La corrupción, la eterna cuenta pendiente de Rusia
Putin lanzó iniciativas para combatirla, pero la oposición lo acusa de ser el "padre" del problema
El presidente Vladimir Putin consolidó a Rusia como una de las mayores potencias militares, económicas y políticas del planeta. Pero los índices de corrupción llevaron al país al mismo nivel de Sierra Leona y Tanzania. Coimas y "retornos" cuestan a la Federación Rusa un tercio de su PBI, según el Kremlin, y hasta el propio Putin bromeó con que la corrupción es una "tradición" local.
El zar Pedro el Grande, ya en el siglo XVIII, había advertido que si hubiera que fusilar a todos los corruptos del país, "posiblemente nos quedaríamos sin súbditos".
Y aunque hay un gran debate sobre si Putin es parte del problema o de la solución, la broma no fue exagerada. El presidente afirmó que gracias a su Plan Nacional Anticorrupción, sólo en el último año se condenó a 8000 personas y 11.000 funcionarios fueron penalizados por "violar las normas anticorrupción". Los casos más resonantes sucedieron con los gobernadores de las remotas regiones de Kirov, Komi y Sakhalin, que confiados en el viejo dicho "Dios está muy arriba, y el zar está muy lejos" se dedicaban a extorsionar a las empresas que trabajaban con la gobernación.
Pero lejos de ser fenómeno exclusivo de los grandes jerarcas, cualquier ruso sabe que una vzyatka (slang para "coima") es la puerta que puede abrir una vacante en la escuela para sus hijos, adelantar el turno médico o facilitar la licencia de conducción.
Así lo confirmó en diálogo telefónico con LA NACION Ilia Shumanov, vicedirector de Transparencia Internacional Rusia, la organización que ubica al país en el puesto 119° entre 168 países, un listado encabezado por Dinamarca, Finlandia y Suecia, percibidos como los países menos corruptos.
"En Rusia, la corrupción se relaciona de manera inversamente proporcional con la jerarquía de los funcionarios. Cuanto más alto el cargo, menor probabilidad de que pueda ser coimero porque tiene que ver con la frecuencia con que se interactúa con la gente. A su vez, las autoridades regionales son mucho más «sucias» que las federales", dijo Shumanov.
El caso más paradigmático de la vida cotidiana rusa es la policía. No es necesaria una infracción para que un agente pida coima: la reclama directamente y de forma inescrupulosa.
Un chiste de la época soviética que no pierde vigencia dice que hay un sorteo en el departamento de policía. El tercer premio es la obra completa de Lenin; el segundo, una semana de vacaciones en el balneario de Sochi, en el Mar Negro, y el premio mayor, una semana en un retén policial para controlar vehículos en la ruta.
En un reciente reporte de la agencia Associated Press, un camionero que recorre habitualmente los 5000 kilómetros que separan San Petersburgo, en el noroeste del país, de Irkutsk, en la helada Siberia, estimaba entre 1000 y 1300 dólares el dinero extra que debía llevar en cada viaje para vzyatka de la policía.
Pero en Rusia, a diferencia de otros países, el Kremlin reconoce sin vueltas la corrupción como un flagelo. Putin hasta se permite bromear sobre el tema, y los casos más resonantes se ventilan en los medios.
La edición rusa de la revista internacional Esquire reveló que una pequeña ruta de montaña de 48 kilómetros que se construyó para los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014 costó casi 8000 millones de dólares (unos 1600 dólares el centímetro de ruta), lo mismo que hubiera salido untar ese asfalto con caviar beluga.
Para la investigadora Olga Khvostunova, del Instituto de la Rusia Moderna, Putin es parte y "padre" del problema. "Lo que él hizo es crear un gigantesco sistema de distribución de dinero con sus aliados", dijo a LA NACION.
"Las grandes corporaciones de Rusia son controladas por amigos de Putin: la petrolera Rosneft, la gasífera Gazprom, la armamentística Rostec y la de oleoductos Transneft. Y cuando apareció alguien independiente, como la exitosa petrolera Yukos, el CEO Mikhail Khodorkovsky terminó preso", expresó Khvostunova.
Anatoly Golubev, presidente del Comité de Lucha contra la Corrupción, una organización estatal creada por Putin, reconoció que "la corrupción es hoy una de las mayores amenazas a la seguridad nacional".
En diálogo con LA NACION, explicó las medidas legislativas implementadas por el gobierno y atribuyó las dificultades a "la falta de apoyo de parte de la sociedad y el sector privado".
Criticó también que la oposición use las acusaciones de corrupción para crear inestabilidad política. "Hasta que no pasemos de la confrontación a la cooperación no se va a solucionar este flagelo", concluyó.
Temas
Otras noticias de Rusia
Más leídas de El Mundo
Tiene capacidad nuclear. Qué se sabe del misil hipersónico "experimental" que Rusia lanzó contra Ucrania
“No sabemos quién puede ganar”. Balotaje en Uruguay: las encuestas muestran una diferencia que se achica y anticipan una noche de suspenso
Mensaje a Occidente. Putin hace temblar a Europa con un misil y evoca una guerra mundial: ¿qué busca?
"Chicos de la vergüenza". Frida, la cantante de ABBA que se convirtió en la cara más conocida de un plan racial nazi