Brienz, de 70 habitantes y ubicada en el centro de Suiza, había sido evacuada a mediados de mayo cuando los geólogos advirtieron de la inminencia de un desprendimiento masivo
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Millones de metros cúbicos de roca se desprendieron cerca de la pequeña localidad suiza de Brienz, bloqueando los accesos, hasta detenerse a pocos centímetros de las casas.
Brienz, de 70 habitantes y ubicada en el centro del país, había sido evacuada a mediados de mayo, cuando los geólogos advirtieron de la inminencia de un desprendimiento masivo de rocas.
La pared rocosa situada inmediatamente encima del pueblo, apodada “la isla”, es inestable desde hace décadas. Pero esta primavera, el desprendimiento de rocas empezó a acelerarse.
Muchos de los habitantes del lugar esperaban tener que dejar sus hogares de manera temporal, pero los sorprendió la repentina orden de evacuación. Días antes, les habían dicho que debían trasladarse a finales del verano.
Pero el 9 de mayo fueron convocados a una reunión de emergencia del pueblo en la que las autoridades le dijeron que tenían 48 horas para irse.
En las semanas siguientes, algunos vecinos del lugar se mostraron molestos por el hecho de que no se hubiera producido el desprendimiento masivo de rocas que los especialistas habían anunciado. Llegaron a preguntar por qué no podían volver a casa cuando las rocas parecían descender de manera lenta y sin presentar ningún peligro.
Sin emabrgo, el jueves por la noche, la montaña respondió.
Suerte
Las autoridades del cantón oriental de los Grisones dijeron que los residentes del lugar tuvieron mucha suerte al irse a tiempo, porque ese mismo día dos tercios de la roca, más de dos millones de metros cúbicos en total, se desprendieron.
Los helicópteros que examinaron el lugar no informaron de daños evidentes en las casas. De todos modos, existen pocas perspectivas de que puedan volver pronto a sus hogares. Todavía quedan un millón de metros cúbicos de roca suelta en la montaña.
Incluso si la caída de rocas no afecta a las casas, existe un riesgo para cualquiera que se encuentre en la zona.
Christian Gartmann, portavoz de las autoridades del pueblo, declaró a la televisión suiza que las grandes rocas que chocan entre sí al caer pueden crear esquirlas que terminan siendo despedidas “como balas de cañón”, destrozando ventanas y causando heridas graves.
La pregunta sobre le cambio climático
Algunos se preguntan si la situación de Brienz se debe al cambio climático.
Las regiones alpinas de Suiza son especialmente sensibles al calentamiento global. A medida que los glaciares se contraen y el permafrost de las montañas comienza a descongelarse, la roca se vuelve inestable.
De hecho, la montaña de Brienz no tiene permafrost, es decir, no cuenta con una capa de subsuelo de que se encuentre congelada de manera permanente.
Pero las lluvias inusualmente intensas de esta primavera, relacionadas con el calentamiento global, han sido sin duda un factor que activó la orden de evacuación. La ladera de la montaña, empapada de agua, empezó a deslizarse más rápidamente hacia el valle.
Los geólogos advierten que las zonas montañosas pueden esperar más desprendimientos de rocas a medida que cambie el clima.
Por ahora, la población de Brienz continúa la espera para volver a casa.
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