En casi siete décadas, han sido contados los casos de personas que han logrado cruzar de forma clandestina; Travis King cruzó este martes sin autorización y de forma deliberada, según autoridades estadounidenses y surcoreanas
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Aunque su nombre indica lo contrario, la Zona desmilitarizada de Corea (DMZ por sus siglas en inglés) es una de las fronteras más militarizadas del mundo. Atravesarla se considera casi imposible debido a la fuerte presencia de soldados -además de estar prohibido por ley tanto en Corea del Norte como en el Sur- y por eso es noticia cada vez que alguien lo hace.
En sus casi siete décadas de historia han sido contados los casos de personas que han logrado cruzar de forma clandestina, por lo general norcoreanos que huyeron al Sur en busca de una vida mejor, o surcoreanos que decidieron ir al Norte por activismo u otros motivos.
El caso de Travis King es aún más inusual, ya que es un soldado estadounidense. King, uno de los 28.500 efectivos militares que Estados Unidos despliega en Corea del Sur y que habría recibido sanciones disciplinarias en las pasadas semanas, cruzó a Corea del Norte este martes sin autorización y de forma deliberada, según autoridades estadounidenses y surcoreanas.
Estas creen que King se encuentra detenido allí e iniciaron contactos con el ejército norcoreano para tratar de resolver el incidente.
Símbolo de una guerra inacabada
La DMZ (también llamada ZDC) es una franja de cuatro kilómetros de ancho y 263 km de longitud que divide a la comunista Corea del Norte y la capitalista Corea del Sur en el paralelo 38.
Se considera el mayor símbolo de la confrontación entre los dos países, que aún se encuentran técnicamente en guerra debido a que la Guerra de Corea (1950-53) finalizó con un armisticio que nunca fue reemplazado por un tratado de paz definitivo.
La zona desmilitarizada se demarcó en 1953 con la firma del alto el fuego entre ambas naciones tras una cruenta guerra de tres años que acabó con un empate técnico dejando atrás cinco millones de muertes civiles y militares.
El armisticio designó esta zona como un espacio amortiguador de posibles tensiones entre ambos países hasta que se firmara el acuerdo de paz que nunca llegó.
El alto el fuego de 1953 se firmó en la localidad de Panmunjom, donde se encuentra la famosa Área de Seguridad Fronteriza (JSA por sus siglas en inglés), sede de las negociaciones y el lugar donde soldados de ambos países hacen guardia cara a cara.
La línea de cemento que marca el límite entre Norte y Sur, así como las casetas para las reuniones intercoreanas, son dos de los principales símbolos del lugar, que en las últimas décadas se ha convertido en uno de los principales destinos para los turistas extranjeros que visitan la península por ambos lados.
Hitos históricos
Las dos Coreas han protagonizado en las últimas siete décadas numerosos episodios de tensión y distensión, en el caso de estos últimos con acercamientos y acuerdos entre los dos gobiernos bajo el ideal de una reunificación futura, ya que la actual división es política y ambos países comparten el mismo legado histórico, étnico y cultural.
Así, la DMZ ha sido en numerosas ocasiones un espacio para el diálogo y los acercamientos, aunque también se han producido tensiones e incidentes de todo tipo.
Esta franja fronteriza adquirió un notable protagonismo durante la época de distensión conocida como la “Política de los rayos de sol” entre 1998 y 2008, la más importante iniciativa de distensión hasta la fecha.
Más recientemente, en 2018, Panmunjom acogió una cumbre entre los líderes de los dos países y pasó a la historia al ser la primera vez desde la Guerra de Corea que un dirigente norcoreano pisaba territorio del Sur.
En 2019, Donald Trump se convirtió en el primer presidente en activo de EE.UU. en pisar Corea del Norte, cuando se reunió con el líder de este país, Kim Jong-un, en la DMZ.
Tensiones e incidentes
La franja está controlada y patrullada constantemente por las fuerzas armadas de Corea del Norte, Corea del Sur y Estados Unidos.
Apenas hay presencia de civiles en esta área y no hay espacios residenciales o comerciales, lo que ha favorecido una rica biodiversidad natural de la que carecen, por ejemplo, muchas zonas de la densamente poblada Corea del Sur.
Y, pese a la extrema vigilancia, la DMZ ha sido escenario en ocasiones de actos violentos.
En 1976 dos soldados de EE.UU. murieron después de ser atacados con hachas por norcoreanos.
En 2017, un soldado norcoreano logró desertar de su país y cruzar hacia el lado sur. Pese a que recibió cinco disparos mientras huía, consiguió sobrevivir.
Un reducido número de norcoreanos ha logrado cruzar la frontera con éxito y también algunos surcoreanos han hecho el camino opuesto al Norte.
Sin embargo, atravesar esta franja es tan difícil que la inmensa mayoría de los norcoreanos que tratan de huir al Sur lo hacen en peligrosas travesías de miles de kilómetros a través de China con el objetivo de llegar a un tercer país y pedir asilo.
Entre constantes fluctuaciones políticas en la península y las cambiantes relaciones internacionales, la zona desmilitarizada permanece en pleno siglo XXI como la barrera física que separa a un país dividido por la dualidad política impuesta en la Guerra Fría.
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