La Corte frenó la disputa por un beso gay en un cómic
El alcalde de Río de Janeiro había pedido confiscar los ejemplares
RÍO DE JANEIRO (De nuestro corresponsal).- La Corte Suprema de Brasil puso ayer freno a la intención del conservador alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, de confiscar de la Bienal del Libro ejemplares de una historieta juvenil que mostraba un beso entre dos personajes masculinos.
Tras la insólita batalla judicial que se desarrolló a nivel estatal entre el viernes y el sábado, el presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), José Antonio Dias Toffoli, aceptó un pedido de la saliente procuradora general de la República, Raquel Dodge, para anular el fallo del día anterior del titular del Tribunal de Justicia de Río de Janeiro, Claudio de Mello Tavares, quien había respaldado la orden del alcalde de retirar de circulación el cómic Vengadores - La Cruzada de los Niños por considerarlo "material inapropiado" para menores.
Según Dias Toffoli, el magistrado de instancia inferior "hirió al mismo tiempo la estricta legalidad y el principio de igualdad", ya que vinculó las relaciones homoafectivas a contenido inadecuado para niños y adolescentes cuando el propio STF reconoce desde 2011 que las parejas del mismo sexo tienen los mismos derechos que las heterosexuales, y en junio último la Corte incluso criminalizó la homofobia, a la que encuadró igual que el racismo.
"El régimen democrático presupone un ambiente de libre tránsito de ideas, en el cual todos tengan derecho a voz", subrayó el juez del STF.
La polémica había comenzado el jueves por la noche, cuando Crivella -un expastor evangélico que ha criticado incluso el Carnaval carioca- adelantó por sus redes sociales que ordenaría a agentes municipales ir a la Bienal del Libro para decomisar la historieta creada en 2005 por Allan Heinberg y Jim Cheung para Marvel, por exhibir contenido de "homotransexualismo" sin advertencias.
El libro ilustraba una escena en la que dos de sus personajes masculinos que son gays, los superhéroes juveniles Wiccan y Hulkling, se daban un beso totalmente vestidos. Sin embargo, según el alcalde, la obra violaba las normas del Estatuto del Niño y el Adolescente y solo podía ser vendida si estuviese lacrada y con un aviso sobre su contenido. El tiro le salió por la culata.
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