La crisis de Venezuela incomoda a Pedro Sánchez: entre la presión interna, las amenazas del chavismo y una difícil apuesta
El presidente socialista recibió esta semana a Edmundo González en la Moncloa, pero se resiste a reconocerlo como ganador por lo menos hasta que se pronuncie la UE en su conjunto; el bloque lo debatirá la semana próxima; las relaciones con Caracas están en máxima tensión
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MADRID.- El aterrizaje de Edmundo González Urrutia en España causó temblores para el gobierno de Pedro Sánchez durante los últimos días y promete réplicas durante la próxima semana en la Unión Europea. Luego de aceitar las negociaciones con el gobierno de Nicolás Maduro para facilitar la salida del candidato de la oposición venezolana, el presidente español quedó a la defensiva. El Congreso de los Diputados aprobó el miércoles una declaración no vinculante para declarar al exdiplomático como el ganador de las elecciones, pero Sánchez resiste en su postura de que esa decisión debe ser tomada por consenso con todo el bloque regional.
El conflicto venezolano le permitió al conservador Partido Popular (PP) ganar una votación en el Parlamento español para debilitar al gobierno socialista, pero además le abrió una agenda europea para continuar con la presión internacional sobre el régimen de Maduro. Los populares pretenden que ahora sea el Parlamento Europeo quien declare a González Urrutia como presidente electo de Venezuela y, así, sumar otra declaración no vinculante en el escenario internacional, como ya hicieron Estados Unidos y la Argentina, entre otros países.
El horizonte para González Urrutia, sin embargo, no aparece tan claro en el tablero internacional. Bruselas todavía mantiene fresco el recuerdo de Juan Guidó, quien se proclamó “presidente encargado” de Venezuela a instancias de la Asamblea Nacional de ese país y luego fue reconocido por la Unión Europea. Lejos de lograr el efecto deseado, esa medida complicó las relaciones con Maduro, que buscó reforzar sus alianzas con Rusia y China. Ese recuerdo amargo para la oposición venezolana es uno de los argumentos utilizados por Sánchez para dilatar el reconocimiento del dirigente opositor.
“Aquí tenemos que remarcar una diferencia importantísima con Guaidó: a González Urrutia lo respaldan ocho millones de votos”, advirtió Carmen Beatriz Fernández, profesora de Comunicación Política en la Universidad de Pforzheim, Alemania. “El problema en España es que tomaron el tema para su política interna y cada quien va llevando la brasa para su propia sardina. Aunque pensando estratégicamente es mejor un González Urrutia reconocido por los 27 países de la Unión Europa por una consenso que distintas declaraciones aisladas”, agregó la académica.
El venezolano Aldo De Santis, especialista en Derecho Constitucional por la Universidad de Salamanca, coincide: aún lejos de Caracas, los votos son la fortaleza de González Urrutia. Y recuerda lo que ocurrió el jueves, cuando Sánchez recibió al opositor venezolano en el palacio de gobierno español. “Hay un metamensaje muy claro: La Moncloa está reservada para funcionarios oficiales, presidentes, ministros. Y allí fue recibido González Urrutia. No fue un encuentro partidario; es un encuentro de Estado”, explicó. Y recordó que el presidente español recibió a Juan Guaidó en la Casa de América y al excandidato presidencial Leopoldo López en la sede central del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Como un déjà vu, apenas horas después de que el Congreso español aprobara su declaración de apoyo a González Urrutia, del otro lado del océano fue Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, llamó a romper relaciones diplomáticas y comerciales con España. Y el jueves, el gobierno de Maduro anunció que llamó a consultas a su embajadora en Madrid y que convocó al embajador español en Caracas, Ramón Santos, a la sede de la Cancillería, tensando aún más el vínculo.
“Esto suena más a fuegos de artificio que a realidad”, señaló Fernández. “Lo que pasa hoy en Europa ni aleja ni acerca a Maduro a una mesa de negociaciones, que es lo que verdaderamente necesita la democracia venezolana para que se pueda cumplir el resultado de las elecciones”, estimó.
El debate en la UE
La hoja de ruta del Partido Popular está clara: presentarán el martes el texto para apoyar a González Urrutia ante el Parlamento Europeo e intentarán negociar una declaración aún más contundente que la aprobada en España. La votación será el jueves y esperan contar con un apoyo masivo, lo que les permitiría imponerse en el recinto de Estrasburgo. Alcanzarían más de 500 votos sobre los 650 totales, indicaron fuentes parlamentarias a LA NACION.
¿Qué efecto tendría esta declaración? Será otro reconocimiento simbólico. Muy distinto sería, por ejemplo, que la Comisión de Europa, el órgano compuesto por todos los presidentes del bloque, ordenara pronunciarse, aunque las fuentes consultadas lo estimaron como muy poco probable.
Sánchez sostiene que lo mejor es llevar el conflicto con más cautela. Eso implica no reconocer a Maduro como presidente electo, pero tampoco pronunciarse en favor del candidato opositor. Esa postura -sostienen desde el socialismo español- permitirá mantener vías de negociación abiertas para una posible salida de Maduro del gobierno desde ahora al próximo 10 de enero, cuando debería dejar el Palacio de Miraflores.
“Para que una persona se siente a negociar tiene que quererlo o necesitarlo. Maduro no quiere y todavía no lo necesita”, reflexionó De Santis. “Tendrán que hacer lo necesario para que se vea en la obligación de sentarse a negociar. Una declaración del Parlamento Europeo no alcanza, hace falta que ocurran más cosas”, dijo. Y puso como ejemplo algunas de las medidas que se tomaron con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, después de la invasión a Ucrania. “Una investigación desde Bruselas que permita bloquear los fondos de los testaferros del chavismo en toda la Unión Europea podría acercar a Maduro a esa mesa de negociación”, arriesgó.
La académica Fernández coincidió en que presionar al entorno de Maduro es una buena herramienta y recordó que esta semana Estados Unidos extendió la lista de sanciones a 16 personas cercanas. “La presión sobre su gente desencadena movimientos y nerviosismo en su círculo íntimo”, opinó.
Las sanciones anunciadas el jueves por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyen ahora a las autoridades del Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, las instituciones que estuvieron a cargo del fraude en las últimas elecciones presidenciales. Pero también se extendió a funcionarios de inteligencia, cargos militares y del gobierno, identificados por las autoridades estadounidenses como los responsables de la represión, detención y censura a los opositores después de los comicios.
Mientras tanto, González Urrutia transitó su primera semana en Madrid junto a su familia en un departamento provisto por el Estado español para funcionarios extranjeros. Su hija Carolina vive en esta capital hace una década. El exdiplomático aprovechó sus primeros días para descansar y para normalizar su niveles de presión arterial después de algunos problemas durante sus últimas semanas en Caracas, indicaron a LA NACION fuentes de su entorno.
Este viernes, González se reunió –por separado- con los expresidentes Felipe González, del PSOE, y Mariano Rajoy, del PP. Ambos lo consideraron presidente electo de Venezuela. Mientras tanto, el candidato analiza por estas horas si viajaba el martes a Estrasburgo mientras el Parlamento Europeo da los primeros pasos para reconocerlo como el ganador de las elecciones en Venezuela.
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