La conmemoración de los 50 años del golpe de Pinochet provoca tensión en la izquierda chilena
La renuncia del asesor designado por el gobierno para abordar el aniversario de la acción militar, Patricio Fernández, sumó un nuevo episodio de desencuentro entre el Partido Comunista y algunos críticos del rol de la Unidad Popular
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SANTIAGO, Chile.– Cuando restan poco más de dos meses para la conmemoración de los 50 años del golpe militar que encabezó Augusto Pinochet junto con los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, la izquierda chilena comienza a experimentar tensión entre sus filas y desnudar sus diferencias internas en torno al hito que quebró el sistema democrático en Chile y que ocurrió el 11 de septiembre de 1973.
Un reflejo de este escenario convulsionado, quedó de manifiesto con la renuncia a su cargo del periodista y escritor Patricio Fernández como asesor designado por el gobierno para la conmemoración de los 50 años del golpe, y en medio de duras críticas del Partido Comunista y organizaciones de derechos humanos, que lo acusaron de “relativizar” la acción de los militares en una entrevista radial. La información fue confirmada a través de un comunicado de la Dirección de Comunicaciones y Prensa de la presidencia.
“El mandatario comprende las razones que han llevado a Patricio Fernández a tomar esta decisión y valora su espíritu democrático, su compromiso con los derechos humanos y agradece públicamente el rol que jugó en la organización y en la construcción del mensaje central de esta conmemoración, el que se resume en las palabras democracia, memoria y futuro”, indicó el texto proveniente del gobierno y al que el propio presidente Gabriel Boric se refirió.
“No tengo ninguna duda de que Patricio Fernández jamás justificaría el quiebre de la democracia en un golpe de Estado. Pero él entiende, y así lo asevera en su carta, que si su figura en este momento resulta un obstáculo para las actividades de conmemoración, decide dar un paso al costado. Yo lo respeto”, expresó el mandatario.
Las palabras que desencadenaron la salida de Fernández se produjeron durante una conversación que sostuvo el periodista y uno de los fundadores del quincenario satírico The Clinic en un programa de radio Universidad de Chile conducido por el premio nacional de Humanidades y Ciencias Sociales Manuel Antonio Garretón. En el espacio, el sociólogo le preguntó a Fernández si era posible encontrar en el marco de la conmemoración “mínimos comunes” cuando un “porcentaje no menor de la población te dice: ‘Eso (el golpe) fue necesario (...)’”.
“¿Cuál creo que es el empeño central al que estamos retados a estas alturas?”, introdujo Fernández, quien acto seguido enarboló su postura. “La historia podrá seguir discutiendo por qué sucedió o cuáles fueron las razones o motivaciones para el golpe de Estado. Eso lo vemos y lo vamos a seguir viendo. Lo que uno podría empujar, con todo el ímpetu y con toda la voluntad, es decir: ‘Okey, tú, los historiadores y los politólogos podrán discutir por qué y cómo se llegó a eso, pero lo que podríamos intentar acordar es que sucesos posteriores a ese golpe son inaceptables en cualquier pacto civilizatorio’”, señaló el también escritor.
De manera casi automática, los dichos del coordinador gubernamental provocaron diversas críticas por parte del propio Partido Comunista. “Hay una falta de rigor histórico o una socialización de un fenómeno que marca la historia de Chile y que insinúa una suerte de vacío, de ignorancia y de relativismo”, dijo el secretario general de la colectividad, Lautaro Carmona, mientras que colectividades de derechos humanos también rechazaron sus conceptos.
“Es inaceptable que un funcionario encargado de esta conmemoración relativice el golpe civil y militar y tenga un discurso en el cual hace aceptable discutir si la ruptura democrática es condenable o no”, señaló la Coordinadora de Organizaciones de Derechos Humanos y Memoria de la Provincia de Concepción, quienes exigieron ipso facto la salida de Fernández.
“La ilegitimidad originaria de la dictadura militar no se puede desconocer ni soslayar, porque una junta militar con los civiles cómplices se salió de los cauces constitucionales”, apuntó la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos.
Consciente de la batahola de sus dichos, el propio Fernández aclaró su versión. “Jamás he justificado el golpe. Muy muy por el contrario. Soy un convencido de que cuidar y defender la democracia es una tarea inclaudicable”, dijo.
Sin embargo, durante los últimos días la presión sobre el ahora exfuncionario fue en aumento y desde el Partido Comunista en particular aumentaron sus críticas y empujaron la renuncia definitiva de Fernández.
“Hemos presenciado una serie de declaraciones desafortunadas, y que terminan cayendo en el negacionismo”, señaló la diputada del PC por Bío Bío María Candelaria Acevedo, quien recordó el proyecto de ley que busca sancionar con castigo penal “a quienes justifiquen, aprueben o nieguen las violaciones de los derechos humanos” cometidas durante el régimen de Augusto Pinochet. “La hemos impulsado desde el PC y otros sectores de la izquierda”.
La salida de Fernández fomentó al instante diversas repercusiones. De hecho surgieron voces que se cuadraron con el periodista y que criticaron la forma en que el Partido Comunista y organizaciones afines abordaron la situación.
“El negacionismo del PC no acepta que en la sociedad chilena no hay una sola visión sobre el porqué del golpe de Estado. Buscan imponer una verdad oficial y eso no va a funcionar”, señaló Jorge Schaulsohn, histórico rostro de la ex-Concertación y fundador del Partido por la Democracia.
En tanto, desde la derecha también reaccionaron y desde la Unión Demócrata Independiente anunciaron la suspensión de su participación en las actividades relacionadas con el golpe. “Una vez más, el gobierno del presidente Gabriel Boric ha cedido a las indecentes presiones ejercidas por el Partido Comunista (PC)”, indicó una declaración conjunta firmada por un grupo de diputados.
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