La Corte dejó a Bush más cerca de la presidencia
El fallo objeta el recuento en Florida
WASHINGTON.- Después de un día de gran misterio y tensión, la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos entregó anoche un fallo que golpeó de manera casi definitiva al vicepresidente Al Gore, y pareció darle el empujón final al candidato republicano, George W. Bush, en su carrera hacia la Casa Blanca.
Una mayoría de siete sobre nueve jueces objetó el remedio que había ofrecido el máximo tribunal de Florida -el recuento parcial de poco más de 43 mil votos- y le devolvió la causa.
Pero la Corte Suprema de Justicia no pudo mantener la apariencia de unidad ante una decisión histórica y fueron los cinco miembros del bloque más conservador los que reforzaron los plazos que dejaron a Gore en un callejón casi sin salida.
Ayer vencía el plazo para que Florida eligiera a sus electores, y al dejarlo en firme, los cinco más convervadores parecieron entregarle a la Corte Suprema de Florida un fallo que los deja con las manos atadas, sin la chance de ofrecer otra solución.
El fallo era tan complejo que, una hora después de su difusión, los abogados seguían intentado interpretarlo. Pero Laurence Tribe, que formó parte del equipo legal de Gore y es uno de los mayores expertos en derecho constitucional, dijo sin rodeos que había sido un fracaso y llamó a Gore a admitir su derrota.
Para el vicepresidente, cuyas esperanzas estaban depositadas en el recuento manual de votos que el tribunal objetó, fueron a todas luces muy malas noticias. Al cierre de esta segunda edición, el candidato demócrata preservaba el silencio, pero sus asesores dijeron: "Esto se ve muy mal".
La decisión no parecía haber logrado tampoco cerrar las divisiones profundas que provocó el tema en la Corte Suprema de Justicia.
"Nunca sabremos con certeza quién ganó la presidencia, pero si sabemos quién perdió, y es la confianza en los jueces como un árbitro imparcial del sistema", escribió Stevens, uno de los magistrados que disintió con la mayoría.
A las diez de la noche en Washington (la medianoche en la Argentina), la Corte Suprema de Justicia difundió el fallo de 37 páginas que terminó con un largo día de nervios y ansiedad, en la etapa final de esta pelea por la Casa Blanca que ya había ingresado en su quinta semana.
Los periodistas que habían pasado todo el día de guardia esperando la decisión empezaron a leer de manera salteada, y desesperada, intentado descubrir quién había ganado, si Gore o Bush.
El lenguaje jurídico no entregó respuestas tan sencillas, aunque pronto llegaron a la conclusión de que eran muy buenas noticias para Bush, que ya había empezado a trabajar en el discurso de tono conciliador que tiene previsto leer en cuanto su último obstáculo en el camino a la Casa Blanca se haya despejado.
La mayoría en la Corte Suprema consideró que el recuento no puede ser conducido sin una violación de igualdad de protección a la ley, por la cual todos los votos debían ser conducidos de la misma manera, con el mismo criterio.
Mientras tanto, la Legislatura de Florida avanzó ayer con una medida que le hubiera servido a Bush como un seguro si la decisión no lo favorecía. La Cámara de Representantes de Florida, dominada por una sólida mayoría de republicanos, le dio media sanción a una resolución para designar a modo preventivo electores fieles a Bush.
Aún para los parámetros de esta batalla tan impredecible, ayer corrieron horas de enorme tensión, porque la expectativa dominante a lo largo de todo el día fue que la corte podía difundir su fallo en cualquier minuto.
Por primera vez en la historia, el máximo tribunal del país se encontró como el último árbitro de una disputa presidencial.
El alto tribunal de Florida había clausurado horas antes cualquier otro camino alternativo para prolongar la pelea de Gore, al rechazar la apelación de los dos casos sobre irregularidades cometidas con los votos que llegaron desde el exterior.
Los dirigentes demócratas de los condados de Seminole y de Martin habían impulsado las causas sin el apoyo formal del vicepresidente, que por razones políticas prefirió mantener una cierta distancia del pedido para anualar unos 25 mil votos, en su mayoría de militares partidarios de Bush.
Las dos personas que escriben discursos para Gore ya habían empezado a trabajar sobre el lenguaje que tendría su discurso admitiendo la derrota, según dejaron trasceder miembros de su campaña.
Bush, por su parte, pasó casi todo el día en su residencia de gobernador de Texas, lejos de las cámaras, y con una actitud que uno de sus asesores describió como "cautelosamente optimista", mientras que en su campaña siguían trabajando en el borrador del discurso del triunfo.
La Corte Suprema de Justicia demoró 30 horas en emitir su fallo. Algunos expertos especularon ayer con que la demora podía explicarse por la necesidad de la Corte Suprema de buscar un consenso que legitimara su decisión frente a una sociedad que miró con recelo la decisión de los cinco miembros más conservadores que le dieron un triunfo transitorio al candidato republicano al suspender el recuento.
Pero el máximo tribunal pareció tan dividido como el país, y si Bush finalmente se consagra como el presidente número 43 de los Estados Unidos, tendrá como primer desafío reafirmar su legitimidad y adoptar un mensaje conciliador que llegue a todos.
De hecho, James Baker, el ex secretario de Estado que representó a Bush en el recuento de Florida ya había adoptado anoche un discurso mucho más conciliador y en lugar de asumir un tono triunfalista dijo de manera muy contenida que el candidato republicano se encontraba "aliviado".
Bush ya no tendrá tiempo para grandes festejos ni celebraciones, porque si Gore admite hoy su derrota, se encontrará con un triunfo opacado por su derrota en el voto popular (el vicepresidente obtuvo más de 300 mil votos de diferencia) y con una mayoría tan ajustada como polémica en el Colegio Electoral.
Bill Clinton termina su mandato el 20 de enero, y todo parecía indicar anoche que tendrá que transferirle el poder al hijo del ex presidente George Bush, a quien el mismo sucedió en 1992.
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