La cumbre del G-20 dejó pendiente un acuerdo climático más contundente
Los líderes de los 20 países reafirmaron el compromiso del Acuerdo de París; Draghi, el anfitrión de la cumbre, celebró el paso como un “éxito”, pero otros dirigentes mundiales y varias ONG se mostraron decepcionados
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ROMA.– ¿Éxito o fracaso? Con esa gran pregunta flotando en el ambiente concluyó hoy la primera cumbre presencial del G-20 después de casi dos años de parálisis por la pandemia, en la que no hubo ningún avance contundente en la lucha contra el cambio climático, sino tan solo un paso adelante tímido, lavado. La responsabilidad de alcanzar acuerdos en ese tema pasó así a la conferencia climática de las Naciones Unidas de Glasgow (COP26) que se inauguró hoy.
Al cabo de negociaciones que hasta último minuto fueron muy difíciles, como reconoció el anfitrión de la cumbre, el premier italiano, Mario Draghi, los 20 líderes de las economías más importantes y de los países emergentes reafirmaron el objetivo del Acuerdo de París de 2015: limitar el aumento de la temperatura del planeta por debajo de los 2 C° y continuar sus esfuerzos para limitarla a 1,5°C respecto de los niveles preindustriales.
Aunque fueron un poco más allá. “Mantener [el objetivo de] 1,5°C al alcance necesitará acciones y compromisos significativos y eficaces de todos los países”, indicó la declaración final de la cumbre, que acordó asimismo dejar de subvencionar “a partir de finales de 2021″ nuevas centrales térmicas de carbón en el extranjero, aunque no anunció medidas a nivel nacional.
Respecto del plazo para reducir a cero las emisiones de gases invernadero, tal como había trascendido ayer en un borrador, los líderes aprobaron la referencia “a mediados de siglo o alrededor de esa fecha”, un horizonte menos preciso que el año 2050 que impulsaba Italia.
Si bien todo esto dejó un sabor a poco –algunos hasta hablaban de una cumbre “farsa” de Halloween–, para Draghi fue “un éxito” el G-20 de Roma, que también abordó temas igual de cruciales para el mundo como la pandemia y la necesidad urgente de una recuperación económica global “sostenible” y justa después de la terrible crisis provocada por el coronavirus.
“El G-20 ha sido un éxito. No ha sido fácil alcanzar este acuerdo”, dijo Draghi, que en sus declaraciones finales defendió con uñas y dientes el resultado de un foro que representa más del 80% del PBI mundial, el 75% del comercio global y el 60% de la población del planeta, y que tuvo como grandes ausentes a los presidentes de China, Xi Jinping, y de Rusia, Vladimir Putin.
“Algo ha cambiado: por primera vez los países del G-20 se han comprometido a mantener el objetivo del sobrecalentamiento por debajo del límite de 1,5°C con acciones inmediatas y a mediano plazo”, destacó el prestigioso economista y ex presidente del Banco Central Europeo, al recordar que en el Acuerdo de París se hablaba de un límite de 2 grados o de 1,5. “Ahora, por primera vez los países del G20 reconocieron el objetivo de 1,5°C como científicamente valido”, insistió, al subrayar por otra parte que antes no existía ningún compromiso colectivo para neutralizar emisiones de gases invernadero, mientras que sí lo hay, a mediados de siglo, algo que significa un avance.
“Claro, hubiéramos preferido que todos confirmáramos como fecha límite el 2050, pero, para mí, gradualmente se llegará”, sostuvo con optimismo, sobre todo por el ejemplo de multilateralismo que se había dado, más allá de los roces y diferencias entre los países miembros, en estos dos días que enloquecieron Roma, colapsada por un dispositivo de seguridad sin precedente y varias protestas.
“Aunque se trata del inicio, estamos orgullosos de estos resultados”, siguió Draghi, que en una conferencia final en el impactante auditórium de La Nuvola, resaltó el hecho de que todos los jefes de Estado y de gobierno presentes coincidieron en la necesidad de “acciones más fuertes”. Acciones que, en este punto, todo el mundo espera que se tomen en la COP26 de Glasgow.
Manifestaciones de dececpión
“Me voy de Roma con mis esperanzas insatisfechas, pero al menos no están enterradas”, tuiteó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Otro de los asistentes, el primer ministro británico, Boris Johnson, también consideró que los compromisos adquiridos son “gotas en un océano que se calienta rápidamente”. Y fue más allá: “Seré claro, si Glasgow fracasa, todo fracasa”, advirtió.
Diversas ONG fueron más allá que Guterres y Johnson y consideraron insuficientes los avances.
La reacción de Biden
En línea con Draghi, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, también intentó mostrarse optimista de los resultados de su primera cumbre internacional.
“Lo que vimos aquí es el poder de Estados Unidos cuando se compromete y trabaja con nuestros socios aliados”, dijo el presidente demócrata. “Nada sustituye las negociaciones cara a cara para la cooperación mundial”, agregó.
Según Biden, se pudieron alcanzar resultados “tangibles en parte por el compromiso que Estados Unidos puso sobre la mesa”.
Biden también criticó a Xi y a Putin, y señaló que “no se mostraron” cuando se trató de “adoptar compromisos sobre el clima”.
Más temprano, ante preguntas sobre si las resistencias de China, el país más contaminante del mundo, de la India y de Rusia tuvieron que ver con un acuerdo poco contundente, Draghi subrayó que estos países en verdad se mostraron esta vez “más disponibles”.
