La coronación de una nicaragüense como Miss Universo aviva la resistencia contra el régimen de Ortega
Cuando fue elegida el sábado pasado el gobierno habló de un “merecido orgullo”, pero la joven se convirtió en símbolo de la resistencia al sandinismo que ahora la llama “la golpista”
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MANAGUA.- En apenas una semana, la coronación de la joven nicaragüense Sheynnis Palacios como Miss Universo 2023 el 18 de noviembre pasó de ser “un lindo y merecido momento de orgullo y celebración” a “golpismo destructivo”, con graves consecuencias incluso para los organizadores locales del concurso de belleza.
Las palabras son de la vicepresidenta Rosario Murillo, esposa del mandatario Daniel Ortega, pero también una muestra del clima de polarización y resistencia que hay en el país contra el régimen de Nicaragua.
En la ceremonia final del certamen realizada en El Salvador, y donde estuvo el presidente Nayib Bukele, Palacios quedó por delante de la representante de Tailandia y primera finalista, Anntonia Porsild, mientras que como segunda finalista fue elegida Moraya Wilson, de Australia. El grupo de las primeras cinco fue completado por Puerto Rico y Colombia.
La condecoración entró casi desde el primer momento en el plano político cuando miles de personas se lanzaron a las calles de Managua y otras ciudades la noche del sábado para celebrar a su primera Miss Universo, pese a que las protestas están prohibidas por la policía nicaragüense desde hace cinco años.
Y desde entonces, no han parado de surgir detalles o gestos sobre la vida, perfil y opinión de Palacios que dejan en evidencia cuestionadas decisiones y actuaciones del gobierno contra sus críticos.
La nueva Miss Universo no hizo ningún pronunciamiento desde la ceremonia de coronación más allá de hablar de su pasado y de su vocación. Tampoco se divulgó su agenda y se desconoce si regresará próximamente a Nicaragua. Al día siguiente de su coronación, Palacios viajó a Miami y, el martes, se trasladó a Ciudad de México, sede de Miss Universo 2024, donde dentro de un año entregará su reinado.
Pero las autoridades nicaragüenses sí han lanzado críticas y cuestionamientos.
Además de los comentarios del miércoles de la vicepresidenta Murillo ante la incesante proyección de Palacios en los medios críticos al gobierno -a los que llamó “vampiros”, “víboras” y “golpistas fracasados”-, voceros del oficialismo criticaron a la Miss Universo 2023 refiriéndose a ella como “la golpista”.
La descalificación sobrevino tras la divulgación de fotografías en redes sociales el mismo día del concurso de belleza que mostraban a la joven participando en protestas contra el gobierno de Daniel Ortega en 2018.
Activistas de la oposición la reivindicaron como “un símbolo de esperanza” y su reconocimiento en el certamen de belleza causó euforia y júbilo en Nicaragua.
Palacios, de 23 años y 1,80 metros de altura, es la primera centroamericana en ganar el certamen mundial de belleza.
Destierro de la organizadora del concurso
La primera consecuencia de la victoria de Palacios fue este jueves el destierro de Karen Celebertti, directora de la franquicia de Miss Nicaragua. La mujer regresaba junto a su hija de México, luego de participar en eventos relacionados a Miss Universo. Las autoridades migratorias del Aeropuerto Internacional Augusto Sandino le impidieron ingresar al país después que el avión de la línea Aeroméxico aterrizara en Managua.
Celebertti y su hija, tras varias horas de espera en la terminal aérea, fueron obligadas a regresar a México. La exmodelo dirige desde el año 2001 la franquicia de Miss Nicaragua.
Celebertti acompañó a Palacios durante la ceremonia en El Salvador y luego, tras conocerse el triunfo, viajó a México a participar en eventos del certamen, ya que la próxima edición se realizará en ese país. De acuerdo con una fuente cercana a la familia de Celebertti, la compañía Aeroméxico no les notificó vía correo electrónico la orden migratoria de no dejarlas ingresar a Nicaragua, tal como ha sucedido con otras personas a las que el régimen no ha dejado –ni permitido viajar siquiera– al país.
En horas de la tarde de este viernes, la Policía sandinista incluso allanó la casa de Celebertti y detuvo por varias horas a su esposo, Martín Argüello. El paradero del hombre fue desconocido. Luego quedó en libertad, aunque la ocupación de la vivienda en Managua persiste hasta la publicación de este artículo.
