La cumbre de clima, en la recta final: aprobaron un borrador de acuerdo
Tras arduas negociaciones, acordaron pasarles un texto a 195 ministros, que deberán coordinar las propuestas para evitar una catástrofe ecológica a escala planetaria
LE BOURGET.- Las negociaciones en la cumbre del clima avanzaron hoy hacia su recta final, con la adopción de un borrador que allana el camino a la posible conclusión la semana próxima en París de un acuerdo capaz de evitar una catástrofe ecológica a escala planetaria.
Con esta aprobación se cierran cuatro años de negociaciones que comenzaron en la cumbre del clima de Durban (2011), cuando se empezó a trabajar en el pacto global de lucha contra el cambio climático que los países prevén aprobar el próximo viernes en París.
Los negociadores forcejearon hasta el último minuto para cerrar finalmente el borrador que deja en el aire los grandes temas de discusión, desde la financiación hasta los esfuerzos de cada país en función de su responsabilidad.
El texto contiene 47 páginas, seis menos que el lunes pasado, cuando 150 líderes inauguraron una conferencia del clima (COP21) que quiere ser histórica.
El objetivo del acuerdo es contener el aumento de la temperatura mundial a un máximo de 2° C, pero detrás de ese simple guarismo hay un gigantesco entramado de intereses económicos y de compromisos jurídicos, puesto que cada palabra podrá ser interpretada durante décadas como un derecho adquirido, o una obligación.
Quién paga y cómo
El texto que reciben hoy los ministros de las 195 naciones debe decidir si los países desarrollados son los únicos responsables de la actual situación de urgencia climática, o si eso cambió con la aparición de nuevas potencias como China o Brasil, dos de los diez mayores emisores de gases con efecto invernadero.
Eso implica decidir quién paga y cómo. Si se aprueba, el acuerdo de París entrará en vigor a partir de 2020, y los países menos desarrollados tendrán acceso a un fondo anual de 100.000 millones de dólares.
Dentro del texto, la clave está en los corchetes, unos 750 en la actualidad según cálculos de ONGs, la mitad respecto al lunes pasado.
Por ejemplo, "países capaces de3" o "dispuestos a" contribuir al fondo, es decir, no solamente los más ricos.
Para el principal grupo negociador en la COP21, el que agrupa a 134 países en vías de desarrollo (conocido como G77), esas dos expresiones, introducidas por los países desarrollados, deben desaparecer del texto.
En la historia de la lucha contra el cambio climático, que empezó con la Convención de Río de 1992, quedó muy claro quiénes eran responsables del fenómeno: "los países desarrollados" explica el corchete defendido por los países en desarrollo.
"Las consecuencias son serias; tenemos que continuar creciendo, pero si queremos hacerlo tenemos que recortar nuestra industrialización", algo que no hicieron durante más 150 años los países ricos, criticó la delegación de Malasia.
Para la Unión Europea o Estados Unidos, el mundo cambió desde 1992, y países como China pueden contribuir. Y de hecho, ya han empezado a hacerlo, por su cuenta.
"Históricamente, los países desarrollados han sido los países donantes (...) Eso continuará por supuesto pero al mismo tiempo ya hay países en vías de desarrollo que han empezado a convertirse en contribuyentes", explicó el negociador jefe estadounidense, Todd Stern.
En el borrador, la expresión clave en este apartado es "obligaciones comunes pero diferenciadas en alusión a las diferentes capacidades de cada país, que provoca también enconados debates.
Los países del Caribe, inquietos
Entre los países menos desarrollados, los más inquietos por el cambio climático son las pequeñas islas del Pacífico o del Caribe amenazadas por el aumento ineluctable del nivel de los océanos.
Esos países quieren que el texto de París contenga claramente la mención "menos de 1,5° C" como objetivo de aumento de la temperatura planetaria.
En el borrador los corchetes dejan la discusión en el aire: "mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 1,5 C o muy por debajo de 2 C".
"El tema terminó bloqueado básicamente por el grupo árabe liderado por Arabia Saudita", gran productor petrolífero y por ello muy poco motivado, criticó la red de organizaciones no gubernamentales CAN.
Agencias AFP y EFE