en esta capital. Orgullosa, contó a LA NACION que es la única religiosa argentina en Kenya, un país mayoritariamente cristiano que conoce bien. Y donde ahora las cosas cambiaron: "Aunque yo no tengo miedo, no lo siento, porque hay un Dios grande que está con nosotros, veo que la gente ahora sí tiene miedo de los musulmanes fundamentalistas", admite.
Misionera de la Congregación del Verbo Encarnado -fundada en el siglo XVII en Francia por Jeanne Chazard de Matel-, Wanda destaca que antes no era así. Vivió durante tres años en Kenya y después de un período junto a su familia en Rosario, regresó hace tres meses.
"Sí, ahora el tema de la religión es un problema. Anteriormente era más bien el problema del tribalismo, a qué tribu pertenecés, los desencuentros entre ellos. Ahora al volver, me encontré que sí hay mucho miedo con el tema de los musulmanes, hace poco hubo un atentado grande en Garissa y hay amenazas de que pueda haber otros", dijo.
"Yo personalmente no tengo miedo, pero la gente de acá, sí. Te das cuenta que hay temor", agregó.
Su congregación tiene varias casas en distintos lugares de Kenya y trabaja en colegios y en promoción social.
Wanda por ejemplo colabora en un proyecto de un jardín de infantes y primaria en Molo, en la diócesis de Nakuru, a cuatro horas de esta capital.
"No es selva, pero sí un lugar bastante retirado de la ciudad", contó esta monja que ya aprendió swahili "como para defenderme", aunque se maneja en inglés.
¿Cómo es trabajar en Kenya? "Para mí es una experiencia maravillosa, me encanta. Es un lugar donde tenés muchísimo para hacer, la gente todavía es muy sensible a las cosas de Dios y donde quieras hay maneras de promover, de levantar a la gente. La gente es muy abierta y hay un espíritu de superación muy fuerte que es lo que venimos a promover", dijo.
La inmensa miseria que hay en Kenya no la asusta, sino todo lo contrario. "Hay mucha pobreza, a todo nivel, pero se trabaja muy bien con la gente. En mi anterior estadía, hace tres años, viví en una misión en la tribu pokot, todavía primitiva y te das cuenta que hay mucho por hacer, traerle un mensaje de esperanza, de que acá hay un Dios que los quiere levantar y a ellos les hace muy bien. Eso reconforta a una como misionera", destacó.
¿Qué significa esta visita del Papa? "¡Es emocionante! La fe acá es muy intensa. Y además ellos, incluso los que no son católicos, suelen decir: sabemos que el Papa es una persona que viene en nombre de un Dios y acá estamos."
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