De acuerdo con diversos medios locales, la negación del ingreso de Celebertti a Nicaragua era una decisión tomada por los Ortega-Murillo desde el 17 de noviembre, un día antes de la gala central de Miss Universo. Incluso circuló la versión de que la propia miss Nicaragua también fue desterrada de facto, ya que circuló en redes sociales el correo electrónico en el que se le negaba el ingreso.
Carisma y sencillez
Carismática y sencilla, Palacios se graduó en 2022 en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Centroamericana (UCA, jesuita), donde obtuvo una beca por su excelencia académica. Aún entonces, vendía buñuelos a sus compañeros de clase para cubrir otros gastos en sus años de universitaria, según ha relatado en entrevistas de prensa.
En las redes circuló también otra foto suya, presumiendo orgullosa su título de comunicadora social emitido por la UCA en 2022. La foto fue tomada en el campus de la universidad jesuita, que Ortega clausuró y confiscó en agosto de este año tras ordenar el bloqueo de sus cuentas bancarias y acusarla de ser un “centro de terrorismo”.
#Nicaragua. ¡Sheynnis Palacios, Miss Universo 2023, muchas felicidades! ¡Gracias por hacer brillar en tu belleza el nombre de nuestra patria! ¡Gracias por llevar alegría a nuestro sufrido pueblo! ¡Gracias por hacernos tener esperanza en un futuro más hermoso para nuestro país!… pic.twitter.com/98zQhR1LCt
— Silvio José Báez (@silviojbaez) November 19, 2023
“¡Sheynnis Palacios, Miss Universo 2023, muchas felicidades! (…) ¡Gracias por llevar alegría a nuestro sufrido pueblo! ¡Gracias por hacernos tener esperanza en un futuro más hermoso para nuestro país!”, escribió en su cuenta de X monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua y primer religioso forzado por Ortega al exilio, en 2019.
En medios de prensa independientes nicaragüenses circuló esa misma noche la versión de que el gobierno de Nicaragua había ordenado impedir el ingreso de la joven al país pero que luego se retractó. Sin confirmar ni desmentir la información, el gobierno publicó un comunicado en el que saludó su elección como un “reconocimiento de la gracia, la inteligencia y las luchas cotidianas” de Nicaragua.
En las celebraciones en las calles, hubo largas caravanas de vehículos sonando sus bocinas y personas de a pie que no temieron ondear la bandera nacional azul y blanco, que fue satanizada por el gobierno de Ortega después de que se convirtiera en símbolo de las manifestaciones de 2018. Su exhibición pública le ha costado la cárcel a decenas de opositores.
Los colores de la bandera nicaragüense se lucieron también en el traje que usó Palacios la noche de su coronación: un vestido blanco decorado con perlas sobre el cual caía una túnica azul turquesa. Hubo quienes también vieron en ella la imagen de la virgen María, la Purísima nicaragüense venerada en un país mayoritariamente cristiano y donde el gobierno ha prohibido las procesiones católicas y tiene preso a un obispo, monseñor Rolando Álvarez, condenado a 26 años de cárcel en febrero pasado.
La elección de la nicaragüense como reina universal de belleza no parece algo casual. En los últimos años el certamen ha buscado mujeres con el perfil de Palacios: seguras, inteligentes, feministas, con licenciatura o posgrado, e interesadas en apoyar una o varias causas sociales.
En Managua, Sheynnis fue presentadora de televisión y creó un podcast llamado “Entiende tu mente”, para ayudar a jóvenes o niñas con problemas de ansiedad. Ella misma estuvo a punto de quitarse la vida. “Me hice daño en los brazos, me arranqué mi cabello”, ha dicho al confesar que padeció esa enfermedad y que la ha superado con terapia y ejercicios de respiración.
Nacida en un hogar humilde de la ciudad de Diriamba, a 42 kilómetros al sur de Managua, aprendió de su abuela a preparar nacatamales, un plato típico hecho a base de maíz y carne, y los deliciosos buñuelos, postre de yuca, queso y miel.
“Cualquier trabajo honrado enaltece y dignifica”, repite Palacios al referirse a su origen. Dice que lo aprendió de su madre, Raquel Cornejo, que crió sola a sus dos hijos y que no hace mucho se mudó a Estados Unidos aprovechando las facilidades otorgadas por el gobierno del presidente Joe Biden a inmigrantes nicaragüenses y venezolanos.
Agencia AP y diario El País, SL
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