Draghi subrayó que en el párrafo 30 del tan discutido documento final aparece mencionado por primera vez un mecanismo para la determinación de los precios del carbón. “Hubo un cambio de posición, es la primera vez que se habla de limitación a los precios del carbón en un G-20″, resaltó Draghi, que por otro lado admitió que se esperaba de China “una actitud más rígida”, pero que la superpotencia asiática finalmente aceptó la evidencia científica de 1,5°C, “algo que comporta sacrificios”.
En este marco, recordó que China produce el 50% del acero mundial con plantas que utilizan carbón. “Esto explica las dificultades para alcanzar un objetivo más ambicioso con respecto al clima”, indicó, al destacar de todos modos el “paso adelante dado en una transición larga y difícil” hacia otras fuentes de energía renovables.
“Hay que escuchar y comprender el punto de vista de los otros y esto es lo que ha hecho Italia en este G-20 conversando con la India, Rusia y China”, también dijo.
En cuanto a la pandemia, el otro gran tema de este G-20 que le puso el broche a la presidencia italiana de este foro, Draghi, destacó el objetivo en cuanto a una justa accesibilidad a las vacunas. De hecho, coincidió en alcanzar la meta de vacunar al 40% de la población mundial antes de este año y el 70% de la población mundial antes de la mitad del año próximo, algo que definió un “compromiso gigantesco”. Por otra parte, hizo hincapié en los consensos que se alcanzaron en cuanto a las finanzas de la pospandemia, así como sobre un acuerdo para reformar el sistema de tasación internacional de las multinacionales.
En una cumbre que marcó el adiós después de 16 años de la canciller alemana, Angela Merkel, a este tipo de reuniones, Draghi al final tuvo emotivas palabras de agradecimiento. “La canciller Merkel ha sido una verdadera campeona del multilateralismo y de un orden internacional basado en reglas. Su equilibrio, liderazgo y determinación para construir consensos han sido invalorables para este grupo. Haremos tesoro de su legado por mucho tiempo”, le prometió. Y concluyó: “Querida canciller, querida Angela, gracias”.
Los acuerdos del documento final del G-20:
- Clima: Las 20 naciones más desarrolladas reafirmaron el objetivo del Acuerdo de París: limitar el alza de la temperatura del planeta por debajo de los 2°C y continuar sus esfuerzos para limitarla a 1,5°C respecto de los niveles preindustriales. Pero van un paso más allá: “Mantener [el objetivo de] 1,5°C al alcance necesitará acciones y compromisos significativos y eficaces de todos los países”. El G-20 acordó también dejar de subvencionar “a partir de finales de 2021″ nuevas centrales térmicas de carbón en el extranjero, aunque no anunció medidas a nivel nacional. Respecto del plazo para alcanzar la neutralidad de carbono, los líderes aprobaron la referencia “a mediados de siglo o alrededor de esa fecha”, un horizonte menos preciso que el año 2050 defendido por Italia. El G-20 “reafirma” también “el compromiso adoptado por los países desarrollados de buscar movilizar juntos 100.000 millones de dólares anuales (...) hasta 2025″ para permitir a los países en desarrollo enfrentar el cambio climático.
- Pandemia y vacunas: El G-20 se comprometió a adoptar “medidas para ayudar a reforzar el abastecimiento de vacunas” en los países en desarrollo. Con este fin, este club de países, que incluye entre otros Estados Unidos, India y China, promete “evitar las restricciones a las exportaciones y aumentar la transparencia y la visibilidad en la entrega de vacunas”, aunque no precisan plazos. Se buscará “contribuir a alcanzar los objetivos mundiales de vacunar al menos al 40% de la población en todos los países para finales de 2021 y el 70% para mediados de 2022″, como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- Recuperación económica: Los dirigentes del G-20 se comprometieron a “evitar retirar prematuramente las medidas de apoyo” para “continuar sosteniendo la recuperación”, vigilando a su vez la inflación. Los bancos centrales “actuarán si es necesario para cumplir su misión, que incluye la estabilidad de precios”. Los países del G-20 mantendrán su vigilancia “sobre los desafíos mundiales que tienen un impacto en [las] economías, como las perturbaciones en las cadenas de suministro”.
- Ayuda a países en desarrollo: Los países del G-20 se comprometieron a abonar a los países vulnerables 100.000 millones de dólares del monto global de los 650.000 millones de dólares de derechos especiales de giro (DEG) emitidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para enfrentar los efectos de la pandemia. “Damos la bienvenida a las promesas recientes por un valor de alrededor de 45.000 millones de dólares como un paso hacia la ambiciosa cantidad de 100.000 millones de dólares en contribuciones voluntarias para los países más necesitados”, señalaron los líderes. Los países del G-20, que no se habían puesto de acuerdo hasta ahora sobre un monto a abonar a los países en desarrollo, siguen los pasos de los dirigentes del G-7, que ya fijaron como objetivo la cantidad de 100.000 millones de dólares para redistribuir, especialmente a África. Además, el G-20 “saluda los progresos realizados en el marco de la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda del G-20″. “Estimaciones preliminares muestran que al menos 12.700 millones de dólares (...) se aplazaron gracias a esta iniciativa entre mayo de 2020 y diciembre de 2021, beneficiando a 50 países”, apunta el documento final. El G-20 acordó la moratoria del pago de los intereses de la deuda de los países menos desarrollados en abril de 2021 y se ha ido prolongando, actualmente hasta finales de año. Los mandatarios también apuntaron, en su declaración conjunta, a otra medida para apoyar a los países vulnerables: debatir la política de sobrecargos del FMI, como reclama la Argentina.
- Fiscalidad internacional: Sobre el acuerdo de la tributación mínima de las multinacionales, los dirigentes celebraron “un éxito histórico” que servirá para establecer “un sistema fiscal internacional más estable y más justo”.
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