La dinastía Marcos vuelve al poder en Filipinas: victoria aplastante del hijo del dictador, según el primer recuento
Ferdinand Marcos Jr. recibió más del doble de votos que su principal oponente, la actual vicepresidenta Leni Robredo, según los resultados de casi la mitad de los cerca de 70.000 colegios electorales del país
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MANILA.– Cerca de 40 años después de que su padre fuera depuesto y enviado al exilio, Ferdinand Marcos Jr. parece rumbo a restaurar el poder familiar. El hijo del exdictador filipino, Ferdinand Marcos, se encaminaba este lunes a una victoria aplastante en la elección presidencial, según un primer recuento oficial de votos.
Ferdinand Marcos hijo, conocido como Bongbong Marcos, recibió más del doble de votos que su principal oponente, la actual vicepresidenta Leni Robredo, según los resultados de casi la mitad de los cerca de 70.000 colegios electorales del país, publicados por los medios locales, que citan a la Comisión Electoral.
En campaña, Marcos Jr. se ha dedicado a aplaudir los años de la dictadura en un exitoso ejercicio de revisionismo histórico combinado con una campaña de desprestigio hacia su principal oponente. La descripción de la dictadura de su padre como una “edad dorada” del país parece haber calado en nuevas generaciones a pesar de que la era del matrimonio Ferdinand e Imelda Marcos estuvo marcada por el saqueo de miles de millones de dólares de las arcas públicas y la imposición de un estado de ley marcial en 1972 que provocó el encarcelamiento de 70.000 personas y la muerte de 3000, según Amnistía Internacional.
¿Quién era Ferdinand Marcos?
Ferdinand Emmanuel Marcos fue un abogado y político filipino que ejerció como dictador bajo el cargo de presidente de Filipinas desde 1965 hasta 1986, gobernando el país mediante una autocracia, y centralizando el poder a nivel nacional con la ayuda de su esposa.
Proveniente de una reconocida e influyente familia, participó en el Ejército filipino durante la Segunda Guerra Mundial, desempeño que le proporcionó cierto reconocimiento, que después usó para desarrollar su carrera política.
Fue elegido para la presidencia de Filipinas en 1965 y de nuevo en 1969. Durante su primer mandato, este anticomunista convencido envió tropas a combatir en apoyo de Vietnam del Sur, y paulatinamente instauró un régimen totalitario, lo cual propició la aparición en el país de una guerrilla comunista y otra musulmana, contrarias a su política, a las que tuvo que hacer frente a lo largo de su segundo mandato.
En 1972 impuso la ley marcial, gracias a lo cual pudo encarcelar sin mayor trámite a sus adversarios políticos, y un año después promulgó una nueva Constitución en la que pasaba a ejercer tanto las funciones de jefe de Estado como las de primer ministro.
Nueve años después de proclamar la ley marcial, Marcos la suprimió y procedió a una reforma constitucional. Ese mismo año fue reelegido presidente por seis años más. Pero la oposición se fue endureciendo y en 1986, fue depuesto por la Revolución de EDSA, tras lo cual se exiló en Hawaii junto con su esposa hasta su muerte.
Revancha
Ahora su hijo busca revancha. Tras seis años de gobierno autoritario de Rodrigo Duterte, defensores de derechos humanos, la Iglesia Católica y analistas políticos han expresado temor de que Marcos Jr. se sienta impulsado a gobernar con aún más dureza si gana por amplio margen.
”Creemos que la crisis de derechos humanos va a empeorar en el país”, declaró Cristina Palabay, secretaria general de la alianza Karapatan de derechos humanos.
Marcos y su candidata a vicepresidenta, Sara Duterte, hija del presidente saliente, han insistido en que son los más calificados para unificar al país.
Cientos de miles de simpatizantes vestidos de rojo llegaron el sábado al mitin de Marcos y Duterte en Manila, en el cierre de su campaña.
Una asistente, Josephine Llorca, consideró mejor apostar por otro Marcos porque los gobiernos posteriores a la revolución de 1986 que depuso al entonces dictador no mejoraron la vida de la población.
”Lo probamos y fueron incluso peor que el tiempo de Marcos”, declaró Llorca.
Contiendas electorales violentas
El proceso electoral registró episodios de violencia, el más grave de los cuales fue la muerte de cuatro guardias de seguridad cuando un hombre disparó contra un centro de votación de una zona conflictiva del sur del país.
El hecho ocurrió poco después del inicio de la votación en el municipio de Buluan en la isla sureña de Mindanao, que tiene fuerte presencia de grupos armados, desde insurgentes comunistas hasta militantes islamistas, informaron las autoridades.
Hombres armados atacaron también un centro de votación en la provincia de Lanao del Sur en Mindanao, matando a una persona e hiriendo a otras dos, según la policía.
Anoche, cinco granadas estallaron frente a un centro electoral en el municipio de Datu Unsay, también en Mindanao, donde nueve personas resultaron heridas. Un portavoz de la Comisión electoral dijo que intentaban verificar si las acciones tenían relación con las elecciones.
Agencias AFP y DPA
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