La era Francisco: ahora la región tiene más confianza en la Iglesia
Según una encuesta, el liderazgo del Papa mejoró la imagen de la institución en todo el continente; se frenó la sangría de católicos
Primero fueron la grata sorpresa, las palabras, los gestos, el ejemplo. Ahora, el catolicismo empieza a cosechar en América latina la siembra de Francisco : a un año de su llegada al Vaticano, en todo el continente subió marcadamente la confianza en la Iglesia , incluso en lugares donde venía cayendo sin atenuantes.
Según una encuesta de la fundación Latinobarómetro, con sede en Chile, la novedad que presenta Francisco como líder a la vez enérgico, sensible y austero, lanzado a renovar la institución para acercarla a las necesidades de la gente, le dio a la Iglesia Católica una imagen positiva en los 18 países censados. Además, la puso por delante de cualquier otra organización, incluso entre los no creyentes.
Al mismo tiempo, si bien no repuntó la cantidad de feligreses en la región, el número de católicos se estabilizó por primera vez en 18 años.
En efecto, la cifra de quienes se declaran católicos en América latina había bajado 13 puntos entre 1995 y 2011: de 80 a 67%. Pero dos años más tarde, según los resultados del relevamiento de 2013, la sangría se frenó: el porcentaje se mantuvo sin cambios.
Lo más llamativo fue la confianza. Del 76% de latinoamericanos que confiaban en la Iglesia a mediados de los 90 se cayó al 64% en 2011, en un descenso sin pausas, para emerger en el 73% (de los habitantes de la región) el año pasado. Un milagro estadístico del "efecto Francisco".
"El impacto del liderazgo de Francisco se nota más en la opinión pública que en el aumento de la práctica religiosa o de la cantidad de católicos. Eso es algo que no se alcanza a ver todavía, no se produce un vuelco. Pero sí se advierte una diferencia en la confianza", confirmó a LA NACION la directora de Latinobarómetro, Marta Lagos.
Los católicos no son los únicos que le dan más crédito a la Iglesia que el que le daban antes de la irrupción en el balcón de San Pedro del papa del fin del mundo. La imagen como institución mejoró incluso ante los ojos de no creyentes y de feligreses de otras confesiones.
Fuera de la confianza, "todavía no sabemos qué impacto va a tener Francisco en que la gente vuelva a la práctica formal de la religión; para ver un efecto importante las puertas de la Iglesia tendrían que abrirse de una manera que los católicos se sintieran invitados de nuevo a volver a practicar su religión", dijo Lagos.
Es decir, lo que Francisco ha intentado hacer desde marzo del año pasado, con sus movidas de ajedrecista en los salones del Vaticano y sus llamados a integrar a la Iglesia a quienes se sientan excluidos.
La pregunta en América latina es adónde fueron a parar todos los que abandonaron el catolicismo durante esos años de desencanto con la religión. Según los datos de la encuesta, algunos sencillamente dejaron de creer. Otros, los más, se volcaron a otros credos. Sobre todo los credos evangelistas, cuyo atractivo en lugares como Brasil, crisol de razas y religiones, parece irresistible.
Más todavía en América Central. Hay cuatro países de esa región donde los evangélicos tienen prácticamente la misma cantidad de feligreses que los católicos: Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua. Pero, con excepción de esos ejemplos, el crecimiento de los evangélicos en América latina ha sido moderado. En 12 de las naciones estudiadas el catolicismo se mantuvo estable. Y en Brasil crece el número de pentecostales, como lo demuestra el éxito de la Iglesia Universal del Reino de Dios y otros credos de espectacular crecimiento que, como se ve en la Argentina, son un auténtico fenómeno de exportación religiosa.
"Si bien Brasil tiene un 63% de católicos y una buena distancia a la siguiente creencia religiosa que son los evangélicos, con un 21%, el catolicismo es una religión mayoritaria, no dominante, que tiene al frente una diversificación de las creencias", señala el informe.
Párrafo aparte merece Uruguay. Nunca fue fácil llenar una iglesia en esas orillas del Plata, salvo en Pascua o Navidad. Desde tiempos de la colonia, la jerarquía de la Iglesia tuvo bastante menos peso en la sociedad que en regiones más pobladas del continente, y en su tiempo más relevantes, como los centros administrativos de México y Perú. También la separación entre Iglesia y Estado fue más tajante.
La tendencia se profundizó con el tiempo y en estos 18 años Uruguay pasó a ser el único país donde se produce un proceso de secularización acelerada. Tenía en 1996 un 60% de católicos, contra el 41% registrado en 2013. Esos católicos se desafiliaron de la Iglesia para enrolarse sin transición en el club de los agnósticos, que avanzaron del 18 al 38%. El evangelismo y los antiguos ritos afroamericanos son más coloridos que numerosos.
Chile parece seguir el sendero del agnosticismo que lidera Uruguay y ya es el segundo país con menor cantidad de católicos de América latina. El catolicismo chileno sufrió con un escándalo de pedofilia en la Iglesia local que le consumió en tres años buena parte de la confianza en sus representantes. Pero incluso en esas circunstancias, entre la falta de fe y el justo repudio al abuso, la llegada de Francisco al Vaticano hizo que Chile le devolviera a la institución la simpatía perdida.
Y en la otra punta del continente México se mantiene como un bastión de la Iglesia -a pesar del culto a la Santa Muerte y otros curiosos híbridos-, donde la adhesión al catolicismo no sabe de contratiempos: pasó del 77% en 1995 al 79% en 2013. La popular Virgen de Guadalupe, encantada por la noticia.
El impacto del "efecto Francisco"
73% en alza
La confianza en la Iglesia en América latina había caído sin pausa desde la década del 90, hasta llegar a un 64% en 2011; desde entonces, y en coincidencia con la elección de Francisco, la cifra repuntó hasta 73% el año pasado.
67% estabilidad
El número de personas que se declararon católicas en la región bajó 13 puntos entre 1995 y 2011, del 80% al 67%; el año pasado la cifra cerró estable.
En Twitter, más de 13 millones de seguidores
La cuenta oficial de Francisco (@pontifex) superó ayer la cifra de 13 millones de seguidores en Twitter, en el que está presente en nueve idiomas. El perfil del Papa en español es el que tiene más seguidores (5.400.000), seguido por la cuenta en inglés (3.900.000).
De este modo, Francisco continúa como una de las personalidades mundiales más seguidas en la red social de microblogging. Entre el día de su elección como pontífice, el 13 de marzo del año pasado, y ayer, la cuenta oficial –abierta por su predecesor Benedicto XVI– sumó más de diez millones de seguidores.
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