La Cruz Roja desplegará en Venezuela un operativo similar al aplicado en Siria
La organización internacional recibió la autorización del régimen de Maduro para iniciar el plan dentro de 15 días
PARA LA NACIONDaniel Lozano
CARACAS.- "El poder de la humanidad parece haber prevalecido". La Cruz Roja desplegará en Venezuela dentro de dos semanas una operación de ayuda humanitaria similar a la de Siria, tanto en el volumen de medicamentos, insumos y plantas eléctricas que repartirá en hospitales como en el número de voluntarios. Así lo anunció ayer en Caracas Francesco Rocca, presidente de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, tras el visto bueno de Nicolás Maduro.
Todos los dirigentes bolivarianos han negado hasta la saciedad durante los últimos años que su país, el de la "suprema felicidad revolucionaria", sufra tan evidente crisis humanitaria, convertida en bandera y lucha tanto de la sociedad como de la oposición venezolana. El Parlamento decretó la emergencia humanitaria en 2016, pero el Ejecutivo bolivariano desoyó esta decisión, igual que todas las demás.
La operación de la Cruz Roja, tantas veces desechada por el chavismo, llega casi dos meses después de que las fuerzas gubernamentales impidieran a sangre y fuego el paso de ayuda humanitaria internacional desde Colombia y Brasil.
"Contaremos con las condiciones legales para trabajar en el país para acceder a la ayuda humanitaria que se necesita. Eso no resuelve los problemas y nadie debe asumir que es la solución total", concretó Rocca, que cuenta con más de 2500 voluntarios.
Venezuela sufre una calamitosa situación social y económica, que repercute directamente en el servicio público de salud y en el desabastecimiento de medicinas. La Cruz Roja pretende actuar directamente en este sector, aunque no duda en limitar las expectativas, calificándolo como un inicio: "No se va a resolver el problema de salud en Venezuela".
La primera "inyección" humanitaria asistirá a 650.000 personas. "Esperamos ampliar esa posibilidad", vaticinó el presidente de la Cruz Roja, que comparó esta operación con la llevada a cabo en Siria en términos de la "escala de la acción humanitaria", matizó Rocca.
El primer objetivo es la recuperación de las plantas eléctricas de los hospitales, cuyo pésimo estado ha provocado un número de muertes todavía sin especificar durante los dos superapagones eléctricos de marzo. "Es una prioridad si no se puede hacer una diálisis y la gente está muriendo por esto", aclaró. "No se puede aceptar que niños mueran por falta de luz; no es una patología la falta de luz. Vamos a trabajar en la electricidad de los hospitales con todos nuestros especialistas", adelantó el funcionario de la ONG.
Desinversión, corrupción, pésima gestión, intervencionismo militar y la huida de sus técnicos más calificados ha convertido a uno de los mejores sistemas eléctricos del continente en el más vulnerable. Todavía ayer, varios estados solo recibían energía de forma intermitente, mientras el servicio de agua volvía a convertirse en un vía crucis.
La Cruz Roja anunció sin anestesia que está dispuesta a denunciar "toda la interferencia que pueda haber. Esta sociedad está muy politizada y no podemos hacer daño a nuestro emblema", advirtió Rocca, que adelantó que van a certificar cómo está la ayuda que el Parlamento y los gobiernos colombiano y brasileño han acopiado en las fronteras. "Si cumple con nuestro protocolo, claro que vamos a distribuir", anunció oficialmente.
La Iglesia Católica se sumó de inmediato a la iniciativa, que supone un giro radical y una luz de esperanza para el pueblo venezolano. "Apoyamos toda iniciativa humanitaria, pues lo importante y lo primero es la gente. Su dignidad y salud. La Cruz Roja Internacional intenta aliviar el sufrimiento de la gente como lo venimos haciendo desde Cáritas", aseguró el cardenal Baltazar Porras.
La noticia supone otra bomba informativa, una más, en medio del desafío del Parlamento y del presidente encargado, Juan Guaidó, contra el "hijo de Chávez". Y solo unas horas después de que el Grupo de Contacto, conformado por la Unión Europea y varios países de la región, adelantara que las negociaciones para la puesta en marcha de este canal humanitario estaban muy adelantadas.
"El anuncio de la Iglesia y la Cruz Roja sobre la entrada de la ayuda humanitaria es una gran conquista de nuestra lucha. ¡Y no nos detenemos! Vamos por la ayuda a nuestro sistema eléctrico y a preparar la Operación Libertad para cesar la usurpación", concluyó Guaidó.
"¡Es una gran noticia el anuncio de la Cruz Roja! ¡La ayuda humanitaria es una realidad para el país! Tenemos años alertando al mundo sobre la crisis en la que vive nuestro pueblo y la necesidad de un trabajo humanitario internacional", añadió el exgobernador Henrique Capriles, quien desde hace semanas se ha convertido en uno de los grandes defensores del presidente del Parlamento, ante las críticas de los radicales.
El gobierno intentó mitigar el alcance de esta noticia con la llegada al país desde China de un cargamento de 75 toneladas de insumos médicos (material quirúrgico, analgésicos y medicinas contra la diabetes).
El vicepresidente económico, Tareck El Aissami, encabezó el acto conmemorativo tras el aterrizaje del lote de ayuda de Pekín, lo que aprovechó para profundizar la retórica propagandística del chavismo: "Es un ejercicio de soberanía, independencia y dignidad. Estamos venciendo el pretendido cerco y bloqueo".
El dirigente oficialista aseguró que de esta forma queda inaugurado "un puente aéreo para que todas las medicinas lleguen", con lo que también queda en entredicho la otra excusa revolucionaria, que aseguraba que el desabastecimiento de medicamentos, que supera el 80% (solo se encuentran dos remedios de cada 10 que se buscan), se debía a las sanciones de Estados Unidos.
Tras el anuncio de la Cruz Roja queda al descubierto un largo rosario de declaraciones gubernamentales, que negaban de forma rotunda la crisis humanitaria y además la calificaban de la "excusa" inventada por Estados Unidos para invadir al país petrolero.ß
Por Daniel Lozano
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