Coronavirus: la diplomacia sanitaria de China en la región
Mientras la Argentina corría la semana pasada para impulsar medidas de emergencia para aislar a su ya golpeada economía del impacto del coronavirus, el embajador chino visitó al presidente Alberto Fernández para acercarle una oferta. En la reunión en la quinta de Olivos, Zou Xiaoli propuso ayudar con donaciones de barbijos, guantes, termómetros y trajes de protección. Las donaciones, bienvenidas por el Gobierno, muestran cómo China está utilizando su producción de equipos médicos y experiencia para detener el coronavirus como herramienta de poder "blando" en regiones como América Latina, donde el gigante asiático lucha contra Estados Unidos por ampliar su esfera de influencia.
Desde la Argentina hasta México, pasando por Brasil y Perú, las naciones latinoamericanas aceptaron la ayuda de China a medida que aumentó el número de casos de coronavirus en la región, con crecientes temores respecto a la capacidad de los sistemas de salud locales. Si bien hasta el momento América Latina no fue tan golpeada como otras partes del mundo, los expertos temen que eso cambie a medida que se acerque el invierno.
"Algunos países de la región pidieron ayuda a China. Y mantenemos un contacto cercano con esos países", dijo un funcionario chino en Buenos Aires. "Compartiremos con ellos nuestra experiencia en la lucha contra el Covid-19 y ofreceremos materiales sanitarios dentro de nuestra capacidad", agregó.
A medida que las tensiones comerciales entre Washington y Pekín aumentaban en los últimos años, el gobierno de Donald Trump advirtió a las naciones latinoamericanas sobre el riesgo de su creciente dependencia económica con China, con pobres resultados.
En la Argentina, China realizó inversiones en áreas como energía solar y hasta la construcción de una nueva estación de monitoreo espacial, inyectando más de 17.000 millones de dólares en el país desde 2007, según datos del Diálogo Interamericano.
La ayuda china a la región ilustra una tendencia global más amplia: Pekín busca ser vista como punta de lanza en la lucha global contra la pandemia.
Chile, donde el número de casos de coronavirus está entre los más altos en la región, pidió consejos a los funcionarios de salud chinos y está enviando un avión de su fuerza aérea a Pekín para recoger suministros donados, incluidas pruebas y equipos respiratorios.
México espera la llegada de 300 respiradores de China, un equipo crucial pero escaso para el tratamiento de pacientes, mientras que en Panamá funcionarios de salud celebraron una teleconferencia con expertos chinos para trabajar en estrategias, algo que Pekín ya ha hecho con más de 100 países.
En Venezuela, el gobierno dijo que China enviaría equipo de protección para profesionales de la salud y equipos de prueba de coronavirus. El país también abrió conversaciones con Pekín sobre un posible apoyo financiero.
"¡Gracias por la cooperación y solidaridad de China con Ecuador!", dijo el vicepresidente Otto Sonnenholzner en su cuenta de Twitter detallando la ayuda recibida de China, que incluye 40.000 barbijos quirúrgicos, termómetros infrarrojos y trajes protectores.
Incluso en Brasil, China se movió rápidamente para sanar una grieta diplomática causada por el hijo del presidente Jair Bolsonaro, que culpó al partido comunista por la propagación del virus. Funcionarios chinos dijeron que, a pesar de las declaraciones, asistirán al país con suministros médicos y asistencia tecnológica.
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