Por primera vez se habla de combustibles fósiles, sin embargo, la letra chica durante el cierre de la COP 28 deja sentimientos encontrados
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DUBÁI.- La Cumbre del Clima (COP 28) terminó como empezó: con una decisión tomada a puertas cerradas y con el anuncio de su presidente, Sultan Ahmed al-Jaber, celebrando públicamente “un acuerdo histórico” antes de que comenzara formalmente el plenario. Una de las decisiones más trascendentales fue que después de 30 años de debate se logró incluir la necesidad de despedir a los combustibles fósiles. Aunque sin duda alguna, este es un texto lleno de generalidades en las que la interpretación puede jugar un papel clave en el camino de la acción climática para el futuro.
La conclusión se anunció en los primeros dos minutos del discurso de apertura del plenario. La decisión se había tomado con algunos de los países ausentes, como el caso de Samoa, que representaba al grupo de Pequeños Estados Insulares, los más vulnerables a los efectos del cambio climático. Fue una situación expeditiva, una especie de impronta de esta presidencia; pues lo mismo sucedió al inicio de la COP, cuando se consolidó el Fondo de Pérdidas y Daños durante los primeros minutos del inicio de la conferencia.
Thank you to everyone who made COP28 possible.
— COP28 UAE (@COP28_UAE) December 13, 2023
We united. We acted. We delivered. pic.twitter.com/SBJSMSpjbC
En la tribuna, el anuncio fue correspondido con un tanto de conformismo y otro poco de inconformidad por parte de los países asistentes. Después del “insuficiente” e “incoherente” primer borrador que había planteado Al-Jaber para resolver las discusiones sobre el porvenir de los combustibles fósiles, la mayor parte de los 190 países vieron consenso en la contraoferta que se publicó a las 7.20 en Dubái.
La primera y más directa conclusión es que no habrá una eliminación progresiva de los combustibles fósiles. Esta esperanza que tenían las organizaciones, activistas y varios países participantes de la COP 28, terminó como una decepción, pero parcial, porque no todas fueron malas noticias.
En lugar de eso, se planteó una determinación tan esperanzadora como laberíntica. Para no superar el aumento de 1,5° C de la temperatura global y cumplir el Acuerdo de París, se instó a hacer una “transición en la que se aleje de los combustibles fósiles”. En otras palabras, caminar lentamente a despegarnos del uso de gas, petróleo y carbón. Es un objetivo sin una fecha límite, ni una estrategia trazada, algo que no fortalece la plegaria.
“Es un piso ambicioso, pero nos debemos acercar al techo”, declaró Simon Stiell, Secretario Ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en conferencia de prensa minutos después de haber hablado en el podio del plenario en la COP 28. “Todavía nos dirigimos a un escenario de 3°C. El balance mundial nos dice que el progreso no es suficientemente rápido”, añadió
Otras metas del reporte fueron triplicar la capacidad instalada de energías renovables; duplicar la eficiencia en los sistemas energéticos; acelerar de manera sustancial la reducción de emisiones de otros gases, además del CO2 –aunque sólo mencionan el metano–; eliminar progresivamente los “subsidios ineficientes” sin atentar contra el acceso a la energía y la transición justa; reducir progresivamente la producción de carbón no abatido –que se refiere a atrapar de alguna manera los gases que se producen mientras se genera la energía– y acelerar el desarrollo de tecnologías bajas o nulas en la producción de carbono incluyendo también la captura de gases, la energía nuclear, el hidrógeno bajo en carbono y demás.
Como paquete, se podría pensar que es un avance comparado con otros años. Sin embargo, hay puntos que no se mencionaron explícitamente. No hablaron de una salida o una reducción progresiva de los combustibles fósiles.
“Si quisieran una salida de los fósiles lo dirían directamente, eso debilita el planteamiento”, opina en diálogo con LA NACION, Enrique Maurtua, asesor senior Independent Global Stocktake para América Latina.
El mensaje sobre la salida de los fósiles fue más bien difuso, y no termina de quedar claro cómo se pretende llegar a los objetivos del Acuerdo de París, pero por primera vez en la historia se mencionó la necesidad de dejar a todos estos combustibles.
“Hay una señal clara de qué fósiles van de salida. Si analizás la historia de esta conversación, hace un año no había lenguaje de fósiles sobre la mesa. Ahora se habla de eliminarlos de sistemas energéticos, no solo de generación de energía”, señala Maurtua.
Aún con ese acierto, entre las organizaciones ambientalistas preocupa que este documento invite a un retroceso en la acción climática. Uno de los puntos que puede influir en varios países de América Latina y de África es que en el documento se celebra el uso de “combustibles de transición”.
“La mención a estos combustibles es preocupante porque deja espacio para que distracciones peligrosas, como el gas fósil, obstaculicen la transición hacia las energías renovables”, explica Peri Días representante latinoamericano para 350.org.
Por este debate, los representantes de todos los países asistentes trasnocharon con discusiones complejas y técnicas. Una palabra de más, una coma de menos… cada detalle podía determinar un beneficio, un interés o una desventaja que impactaría en el futuro de la política climática global y en los modelos tanto energéticos como económicos de estas naciones.
En este documento se determina el camino para adelante, para actuar contra las extremas sequías, tormentas devastadoras, o tantos otros eventos asociados a la crisis climática. No obstante, también se trataron otros 19 documentos que incluyen el Fondo para Pérdidas y Daños, las metas globales de adaptación, la transición justa y un nuevo programa de trabajo para la mitigación de gases de efecto invernadero.
Además del histórico acuerdo, la COP 28 también rompió otros récords, pues fue por amplia diferencia la Conferencia del Clima con mayor número de asistentes. Según el medio especializado, Carbon Brief, más de 97,000 participantes tienen credenciales para asistir en persona a la Conferencia de las Partes (COP) de este año en Dubai. Este año, también por primera vez, se han designado 3,000 participantes exclusivamente virtuales, lo que eleva el total provisional de delegados para la COP28 a más de 100,000.
A partir de hoy, comienza un nuevo trabajo. La nueva presidencia, encabezada por Ilham Aliyev, deberá reunirse con todos los equipos técnicos y con las Partes para concretar la COP 29 en Azerbaiyán del año que viene. También avanzan los preparativos para la COP 30 en Brasil y la COP 16 de Biodiversidad en Colombia. Algo que representará una seguidilla de negociaciones climáticas en la región y se espera le de mayor peso en las negociaciones futuras.
Esta historia fue producida como parte de la Beca de Medios sobre Cambio Climático 2023, un programa de periodismo organizado por la Red de Periodismo de la Tierra de Internews y el Centro Stanley para la Paz y la Seguridad.
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