La clásica estrategia militar de Ucrania frente a las fuerzas rusas que logró cambiar el curso de la guerra
Con una combinación de operaciones tradicionales y una ágil toma de decisiones en el campo de batalla, los ucranianos están sacando provecho de la incompetencia y la rígida jerarquía de mando de las fuerzas rusas
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KIEV.- A ocho meses de la invasión desde Rusia, la incipiente estrategia ucraniana parece combinar operaciones militares clásicas con un excelente sentido de la oportunidad en el campo de batalla, para sacar provecho de la incompetencia de las fuerzas rusas, y están cambiando el curso de la guerra…
La estructura de mando de Ucrania alienta la toma de decisiones rápidas en el campo de batalla de los oficiales de menor rango, una autoridad que les permite aprovechar las oportunidades que se presentan en el momento y sacar ventaja de las debilidades del enemigo.
Los movimientos de los rusos, por el contrario, se ven frenados por la estructura de toma de decisiones de la era soviética, donde las órdenes van bajando por la cadena de mando desde Moscú, y las tropas en el frente no tienen la facultad de toman la iniciativa.
En pocas semanas, Ucrania ha limpiado de fuerzas rusas miles de kilómetros cuadrados en la región del Kharkiv, en el noreste del país, y ahora avanzan hacia el sur, hacia la ciudad ocupada de Kherson, la capital regional.
Más que engancharse directamente con el desgastante intercambio de fuego de artillería y la guerra de tanques que prefiere Rusia, Ucrania busca rodear a las fuerzas del Kremlin y cortar sus líneas de suministros. Los ucranianos han logrado integrar eficazmente sus equipos de la era soviética con la artillería de precisión de largo alcance y los sistemas de cohetes provistos por Occidente, para dejar a su enemigo sin suministro de combustible, municiones y pertrechos.
El sábado fue severamente dañado un puente construido por los rusos que los conecta con Crimea y que era crucial para el abastecimiento de las fuerzas rusas en la península, una explosión de la que el Kremlin acusa a Ucrania. El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo el lunes que respondería el ataque, horas después de que sus fuerzas lanzaran una descarga de misiles que impactó en construcciones civiles e infraestructura energética de Kiev y otras ciudades. Rusia niega haber apuntado contra civiles y edificios residenciales.
Putin ha respondido a los reveses sufridos en el campo de batalla con una leva militar políticamente arriesgada de cientos de miles de reservistas civiles, y parece estar preparándose para una campaña militar a largo plazo.
Plan coordinado
Aunque Moscú todavía retiene gran parte del territorio que ocupó desde los inicios de la guerra y nadie sabe cómo ni cuándo terminará el conflicto, los historiadores militares occidentales dicen que los éxitos de Ucrania en el campo de batalla serán objeto de estudio por largo tiempo, y hacen un paralelismo con las estrategias militares clásicas utilizadas en los principales conflictos del siglo pasado.
Los avances ucranianos en el este y el sur del país parecían operaciones independientes, pero en retrospectiva resultaron ser parte de un plan coordinado. “Lo veo como parte de un todo”, dice Phillips O’Brien, profesor de estudios estratégicos en la Universidad de St. Andrews, Escocia.
Ya en agosto, Ucrania dejó entrever sus planes de avanzar hacia Kherson. A modo de respuesta, Rusia reforzó su frente sur con miles de sus tropas más experimentadas.
La decisión de Moscú revela la importancia económica de la región, que controla el acceso y el suministro de agua a la Crimea anexada por Rusia. Pero al trasladar sus tropas a ese lugar, dejó desguarecido el frente oriental. La región de Kharkiv, por lo tanto, se quedó con una sola línea de defensa, manejada mayormente por tropas de bajo rendimiento de los enclaves separatistas cercanos controlados por Rusia.
