La esposa y los hijos de Pedro Castillo llegaron a México y el gobierno de Dina Boluarte echó al embajador mexicano
El presidente mexicano aseguró que no romperá relaciones diplomáticas con Perú, luego de que el gobierno le diera 72 horas al embajador mexicano para retirarse del país
- 4 minutos de lectura'
CIUDAD DE MÉXICO.- El gobierno de México no romperá relaciones diplomáticas con Perú pese a la expulsión de su embajador en Lima y tras recibir a los integrantes de la familia del destituido presidente peruano Pedro Castillo como asilados políticos.
Así lo anunció el mandatario Andrés Manuel López Obrador durante la conferencia matutina, mientras la esposa de Castillo, Lilia Paredes, y sus dos hijos menores aterrizaban en la Ciudad de México.
Lilia Paredes , Arnold y Alondra Castillo en el Aeropuerto de la Ciudad de México a su arribo procedentes de Lima , Perú. pic.twitter.com/UkjGpRLEdg
— Marcelo Ebrard C. (@m_ebrard) December 21, 2022
El mandatario calificó de “arbitraria” la decisión del nuevo gobierno peruano de Dina Boluarte de expulsar al embajador Pablo Monroy y puso como ejemplo que la embajadora estadounidense Lisa Kenna, quien, a su juicio, sí intervino “de manera directa”, no recibió el mismo trato.
“La situación en Perú los ha llevado a tomar medidas arbitrarias como la de declarar persona non grata a nuestro embajador en Perú (...) Nos importa cuidar su integridad y la de su familia”, aseveró antes de afirmar que el Ministerio de Exteriores no romperá las relaciones con Perú, “entre otras cosas porque necesitamos mantener nuestra Embajada abierta para dar protección a los mexicanos que radican, trabajan y viven en Perú”.
Así, ha anunciado que la legación diplomática “seguirá funcionando” ya se nombró un encargado de la embajada. “Seguimos pendientes de los acontecimientos en Perú (...) Afortunadamente el mayor número de turistas mexicanos ya han salido del país y se están haciendo los trámites para que todos los mexicanos que quieran hacerlo puedan abandonar el territorio”, puntualizó López Obrador.
La destitución de Castillo tras su intento de disolver el Parlamento fue seguida de fuertes protestas sociales y abrió una profunda crisis institucional en Perú, cuyo Congreso aprobó de forma preliminar un adelantamiento de las elecciones generales como una concesión a los manifestantes.
Me informa Pablo Monroy Embajador en Lima que el Gobierno de Perú le ha fijado 72 hrs para salir del país. Encuentro esa decisión infundada y reprobable. La conducta de nuestro embajador ha estado apegada a derecho y al principio de no intervención.México no variará su posición.
— Marcelo Ebrard C. (@m_ebrard) December 21, 2022
Para el presidente mexicano, la mejor opción era “convocar elecciones lo más pronto posible para evitar una situación de inestabilidad política”.
“Injerencia”
México insiste en su apoyo al exmandatario y en que todas sus declaraciones han estado apegadas a derecho. Pero la ministra de Relaciones Exteriores peruana, Ana Gervasi, aseguró que constituyeron “injerencia” en asuntos internos “violatorias del principio de no intervención” por lo que declaró a Monroy persona no grata y le dio 72 horas para salir del país.
Monroy se encontraba el miércoles todavía en Perú pero ya había sido nombrado un encargado de la embajada que seguirá atendiendo a los mexicanos en ese país sudamericano, señaló López Obrador.
Gervasi recordó al gobierno mexicano que aunque autorizó la salida de la familia de Castillo en respeto a convenios internacionales, Paredes está bajo investigación de la fiscalía de Perú por presuntos delitos de corrupción y, por tanto, pedirá su extradición si las autoridades judiciales así lo requieren.
Castillo se mantiene detenido en Perú e investigado por los presuntos delitos de rebelión, conspiración, abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública, pero, según López Obrador, no hay pruebas en su contra.
El mandatario mexicano fue más allá el miércoles al lamentar que Estados Unidos, que siempre habla de democracia, avale “una maniobra truculenta para destituir al presidente”.
La Argentina, Colombia y Bolivia se unieron a México en un comunicado en el que expresaron que Castillo había sido víctima de “hostigamiento” político desde que asumió el poder el año pasado y exhortaron al país andino a “abstenerse de revertir la voluntad popular expresada” en las urnas.
Lamentamos que después del golpe parlamentario, en #Perú sigan los pasos del último gobierno de facto de #Bolivia que además de masacrar a nuestro pueblo con la complicidad de medios derechistas, atacó a países amigos por defender la democracia. La represión incentiva la rebelión
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) December 21, 2022
Pero la ruptura diplomática sólo se concretó con México, el más ferviente defensor de Castillo desde que fue destituido.
Al respecto, el expresidente boliviano Evo Morales realizó un paralelismo de la situación en Perú con la de Bolivia cuando fue destituido del poder.
“Lamentamos que después del golpe parlamentario, en Perú sigan los pasos del último gobierno de facto de Bolivia que además de masacrar a nuestro pueblo con la complicidad de medios derechistas, atacó a países amigos por defender la democracia. La represión incentiva la rebelión”, posteó en Twitter.
Agencias AFP y DPA
Otras noticias de Perú
Rompen el molde. La historia de tres proyectos premiados por su sustentabilidad, diseño innovador y arquitectura vanguardista
Chavín de Huántar. El sitio arqueológico que figura entre los más importantes (y desconocidos) del Perú
A los 96 años. Murió el “padre” de la Teología de la Liberación, que fue muy influyente en América Latina y cuestionada por el Vaticano
Más leídas de El Mundo
Nueva fase. El juego político en las potencias mundiales que explica la última escalada en la guerra de Ucrania
Tensión en Ucrania. EE.UU. y países europeos cierran sus embajadas en Kiev ante el riesgo de un “ataque aéreo significativo” de Rusia
Reabre el 7 de diciembre. Un video muestra cómo quedó el interior de la catedral de Notre Dame tras la restauración
Derrumbe. Es uno de los hombres más ricos del mundo y perdió 12.500 millones de dólares en un día por una trama de sobornos