La crueldad de EI se ensaña ahora con la Iglesia: un cura fue degollado en Francia
Dos jihadistas irrumpieron en un templo en Normandía y mataron a un sacerdote durante una toma de rehenes; grabaron el crimen en video antes de ser abatidos
PARÍS.- En un nuevo ataque que estremeció a Francia por su crueldad, dos terroristas del grupo jihadista Estado Islámico (EI) armados con cuchillos irrumpieron ayer en la iglesia de una pequeña ciudad del norte del país, degollaron a un sacerdote de 86 años e hirieron de extrema gravedad a otra persona, que se encuentra "entre la vida y la muerte". Ante la magnitud simbólica del atentado, el gobierno francés llamó a la población a "no caer en la trampa del enfrentamiento religioso".
Los dos atacantes fueron abatidos por la policía cuando salían del templo. El "innoble atentado terrorista" fue atribuido a EI por el presidente francés, François Hollande, que viajó inmediatamente al lugar de la tragedia, a 125 kilómetros de París: "Nos han declarado la guerra. Debemos hacer esa guerra contra el Estado Islámico con todos los medios disponibles", afirmó.
Poco después, el ataque fue reivindicado por EI a través de su agencia oficial de noticias Amaq, quién definió a los atacantes como sus "soldados".
El episodio ocurrió instantes después de las 10, cuando dos hombres armados con cuchillos irrumpieron en plena misa matinal y tomaron como rehenes al padre Jacques Hamel, a dos monjas y a dos fieles en una iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray, apacible localidad de 27.000 habitantes situada al sur de Rouen, en la región de Normandía. Una de las religiosas consiguió alertar a la policía e incluso pudo señalar el carácter extremista del ataque al decir que, al entrar al templo, los dos agresores gritaron "Allahu akbar" (Dios es grande).
La hermana Danielle relató más tarde las escenas terribles que se vivieron dentro del templo cuando se produjo el ataque: "Entraron por la puerta trasera gritando en árabe. Hicieron arrodillar al padre Jacques y lo degollaron. Todo el mundo en la iglesia gritaba pidiendo que renunciaran a ese espantoso acto. Fue entonces que me escapé, pensando que no me verían".
La religiosa agregó que, mientras asesinaban al sacerdote y trataban de hacer lo mismo con un segundo rehén, "los terroristas filmaban ese acto de barbarie".
Su pedido de auxilio permitió movilizar a la Brigada de Investigación e Intervención (BRI), que se desplazó en pocos minutos desde Rouen. Los miembros de ese cuerpo de élite de la policía rodearon la iglesia y abatieron a los agresores apenas salieron.
Uno de los atacantes -reconocido por algunos fieles e incluso por la policía- era originario de la misma localidad donde se produjo el ataque, y donde también reside su familia. Se trata de Adel Kermiche, nacido el 25 de marzo de 1997. En dos ocasiones intentó viajar a Siria en 2015. En el último intento fue expulsado de Turquía y devuelto a Francia, donde pasó cerca de un año en prisión. En marzo de 2016 fue liberado, sometido a control judicial y obligado a portar una pulsera electrónica en el tobillo. El ataque a la iglesia se produjo en las horas en que podía circular, entre 8.30 y 12.30. Por la tarde, las fuerzas del orden allanaron el domicilio de sus padres, detuvieron preventivamente a varias personas y se incautaron de gran cantidad de material.
Según fuentes de la sección anti-terrorista del Tribunal de París, que se ocupará del caso, otro menor fue detenido ayer por la tarde en las inmediaciones de la iglesia que, sin embargo, no habría participado en el ataque.
Sacerdote auxiliar de la parroquia Saint-Étienne-du-Rouvray, el padre Jacques Hamel estaba jubilado, había nacido en la ciudad normanda de Darnétal y fue ordenado en 1958. Muy apreciado en esa parroquia, el sacerdote había pasado más de diez años al servicio de la iglesia.
Durante su visita a la iglesia normanda, Hollande, acompañado de su ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, hizo una breva declaración en la que destacó la celeridad de los servicios policiales y de urgencia, y apeló una vez más a la unidad nacional. Hablando al país por la noche desde el palacio del Elíseo, el presidente reafirmó: "Atacar una iglesia, asesinar a un sacerdote, es profanar la república, sembrar el terror". Y repitió que "lo que quieren hacer los terroristas es dividirnos".
Una unidad que había estallado en pedazos la semana pasada después de los atentados de Niza, que costaron la vida a 84 personas. A medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2017, no sólo la oposición de derecha, sino sobre todo la extrema derecha del Frente Nacional (FN), acusan al gobierno de incompetencia. Hollande satisfizo algunas exigencias de la oposición al prolongar por seis meses -en vez de tres- el estado de emergencia, pero reiteró que no hará nada que viole el marco constitucional del Estado.
Por su parte, las autoridades religiosas llamaron ayer a "responder a la violencia con la plegaria", según palabras del arzobispo de Rouen. El papa Francisco envió sus condolencias y condenó el ataque, afirmando compartir el "dolor y el horror" sufridos por Francia.
El padre Jacques Hamel es la 230» víctima provocada en Francia por el terrorismo jihadista en los últimos 18 meses.
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