La conexión argentina del gurú de Putin: ¿se inspiró su doctrina en el peronismo?
El filósofo Aleksandr Dugin, señalado por su influencia en el expansionismo ruso y con seguidores en el mundillo local, sostiene que las ideas de Juan Domingo Perón “son parecidas a los sueños de los patriotas rusos”
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El filósofo que vino del frío. Parafraseando una novela de espionaje de John le Carré, el título le cabe bien a Aleksandr Dugin, un intelectual ruso mejor conocido como “el gurú de Putin”, y que desde la invasión de Ucrania volvió a los primeros planos de la vida pública.
Dugin, promotor de una doctrina que fomenta un mundo multipolar que reemplace a Occidente, cada cual con sus propios valores telúricos, sabe castellano y viaja seguido a la Argentina. Incluso dedicó un libro a su visión del país: Logos Argentino. Metafísica de la Cruz del Sur.
Durante una conferencia en la Escuela Superior de Guerra Conjunta de las Fuerzas Armadas, en 2017, dijo, como diría otras veces, que le gustaba mucho la Argentina, su cultura, su filosofía, y “esta identidad profunda que se siente en Argentina a pesar de la modernización”.
La doctrina de Dugin se inscribe en un nacionalismo extremo, un discurso que ha sido bienvenido entre la extrema derecha en Europa y Estados Unidos, y tiene eco también en el país.
Su doctrina propone el reparto de poder por regiones, con hermanos mayores que manden y menores que los respeten. Ese reparto multipolar sería la alternativa al mundo dominado desde hace siglos por Occidente, y a las tres corrientes políticas que surcaron el siglo XX: el liberalismo, el comunismo y el fascismo.
Este mundo multipolar tendría la particularidad de que Rusia está llamada a ocupar uno de esos polos. Y un polo muy fuerte, tan fuerte que controle según su saber y entender a los países vecinos, como Ucrania.
Rusia y Ucrania, dijo Dugin durante otra visita, son “dos pueblos muy cercanos, ortodoxos, eslavos, los ucranianos son rusos occidentales, nosotros orientales”. Esa simbiosis con sus vecinos se denomina “euroasianismo”, y de acuerdo con su doctrina se debería emular en otras partes.
“La tarea de (re)crear un Logos latinoamericano completo depende de los propios latinoamericanos. Nosotros, partidarios del mundo multipolar y sinceros amigos de América Latina, solo podemos ayudar en la medida de nuestras fuerzas”, sostiene Dugin.
El filósofo y el general
Lo que llama la atención en sus visitas a este país, tan alejado de su polo de poder, es su constante mención a Juan Domingo Perón, por quien profesa admiración como una suerte de precursor de este tipo de clamor de poder multifocal, un poder que ponga las cosas en orden, por la fuerza si es necesario.
“Adoro el peronismo, una forma del pensamiento cercana a la Cuarta Teoría Política que yo defiendo y desarrollo. Por eso, cada viaje a Argentina para mí es grande, dichoso”, dijo. “Las ideas de Perón son tan universales, tan geniales, son tan parecidas a los sueños de los patriotas rusos que puedo ver mi identidad y mis valores reflejados en ellas”, señaló también.
Y todavía hay más: “Perón es genial. Es el profeta ontológico. Solo Perón ha visto profundamente en su visión el problema más importante de la humanidad: el del ser. Y la humanidad solo puede ser comunidad”.
¿Pero qué tanto se parecen estas doctrinas? ¿La postura de “la tercera posición”, por ejemplo, que tomaba distancia de Estados Unidos y de la Unión Soviética, las fuerzas dominantes del mundo que salía de la guerra, se parece a la división en barrios cerrados con afinidades culturales que sostiene Dugin? Quizás, más allá de su talante autoritario, no haya tanto en común con el estadista idealizado que tiene en mente el ruso.
“La mención que hace Dugin de Perón es para mí una muestra de la superficialidad de su pensamiento nacionalista e imperialista”, dijo a LA NACION el historiador israelí Raanan Rein, asiduo visitante de la Argentina y especialista en historia del peronismo. Rein se despachó sobre el asunto en un mail desde Berlín, donde estaba por dar una conferencia vinculada con ese período.
“No le atribuiría una importancia con respecto al análisis que hacemos de Perón y de su doctrina. Son afirmaciones que sirven más para entender la forma de pensamiento de este ideólogo ruso”, agregó Rein, profesor de la Universidad de Tel Aviv y autor de varios libros sobre el peronismo.
En sintonía con su propuesta de gobierno en el frente interno, Perón llamaba en política exterior al no alineamiento con los poderes de turno, Washington y Moscú, y, según se ha estudiado, sus llamados a la unidad continental se orientaban más bien a hacer causa común en desarrollo económico.
Peter Hakim, presidente emérito del think tank Diálogo Interamericano, coincidió con Rein sobre la doctrina de Dugin y su comparación con la doctrina peronista, y se permitió tomar en sorna la solidez de su postura.
“Podríamos definir lo que es la cuarta teoría o cuarta posición. Quizás sería China, que mantiene su amistad cercana con Rusia y critica a Estados Unidos y la OTAN, pero no elogia a Rusia ni hace mucho por asistirla en sus esfuerzos de guerra, salvo quizás por el lado económico”, dijo Hakim, consultado por LA NACION. “Y si hay una cuarta posición, entonces también podría haber una quinta, y por qué no una sexta, séptima, octava y novena. Así todo se vuelve tonto y superficial”, agregó.
Influencia
Como la única verdad es la realidad, más determinante que la exégesis de las palabras de Perón, una discusión interminable que da para todos los gustos y pareceres, la pregunta es hasta dónde llegará la influencia de Dugin en este rincón del mundo, donde tiene anfitriones amigos.
Dugin dijo sobre la salida de un libro suyo en Chile, que sus ideas “son bastante conocidas hoy en día en Brasil, Argentina, Perú, Colombia, Venezuela, Uruguay, México”.
El diario Folha señaló que Dugin tiene su propia barra de fans en Brasil, su torcida de seguidores. “Llamado por muchos «el ideólogo de Putin» y comparado en influencia con el brasileño Olavo de Carvalho [el mentor del presidente Jair Bolsonaro], Dugin ha venido dos veces a Brasil, habla portugués, fundó un centro de estudios en San Pablo y es un admirador de la música popular brasileña, la bossa nova y la literatura brasileña”, dijo Folha.
Y recordó que, durante una entrevista con ese medio en 2014, cuando el Kremlin se anexó Crimea, Dugin afirmó que Ucrania era un “Estado fallido creado artificialmente”. Lo mismo que dijo Putin previo a la invasión del 24 de febrero, seguida de bombas, destrucción y muerte.
Ese mismo año, durante una conferencia en la sede de la CGT, en Buenos Aires, Dugin sostuvo que “propiciamos la tradición y somos antiliberales y antimodernos”. Eso incluye a sus compañeros de ruta locales, quienes, como dijo otra fuente a LA NACION, comparten su visión antiliberal, antimaterialista y antiimperialista. Esto último, el antimperialismo, es siempre en alusión a Estados Unidos, nunca a Rusia.
¿Qué diría el general sobre la adoración del filósofo de las estepas? Imposible saberlo. Perón cambiaba sobre la marcha, adaptaba su discurso y tenía dichos para todo. Puestos a adivinar, le podría enviar una de sus frases a Putin: “Cuando un conductor cree que ha llegado a ser enviado de Dios, comienza a perderse”.
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