La crisis amenaza la campaña de Obama
El 80% de los norteamericanos cree que la economía va en el camino equivocado; Mitt Romney lo supera en intención de voto
WASHINGTON.– La campaña para la reelección de Barack Obama se transforma, cada vez más, en un camino de espinas.
Sondeos publicados ayer muestran que los norteamericanos no están nada contentos con su gobierno, la crisis global amenaza su campaña, su estrategia de castigar todo el día a Mitt Romney no da frutos y, con todo eso –como frutilla del postre–, los demócratas, con un miedo creciente, empiezan a pelearse entre sí.
"Se está equivocando con la campaña y, si sigue así y no corrige, va a perder las elecciones", fue el torpedo que dispararon ayer James Carville y Stan Greenberg, dos ex pesos pesados en el equipo electoral del ex presidente Bill Clinton.
Algunos quisieron ver allí un síntoma de "rebelión clintoniana" en el durísimo informe. Pero más allá de que eso podría ser exagerado, sí es revelador de un clima de nerviosismo y hasta de miedo en las filas demócratas que, hasta hace muy poco, parecían tener mucha más confianza en la estrella del presidente.
Lo que es evidente es que estos días no son de magia. La oratoria de Obama no alcanza para mitigar dos movimientos que se enlazan en una pinza fatal: por un lado, su imagen no deja de caer; por el otro, crece la insatisfacción por la marcha de la economía. Juntas, ambas variables son verdadera dinamita.
De acuerdo con un sondeo de Gallup, sólo el 20% de los norteamericanos está satisfecho con la marcha de la economía. Con ser grave, el dato es aún más inquietante si se tiene en cuenta que ese nivel bajó cuatro puntos respecto del mes anterior. "Es una caída muy abrupta", dijeron los analistas de la encuestadora.
Del otro lado, un estudio de Reuters con la consultora Ipsos difundido ayer reveló que el nivel de aceptación de Obama está en el punto más bajo desde enero último, al situarse en el 47%. "La economía se está poniendo muy difícil y eso, en gran medida, es lo que decidirá el resultado de noviembre", dijo Chris Jackson, uno de los responsables del estudio.
El mismo sondeo señaló además que el republicano Romney superaría por un punto porcentual al presidente en intención de voto para las elecciones de noviembre próximo.
El mal ambiente alimenta las dudas y, puertas adentro del oficialismo, las disputas. Desde lo que fue el entorno de Clinton se insiste en que Obama "no la pega" con el discurso de campaña, que no conecta con el electorado independiente y que, para ello, lo mejor que puede hacer es dejar de machacar a Romney, un día sí y otro también, para concentrarse en "dar esperanza".
Los tiempos cambian. Si hace cuatro años, cuando buscaba su histórica llegada a la Casa Blanca, Obama repetía la palabra "esperanza" como un mantra, hoy el término casi ni figura en los discursos presidenciales.
Se concentra, en cambio, en plantear la cita de noviembre como "una opción de fuego" entre dos formas de hacer las cosas: la acertada o la vía "chupasangre" del republicano.
"Obama corre el riesgo de ser percibido como una persona que perdió contacto con los problemas del norteamericano promedio si sigue hablando de una supuesta mejora económica que la gente no ve", dice el documento de Carville y Greenberg. El informe habla de algo que en la Argentina suena mucho: la necesidad de una nueva "narrativa" presidencial.
"Falta mucho para noviembre y en cinco meses el péndulo seguramente irá varias veces hacia un lado y hacia el otro. Pero, en este momento, está yendo en el sentido que no nos conviene", dice el informe.
En el escenario general, Romney, en cambio, parece gozar de un momento de buena racha. Su popularidad aumenta y, por momentos, es mayor que la de Obama. El mes pasado superó al presidente en capacidad de recaudación de fondos y eso, también, fue un duro revés para los demócratas.
"Todas las campañas son distintas y varían. Pero en esta ocasión hay muchas cosas en común con la de James Carter cuando, en 1980, intentó en vano la reelección", dijo el estratega republicano Frank Donatelli.
Consultado por La Nacion, el analista recordó así el difícil escenario económico de Carter tras su primer mandato y la estrategia de castigo al entonces contendiente Ronald Reagan. "Un discurso que no fue capaz de conmover al votante promedio", dijo. Hoy Carter, ganador del premio Nobel de la Paz, igual que Obama, es considerado más por su calidad humana que por su don de liderazgo. Pero en estos días, los demócratas que trabajan para la campaña no quieren saber nada que se los recuerde.
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