Las fuerzas ucranianas aprovecharon la debilidad de esas defensas y el mes pasado lanzaron una avanzada sorpresa sobre Kharkiv. Cuando lograron abrir una brecha en esa línea de defensa, recuperaron miles de kilómetros cuadrados de territorio y los rusos se retiraron en desbandada. El ataque logró una victoria que levantó la moral de las tropas de Ucrania, y también consolidó la posición de Ucrania ante sus aliados occidentales.
O’Brien dice que el embate sobre Kharkiv fue posible gracias a la operación previa realizada en Kherson.
Los historiadores militares dicen que la derrota de las fuerzas rusas en el frente de Kharkiv frente a un adversario con gran movilidad -lo que se conoce como “guerra de maniobras”-, tiene reminiscencias de ejemplos clásicos de la estrategia militar del siglo XX.
François Heisbourg, asesor de defensa de la Fundación para la Investigación Estratégica, con sede en París, lo compara con el cruce del río Mosa del general alemán Heinz Guderian en Bélgica, contra las fuerzas francesas en mayo de 1940. El cruce del Mosa abrió el camino para el rápido avance de los blindados alemanes sobre el resto de Bélgica y el norte de Francia.
Heisbourg también cita el movimiento sorpresa del mayor general israelí Ariel Sharon sobre el Canal de Suez en la guerra de Yom Kippur de 1973, una operación que volcó decisivamente la balanza de la guerra a favor de Israel.
Mientras las fuerzas ucranianas penetraban rápidamente en Kharkiv, el frente de Kherson se fue moviendo lentamente. Al enfrentarse a una fuerza más grande y eficaz que las de Kharkiv, las tropas ucranianas apelaron a desgastar durante semanas la resistencia rusa, atacando arsenales, depósitos de suministros y puentes sobre el río Dniéper, que dejaron aislados a miles de soldados rusos en Kherson y sus alrededores.
Tras asegurarse una cabeza de puente en la ribera oriental del río Inhulets, en octubre las tropas ucranianas comenzaron a ejercer presión sobre la orilla occidental del Dniéper, amenazando con un movimiento de pinzas que rodearía a las fuerzas rusas, y forzando su repliegue.
Agilidad y armamento
Mick Ryan, estratega militar y mayor general retirado del ejército australiano, dice que Ucrania ha secuenciado sus campañas, con excelentes resultados.
Ryan describe la metodología ucraniana como una “estrategia de corrosión”: el vaciamiento de la capacidad física, moral e intelectual de las fuerzas rusas para combatir.
Ucrania ha utilizado “un enfoque indirecto”, dice Ryan, una metodología que fue descrita por primera vez por Basil Liddell-Hart, un estratega militar británico del siglo XX. El objetivo de ese enfoque es modificar el equilibrio de poder “drenando la fuerza del enemigo, debilitándolo con estocadas, en lugar de arriesgarse a golpes a gran escala”. Es un enfoque que saca ventaja “de la sorpresa y la agilidad de movimientos”.
“Los rusos quieren una guerra de desgaste, quieren formaciones que choquen en masa, porque es ahí donde suelen tener ventaja”, dice John Spencer, director de estudios de guerra urbana del Madison Policy Forum. “Pero los ucranianos no les dan el gusto”.
Oleksiy Danilov, secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, dice que la gran ventaja competitiva fue haber introducido el modelo occidental de comando y control basado en la Organización del Tratado del Atlántico Norte. “Un oficial subalterno que está al mando tiene la autoridad de tomar decisiones según la situación, asumiendo la responsabilidad sobre sí mismo, sus soldados y el territorio”, dice Danilov.
Eliot Cohen, historiador de estrategia militar del Centro de Estudios Estratégico e Internacionales, con sede en Washington, dice que los rusos “son capaces de tomar grandes decisiones, pero no se caracterizan precisamente por la agilidad de sus fuerzas militares”.
Sobre todo en comparación con los ucranianos, “que cuando ven la oportunidad, la toman”, dice Cohen. “Y una guerra siempre está llena de oportunidades”.
Por Stephen Fidler, James Marson y Thomas Grove
Traducción de Jaime Arrambide
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