La "dama de hierro" y su relación con la Argentina
La ex primera ministra Margaret Thatcher impulsó la guerra de Malvinas en 1982; fue muy criticada por el hundimiento del General Belgrano
La conservadora Margaret Thatcher, que murió hoy tras sufrir un ataque de apoplejía , decidió enviar en 1982 un contingente militar para recuperar las islas Malvinas ante la ocupación argentina del archipiélago.
En 1982 estaba al frente de un partido conservador en crisis que había emprendido reformas económicas muy resistidas por los gremios y por la oposición laborista.
El conflicto bélico, en el que murieron 255 militares británicos y 650 argentinos, comenzó cuando la junta militar argentina ocupó las islas el 2 de abril y terminó con la victoria del Reino Unido el 14 de junio.
"Sabíamos lo que teníamos que hacer, fuimos y lo hicimos. Gran Bretaña es grande otra vez", afirmó Thatcher, una vez terminada la guerra de Malvinas. La victoria encarriló la reelección de la "dama de hierro" en 1983.
El 2 de mayo de 1982, Thatcher autorizó el ataque del submarino HMS Conqueror al crucero de la Armada General Belgrano, en lo que constituyó el momento más controvertido del conflicto que enfrentó al Reino Unido y la Argentina por la soberanía de las islas del Atlántico Sur.
El General Belgrano navegaba fuera del área de exclusión de 200 millas en torno a las Malvinas fijada por Londres y en dirección hacia la costa continental argentina. "Estaba en un área que representaba un peligro para nuestras naves", justificó años después Thatcher, durante una entrevista.
Tras la guerra, la entonces primera ministra británica fue muy criticada por el hundimiento del Belgrano.
Una vez conocida la noticia de su muerte, los habitantes de las Islas Malvinas manifestaron hoy que estarán "por siempre agradecidos" con la ex primera británica. "Descansa en paz Maggie. Por siempre agradecidos", expresaron los kelpers a través de su cuenta en Twitter @falkland_utd .
Revelaciones secretas
En diciembre del año pasado, el gobierno de Gran Bretaña desclasificó 3500 documentos oficiales elaborados en 1982 vinculados con el conflicto bélico en las islas Malvinas.
Entre los documentos, a los que accedió LA NACION , se incluyen inéditos testimonios de Thatcher, archivos de su oficina privada en Downing Street, del "gabinete de guerra", comunicaciones del Foreign Office, del Ministerio de Defensa, del Almirantazgo y todo el material que resultó en el Reporte Frank (Frank's Report), el equivalente británico del Informe Rattenbach que se elaboró en la Argentina sobre la actuación militar en la guerra.
Los archivos desclasificados ofrecen detalles de los esfuerzos de mediación del entonces secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuellar, así como de muchos otros que no llegaron a concretarse. Entre ellos, los del ex presidente de México, José López Portillo, quien a mediados de mayo del 82 vio frustrado esfuerzos para organizar una cumbre "Galtieri-Thatcher", que hubiese tenido lugar en Cancún.
Además, recrean los contactos del ex secretario de Estado norteamericano, Alexander «Al» Haig, con el gobierno de Thatcher, que confirman que no fue un mediador imparcial durante el conflicto.
También se confirmó que en los días que siguieron a la presencia argentina en Malvinas, Thatcher contempló la posibilidad de dejar las islas bajo administración de las Naciones Unidas y, más tarde, otorgarles la independencia. Esta última posibilidad fue mencionada por ella misma en diálogo con el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Agostino Casaroli, durante la visita del papa Juan Pablo II a Londres el 28 de mayo de 1982.
Uno de los datos más curiosos surge de la transcripción de la evidencia oral suministrada a puertas cerradas por Thatcher el 25 de octubre de 1982 al Comité de Revisión de las Islas Falkland-Malvinas, que resultó en el reporte Franks. La entonces primera ministra dio cuenta de los sucesos en los días preliminares a la ocupación argentina, un momento que calificó como "el peor, creo, de mi vida".
Ante el panel presidido por Lord Oliver Shewell Franks, Thatcher admitió que la invasión argentina la tomó de sorpresa. La idea no le había cruzado la cabeza porque, dijo, era algo "estúpido tan sólo de contemplar".
Londres planeó devolver a Astiz
En plena guerra de Malvinas, el gobierno británico planificó otorgarle un seudónimo al entonces capitán de la Armada, Alfredo Astiz, y meterlo en un vuelo directo de Londres a Buenos Aires. Buscaba así terminar con los reclamos diplomáticos de Francia y Suecia, que querían interrogarlo por las desapariciones de por lo menos tres ciudadanos, según consta en los documentos desclasificados en Londres.
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