La corrupción, la cuña que afecta a América Latina en la lucha contra el virus
A más de un año del primer caso positivo, la pandemia expuso las fortalezas y debilidades de los diferentes gobiernos al momento de enfrentar su gestión. América Latina, una de las regiones más afectadas por la pandemia según la ONU, podría tener un punto débil que dificultó su hoja de ruta para manejar la pandemia: la corrupción.
“La corrupción ocupa un papel clave en América Latina”, afirmó en conversación con LA NACION, Fiona Mackie, directora regional para América Latina y el Caribe en la Unidad de Inteligencia de The Economist.
Mirando en retrospectiva el desempeño de los países en el manejo de la pandemia, Mackie explica que no es posible establecer una relación causal directa entre el tipo de régimen y el éxito en confrontar al virus. “Pero podemos mirar algunas tendencias para encontrar una conexión”, explicó.
La clave está en las bases de lo que se considera una democracia plena. De acuerdo con el Índice de Democracia de The Economist, para que este régimen tenga sentido debe haber elecciones libres, libertades civiles, participación política y un buen funcionamiento del gobierno. Es en esta última categoría donde los países de la región fallan y esto repercute negativamente en el combate contra el coronavirus.
“Si ves particularmente la función de gobierno en el Índice de Democracia, en América Latina esta categoría -influida por la transparencia, las instituciones fuertes y la corrupción- suele tener peor puntaje que otras categorías y en otras regiones”, detalló Mackie.
“Si hay mucha corrupción, un gobierno que no funciona e instituciones débiles, se genera un círculo vicioso en el que las personas tienen una cultura política débil y no confían en la democracia”, explicó Mackie. De tal forma, la ciudadanía tenderá a responder menos a las decisiones del gobierno.
De acuerdo con el último reporte sobre efectividad del gobierno del Banco Mundial, América Latina registra un puntaje promedio de -0,32, en una escala de -2,5 puntos a 2,5 puntos, indicando si se trata de un gobierno débil o un gobierno fuerte respectivamente.
“Esto pasa mucho en América Latina”, continuó la directora regional. “La falta de acuerdo para lograr cohesión en las mejores políticas lo hace más difícil para fortalecer las instituciones, que ayudarían en las decisiones de política, de economía, en materia de salud, en todo lo necesario para [llevar a cabo] la vacuna y para combatir la pandemia”.
Casos comparativos
El Instituto Lowy de Sídney publicó un ranking con los países ganadores en la lucha contra el coronavirus. A la cabeza se encuentra Nueva Zelanda, un país que a la fecha solo tiene 2363 casos positivos y 26 muertos en lo que va de la pandemia. Le siguen Vietnam, Taiwán, Tailandia, Chipre, Ruanda, Islandia, Australia, Letonia y Sri Lanka.
El primer país latinoamericano figura recién en el puesto 12, representado por Uruguay.
“Claramente Asia parece haber realizado un mejor trabajo en manejar la pandemia. Si ves particularmente la función de gobierno en América Latina, es peor en esta categoría. Asia [a pesar de ser menos democrática que la región], es en particular mejor en el puntaje de la variable de funcionamiento del gobierno”, profundizó Mackie.
Brasil ocupa el último lugar, siendo el peor país de acuerdo con el Instituto Lowy en lograr apalear la crisis del coronavirus. Según el Banco Mundial, el puntaje promedio de efectividad del gobierno de Jair Bolsonaro es de -0,19.
Con una media de muertes por coronavirus superior a 1000 durante el último mes, Bolsonaro se enfrenta a una fuerte caída de su popularidad. Una encuesta publicada por el instituto MDA arroja que su imagen positiva perdió casi nueve puntos, con un valor de 32,9%, mientras que su evaluación negativa escaló ocho puntos en cuatro meses, alcanzando el 35,5%.
Por su parte, su homólogo uruguayo, Luis Lacalle Pou, mantuvo una alta popularidad en su primer año de gestión atribuida a su estrategia sanitaria, a pesar de haber recibido críticas por la demora de las vacunas. Uruguay no solo es el país que mejor manejó la pandemia en América Latina según el ranking, también es el más democrático según la Unidad de Inteligencia. El Banco Mundial puntúa su efectividad de gobierno con un 0,70.
“Uruguay viene bien controlando el virus en líneas generales, y una de las razones es porque tiene instituciones y consensos sociales muy fuerte, y cohesión social. Esto genera una respuesta del gobierno sólida en cuanto a la pandemia”, dijo Mackie.
La directora aclaró que indudablemente otros factores podrían influir: “Las economías más fuertes en América Latina seguro tendrán mejores resultados con la vacuna, por tener producción doméstica, capacidad de desarrollo y economías de escala. Entonces, no podemos decir que hay una correlación total entre el régimen y el éxito de la pandemia, pero sí hay algo importante en el poder de las instituciones”, concluyó.
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