Tenzing Norgay y Edmund Hillary escalaron por primera vez el pico en 1953; sus hijos, Jamling y Peter, siguieron sus pasos años después; el récord se situó en 28 ocasiones
- 5 minutos de lectura'
“Los veo como verdaderos pioneros y exploradores, allanando el camino hacia lo desconocido. Es gracias a ellos y a su equipo que podemos hacer muchas cosas hoy”, dijo Jamling Tenzing Norgay. Se refirió al momento en que su padre, Tenzing Norgay, escaló por primera vez el Monte Everest, la montaña más alta del mundo, el 29 de mayo de 1953.
Norgay llegó a la cima de la montaña, ubicada en la frontera entre Nepal y China, acompañado por Edmund Hillary, un apicultor de Nueva Zelanda. Jamling y Peter Hillary, hijos respectivos de los dos alpinistas, crecieron escuchando historias heroicas de sus padres. Ambos, siguieron aquellos pasos y también conquistaron el Everest.
Un ascenso histórico
“Subieron como simples seres humanos y regresaron como héroes mundiales. Ese logro no los cambió. Eran las mismas personas sencillas y humildes. Ambos pasaron el resto de sus vidas retribuyendo a la gente del Himalaya”, afirmó Jamling, con orgullo.
“Cada vez que alguien hace algo que nunca antes se había logrado, indica a los demás que también pueden hacerlo. En el 70 aniversario, celebramos este logro”, agregó Peter.
El ascenso de 1953, sin duda, sentó un precedente que muchos otros siguieron: en los primeros diez días de la temporada de escalada de este año, más de 500 personas alcanzaron la cumbre de 8849 metros del Everest.
Las mejoras en tecnología, logística y comunicaciones lo hicieron posible, pero Edmund Hillary y Tenzing Norgay lograron la hazaña sin dispositivos modernos, como GPS o teléfonos satelitales. De hecho, la noticia de su logro tardó tres días en llegar a Londres.
La pareja tuvo éxito después de que varias expediciones no lograran llegar a la cima durante las tres décadas anteriores. Tenzing intentó subir en seis oportunidades anteriores durante 20 años, incluida una excursión en 1952. “Cuando era un niño que criaba yaks, [mi padre] solía preguntarse por qué ningún pájaro podía volar sobre esa montaña en particular”, recordó Jamling. Y siguió: “Estaba motivado por la profecía de Lama (un sacerdote budista de alto rango), quien dijo que sería un budista el primero en escalar la cima”.
15 minutos de fama
Peter contó que su padre entendió que tenía una gran oportunidad de hacer historia cuando se le pidió que participara en la novena expedición británica para escalar el pico. “Él siempre supo que quería estar al frente. Era un tipo ambicioso”, señaló. Y apuntó: “Una de las cosas que más recuerdo es su descripción de cómo subió a través de la nieve y el hielo hacia la cumbre sur”.
“Dijo que iba al frente, cortando esos escalones, con grandes capas de nieve y hielo desprendiéndose de las empinadas laderas, cayendo hacia el Tíbet”, contó. Siguieron adelante a pesar de las terribles condiciones climáticas. Peter dijo que su padre se habría dado por vencido y habría regresado otro día si fuera cualquier otro pico. Pero una voz interior le dijo que siguiera adelante.
Cuando llegaron a la cima del mundo, tenían poco oxígeno. Bajaron después de pasar unos 15 minutos allí.
Imagen icónica
Tenzing enterró algunos dulces y galletas en la nieve como ofrenda budista a los dioses. Edmund Hillary tomó varias fotografías del paisaje y de Tenzing ondeando banderas que representaban a Gran Bretaña, Nepal, Naciones Unidas e India. Sin embargo, no había ninguna foto de Hillary en la cumbre.
“Papá bromeó diciendo que, hasta donde él sabía, Tenzing no había usado la cámara antes y no creía que ese fuera el lugar correcto para empezar”, recordó Peter.
Décadas más tarde, cuando Peter y Jamling escalaron el Everest, entendieron mejor los territorios desconocidos que cruzaron sus padres. “Escalé por primera vez en 1990. Simplemente, no podía dejar de pensar en papá. Cuando llegué, vi lo que vio mi papá. Estaba teniendo la misma experiencia. Fue muy emotivo”, expresó Peter.
Jamling llegó a la cumbre en 1996 por motivos religiosos y personales. Tanto él como su padre son sherpas, una etnia originaria del Tíbet conocida por su destreza en el alpinismo, que sienten una profunda conexión espiritual con el Himalaya. “Fue más una peregrinación para mí. Quiero reconectar con mi religión y mis costumbres y entender por lo que pasó mi padre”, apuntó.
Superpoblación
Sin embargo, ahora mucha gente alcanza la cima cada año. Kami Rita, el alpinista que subió la montaña en más ocasiones, alcanzó la cúspide el 16 de mayo por 28ª vez, rompiendo su propio récord. Además, aseguró que no se retirará pronto, posiblemente porque un sherpa rival, Pasang Dawa, le pisa los talones con 26 cumbres. Lakpa Sherpa tiene el récord de mujeres escaladoras, al conquistar su décima cima el año pasado.
“Subir se volvió mucho más fácil ahora, en comparación con la época de mi padre. La tecnología ayuda mucho. Después de llegar a la cima, algunos toman helicópteros desde el Campamento 2 a Katmandú. Todas las rutas están establecidas”, continuó Jamling. Y advirtió: “No hay emoción en la aventura. Se convirtió en un evento fotográfico. Ya no escalan para disfrutar de la experiencia”.
Peter se mostró parcialmente de acuerdo. “Tenemos cuerdas interminables desde el campamento base hasta la cima, escaleras sobre grietas, hay equipos de sherpas con té caliente en los campamentos. Podés ser rescatado de manera segura por un helicóptero desde 6300 a 6500 metros”, dijo.
“Sin embargo, la montaña es la misma. Es una gran montaña con condiciones desafiantes”, añadió.
Más de 300 escaladores murieron en los últimos 100 años. Solo en esta temporada, fallecieron 11 alpinistas. “La montaña te enseña a respetar la naturaleza”, dijo Jamling.
Por Swaminathan Natarajan
Otras noticias de BBC MUNDO
En tres años. Tres claves de la reforma con la que España quiere regularizar a 900 mil migrantes
Quién es Carlo Acutis. El “influencer de Dios” al que el Vaticano hará santo tras atribuirle el milagro de curar a una joven costarricense
Trabada en el Senado. Por qué EE.UU. es el único país del mundo que se niega a ratificar la Convención de los Derechos del Niño
Más leídas de El Mundo
1000 días de guerra. Ucrania, agotada: “Quizás vale la pena decir de acuerdo, tomen esta parte, pero déjennos en paz”
Desregulación y ajuste. El abrupto giro a la derecha de Nueva Zelanda tras tener uno de los gobiernos más progresistas del mundo
Nueva fase. El juego político en las potencias mundiales que explica la última escalada en la guerra de Ucrania
Tensión en Ucrania. EE.UU. y países europeos cierran sus embajadas en Kiev ante el riesgo de un “ataque aéreo significativo” de Rusia