La fortuna y los gastos de los Orange, entre el misterio y la polémica
No están obligados a dar detalles, pero se cree que serían una de las familias reales más ricas del mundo
AMSTERDAM.- En 1987, la revista Fortune dijo que su riqueza superaba los 7000 millones de dólares. En 1998, la también norteamericana Business Magazine informó que su fortuna alcanzaba los 6000 millones de dólares.
Once años después, el semanario Forbes advirtió que sus bienes sumaban "apenas" 300 millones de dólares. Hace dos años, la revista holandesa Quote señaló que la familia contaba con unos 1170 millones de dólares. El servicio de información real suele hablar, sin dar muchos más datos, de entre 250 y 400 millones de dólares.
Si los holandeses tuviesen que guiarse por la progresión de las estimaciones sobre la fortuna de su familia real, podrían decir que los Orange Nassau son pésimos administradores de dinero. Semejante facilidad para dilapidar resultaría, además, extraña en una dinastía que enseña a sus herederos a cuidar la plata ya desde pequeños.
Como sucedió con la reina Beatriz, Amalia, que con 9 años será, a partir del martes próximo, una de las herederas al trono más jóvenes del mundo, recibe de sus padres una asignación semanal de un euro para usar en el colegio, según contó Máxima Zorreguieta.
Por cuánto hay que multiplicar ese euro para llegar al número final de la fortuna comandada por la abuela de Amalia es un misterio que nadie en Holanda o el resto del mundo pudo desentrañar. No es que no haya habido intentos de hacerlo; sin embargo, ni la reina y ni sus hijos están obligados a dar detalles de su riqueza personal.
Sólo sus gastos públicos, pagados por el Estado, son difundidos. Ésos no son un misterio, pero sí una polémica. La reina, Guillermo Alejandro y Máxima, los tres integrantes de la casa real, reciben una especie de sueldo anual, por el que no pagan impuestos.
En un país en recesión, donde el fisco se queda con la mitad de un salario alto, eso es cada vez más cuestionado y buena parte del Parlamento está dispuesta a terminar con la exención, según anunciaron varios partidos la semana pasada.
"Sobre sus posesiones privadas muy poco se sabe, hasta lo de Forbes [la revista especializada en las listas de las personas más ricas del mundo] es un juego de adivinanzas. Pero el sistema es más transparente sobre sus ingresos oficiales y la lista civil [el personal que trabaja para los Orange]", dijo a LA NACION Herman Matthiijs, un economista de la Universidad Libre de Bruselas que elabora informes anuales sobre los gastos de las casas reales de Europa.
Composición
Las adivinanzas no se centran sólo sobre la dimensión de la fortuna si no también sobre su composición. En general, todas las especulaciones concuerdan que los Orange se inclinan por las inversiones, tanto que habrían perdido varios millones en la estafa del financista Bernard Madoff, en 2008. Además, tendrían acciones en grandes compañías como ABN Amor Bank, la aerolínea KLM y las petroleras Exxon y Shell.
Sobre la participación de la casa real en esta última empresa también hay un juego de adivinanzas. Algunos analistas estiman que tiene un monto menor de acciones y otros, en especial los de la revista Fortune, llegaron a especular con que cuentan con el 25% de la firma.
Eso no sólo convertiría a los Orange en los principales accionistas de la compañía que mayores ingresos tuvo en 2012 (el equivalente al 84% del PBI holandés) si no en una familia inimaginablemente adinerada, entre las más ricas del mundo.
Semejante estatus chocaría con la imagen de austeridad y "gente común, como todo el mundo" que la casa real busca, desde siempre, proyectar para mantener su popularidad -y también su credibilidad- entre los holandeses. Por eso, la familia suele fastidiarse abiertamente cada vez que se publican estimaciones de una fortuna descomunal.
La difusión de los gastos e ingresos oficiales de la reina y sus herederos tal vez moleste también a la casa real. Pero allí poco puede patalear, es la obligación del Estado.
En 2012, Holanda destinó a Beatriz, Guillermo Alejandro y Máxima un presupuesto de casi 52 millones de dólares (poco menos de 40 millones de euros), sólo comparable a lo que Gran Bretaña asigna a su monarquía.
La suma incluyó el personal de los palacios y del servicio real, los gastos de protocolo y viajes y una especie de sueldo para cada uno de los tres, según detalló Matthiijs en su informe, publicado hace solo unas semanas.
La reina es quien más recibió, un poco más de un millón de dólares (830.000 euros); su hijo mayor y futuro monarca obtuvieron la misma cifra cada uno, 320.000 dólares (246.000 euros). Esos números se invertirán entre Beatriz y Guillermo a partir del martes próximo, aunque a Máxima, que será reina consorte, probablemente se le otorgue lo mismo que hasta ahora.
Es precisamente sobre ese ingreso anual que varios partidos pusieron la mira. Diputados de la coalición de gobierno (liberales y socialdemócratas) sugirieron que llegó la hora de que los Orange paguen impuestos y más aún si el común de los holandeses contribuye al fisco con entre el 37 y el 52% de sus ingresos.
Entre otras, dos razones lo secundan. Por un lado, hace dos semanas, un sondeo de la cadena RTL mostró que el 70% de los holandeses piensa que la reina, y eventualmente su sucesor, gana demasiado.
Por el otro, Holanda es, junto con Alemania, uno de abanderados de la austeridad en Europa y poco le puede pedir a naciones como España que recorte y recorte su presupuesto cuando su propia casa real gasta hasta cinco veces más que la corona española.
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